Para Femi –a.k.a. Femigangsta, a.k.a. Agnes Simon– este año está siendo movilizante. Un contrato con una productora, una live session, shows por todo el país, pero también problemas de salud y el fallecimiento de su mamá. En medio de todo, se aferró a la convicción de que realmente quería seguir dedicándose a hacer música. Y ahora, con una gira que arranca esta noche en Córdoba, y con la que recorrerá el país los próximos meses (el Antro Tour), Femi se toma el tiempo de hablar de su niñez en Neuquén, de cómo se lleva con el humor y de por qué se imagina formando una banda de chicas: "En este momento del mundo, a nivel musical, las mujeres están dominando absolutamente la escena".

  • Hace poco salió una sesión que hiciste en la Usina del Arte, ¿cómo surgió la idea?
  • Lo de la Usina lo voy a recordar siempre como algo muy heavy. La idea era mostrar el estado del proyecto, contar cómo todos estos años de toda esta música distinta se unieron. Y también queríamos hacerla porque yo firmé con Fénix hace menos de un año, después de producirme siempre de manera independiente, y queríamos filmar algo, armar algo. Pero en el marco de eso se murió mi mamá, cuando recién empezamos los ensayos con los bailarines. Tenía mucho miedo de cancelar esto, cuando recién acaba de firmar; les quería demostrar que podía, fue terrible eso. Porque en el marco de la Usina Session también me salió un quiste hemorrágico en el ovario y tuve una protusión lumbar que me generó mucho dolor. Estaba emocionalmente muy dolida y tenía que ir a ensayar y ponerle ánimo a laburar con gente con la que yo no había laburado en mi vida. Fue todo el tiempo tratar de sostener, hasta que me convencí de que podía y que estaba bien, y entonces se convirtió en un sostén y una meta. Terminó siendo una muestra de cuánto quiero laburar y de cuánto soy capaz de hacer y dar. Creo que demostró, más que el estado del proyecto, el amor que tengo por lo que hago.

  • Al final de la sesión decís que "nadie se salva solo", ¿tiene que ver con este proceso?
  • Sí, porque en todo ese quilombo emocional y las cosas que pasaron, me sentí muy bien acompañada por la coreógrafa, por mis amigos músicos, por el director musical. Está esa frase medio cliché de que el arte salva, y me di cuenta de que es verdad. El arte y el tener objetivos, artísticos o no. Yo creo que lo que más hago es tapar mis problemas con sentido del humor y soy la última persona que te va a venir a pedir ayuda en algo, pero en el hecho de armar estos equipos, laburar y rodearte de gente hermosa, se termina generando como un colchón. Sin pedir ayuda, terminás siendo abrazada por algo que te agarra y te levanta, ¿entendés? Y creo también que los objetivos en sí mismos, en abstracto, o sea vaciados de la gente con la que los querés lograr, no tienen el mismo significado. Me gusta hacer lo que hago, pero también porque lo que hago está lleno de esta gente que amo y admiro.

  • Dijiste que solés tapar con humor los problemas de tu vida cotidiana, ¿qué implica para vos que sea tan característico en tu camino?
  • Tengo una relación amor-odio con el humor. Me dio mucho, realmente si tengo una plataforma hoy es porque supe hacer chistes que a la gente le resonaron o los acompañaron con algo. Tengo un sentido del humor bastante oscuro, y tuve mucho contacto con la muerte y la pérdida de seres queridos; cosas que te llevan a tener un sentido del humor heavy, que evidentemente es bienvenido por muchas personas que también la han pasado así. Entonces le agradezco mucho, y le agradezco ese poder de síntesis que te da el humor para poder surfear la ola de mares oscuros, pero hoy siento que lo tengo que aprender a controlar y moderar, y que no tiene que ser mi única herramienta. Como letrista quiero crecer y poder escribir cosas más allá de satirizar y burlarte del chiste, que también me parece que es una forma medio cagona de vivir la vida. Hay otras emociones además de reírse. Y me gustaría tener más facilidad para acceder a esas emociones y exponerlas.
Foto: Gonzalo Resti | Gentileza de prensa Femi


  • Pienso en esto de la sátira y pienso en tu apodo y cómo fue mutando, ¿por qué ahora es sólo Femi?
  • El otro día justo me crucé al responsable del apodo, que es mi vecino Yeyo, que es el cantante de una banda que se llamaba Jvlián. Con él inventamos lo de Femigangsta jodiendo, hace mucho tiempo. Jamás pensé que terminaría siendo mi nombre artístico, no lo hubiese elegido como tal, lo elegí como un chiste de internet. Después quedó como solemne, y mucha gente se ofendió por eso. "Esta mujer blanca con perritos de raza, ¿cómo se va a creer que gangsta?" Y yo no me creía gangsta, fue un chiste y quedó. Es como que a vos te conozcan de ahora en más por el primer mail que tuviste, sería una vergüenza. Después me saqué el gangsta y quedó Femi, que me da un poco de ternura porque así me dice la gente. Yo ya lo veo amorosamente, ya no me peleo con eso. Sí espero a futuro, cuando tenga unos cuarentis, cincuentis, tener otro proyecto de música, quizás con otro nombre, una banda de mujeres, algo así.

  • ¿Y por qué de mujeres?
  • Porque siento que las mujeres en este momento del mundo están, a nivel musical, dominando absolutamente la escena. Me interesan mucho más y están sonando mucho más en mi oído artistas femeninas, desde vocalistas hasta violeras, bajistas, bateras. Ni siquiera lo digo como una cuestión de querer hacer la revolución a partir de mi banda de mujeres, sino que me parece que están haciendo algo muy interesante, con capas, con novedad.

  • ¿Sentís que la industria está respondiendo a este buen momento de las mujeres en la música?
  • Creo que no, que al día de hoy no se le está dando la entidad, el lugar, el respeto y el reconocimiento que merecen los grandes artistas de la escena, que son en su mayoría mujeres. Y no es por desmerecer a ningún chabón, porque me encanta que les vaya bien a todos. Veo lo que están haciendo Catriel y Paco y me vuela la cabeza de admiración y amor, porque se lo merecen. Y así con un montón de artistas varones. Pero siento que ese mismo reconocimiento deberían tener artistas como Feli Colina o Marilina Bertoldi. Son artistas grossas a las que no se les está dando la entidad, el reconocimiento y el lugar en la historia que ocupan. Hay muchos chabones, bandas y proyectos solistas de chabones que tienen discos que son simplemente un cúmulo de canciones y no hay una narrativa ni una propuesta sonora ni nada. Y después tenés discos como el último de Marilina, donde hay una propuesta en capas, o Feli. Si este país fuese justo, esta chica tiene que ganar un Gardel. Me pasa también con Dum Chica. Yo estoy enamorada de verdad de la banda. A la bajista la amo, la amo. La ves ahí, en el escenario. Sexo, boluda. ¿Por qué no son cabeza de festival? Todo funciona por la misma lógica que funcionan las playlists algorítmicas y editoriales, siempre va a estar lo que no ofende a nadie. Mis canciones más escuchadas funcionan más porque son bastantes monótonas en el sentido auditivo, son temas recontra tranqui y a nivel letra no insultan mucho, no molestan. Entonces funcionan, las ponen en todos lados. En cambio, todos aquellos temas que son un poco más difíciles de escuchar o tienen algo, se los esconde mucho más. No trascienden, no prosperan.

  • Pero poder registrar eso ya es un montón. ¿Cómo te llevas con la tecnología?
  • Para esta charla tengo el teléfono en modo avión en el bolso, porque me parece una cagada ponerme a mirar el teléfono si estás acá. Me genera un poco más de tristeza cómo lo usan los chicos más chicos, que se formaron en sus 18, 19, 20 años en la pandemia y que ya también incluso crecieron con el teléfono. Creo que no estamos preparados, la ciencia todavía no tiene respuestas a cómo afecta la cantidad de estímulos y del desdoblamiento de la realidad que es el teléfono. No tenemos un cerebro preparado para estar todo el tiempo recibiendo, recibiendo, recibiendo información, recibiendo, recibiendo, dando, dando, dando. Cuando yo era chica, había un momento en el que estabas en tu habitación aburrida mirando el techo y escuchando tus pensamientos. En mi caso, el viento y mis pensamientos porque Zapala es un lugar de mucho viento. Esos tiempos muertos de ocio, de aburrimiento, de tener que encontrarte, de que los días eran más largos, había otro ritmo de vida. Estoy haciendo un trabajo de recomponer esa tensión.

  • ¿Fue en esa infancia en la que surgió el acercamiento a la música?
  • Sí, re. Yo crecí en Neuquén, en Zapala, y había mucha música en casa. Pero como éramos un montón y yo quería distinguirme, lo que hacía era buscar por otros lados, a ver qué música podía encontrar que no sonara en casa. Y lo que encontré fue el jazz, que es lo que más me atrapó porque sentía que había algo un poco más juguetón y menos esquematizado. Me acuerdo de las cortinas de las series de comedia que me gustaban, que eran re jazzeras. Y después también conocí a Regina Spektor. Y me enamoré de esa forma de hacer música que sonaba hermosa y también libre de obligaciones y responsabilidades. A partir de la llegada de internet, que de a poco uno iba conociendo qué carajo era, me empecé a bajar cosas, versiones de música que conocía y me aparecían nuevas cosas. De pronto una canción que te gustaba parecía reinterpretada por otra persona y con otros arreglos y me copaba mucho eso. La búsqueda y la curaduría que hacía de la música cuando empecé a tener MP3, MP4 era muy aleatoria. Y todo surgió por esto de buscar mi propio lugar, habiendo tanta gente en la casa, en mi vida, tantos hermanos. Fue una necesidad re grande.

  • ¿Ya ahí empezaste a cantar?
  • Sí, desde ahí empecé a buscar música para cantar. Y en Buenos Aires lo fui trabajando, fui laburando mi timidez también. Y fui muy afortunada de aprender mucho de música con Tomás Díaz (O.N.I.R.I.A.) y Ferla (Fernando Laprida), los productores musicales con los que trabajé, porque me ayudaron a construir una autoestima musical. Me ayudaron mucho y a partir de esa base pude ir de a poquito animándome a laburar con otras personas. Hoy me siento en el estudio y sé mucho mejor el lenguaje, sé de tecnicismos, tengo la palabra un poco más justa para pedir las cosas y para llevar a cabo lo que pienso. Y también creo que hay algo medio místico, creo que si estás destinado a hacer algo en la vida no importa de dónde vengas y qué estés haciendo, de alguna manera la vida te lleva a eso. Imaginate que soy de los '90 y del culo del mundo. Que haya habido algo como internet y el haber estudiado abogacía, de pronto por cuestiones de la vida se unieron con el humor y la música y me permiten hacer lo que amo. Eso me alimenta mucho esta ilusión, esta idea del destino.

  • Y hoy, ¿cómo estás pensando tu música?
  • Anoche estaba viendo House con mi marido y me largué a llorar re mal porque se murió una mina del programa. Creo que me está costando mucho por la situación emocional y de pérdida y de cosas que me pasaron últimamente. Desde diciembre la vida no ha parado de cagarme a palos. Y no estoy en un momento en el que quiera volcarlo en mi música ya mismo, porque necesito un proceso de maduración para poder ponerlo en música y mientras tanto necesito imperiosamente refugiarme en cosas más amables. Por eso ahora estoy preparando canciones que son muy amorosas, un material que habla mucho de la cuestión sexoafectiva desde distintas perspectivas. Y es una música un poco más juguetona y muy cantada. Yo no tengo canciones muy cantadas, son todas siempre desde la dicción más marcada, más agresiva. Y necesito tener un espacio en mi vida para conectar con cosas más amorosas y tiernas. Estoy tratando de poner esas emociones en lugares y sacármelas de encima. Así que el nuevo material es bastante amoroso, es muy cute. Tengo ganas de cantar y tengo ganas de la vibración. Hay algo que te sucede en la boca del estómago, en el pecho, que es re curativo.



  • Encontrá más notas del NO acá, o suscribite acá abajo ↓ para recibir gratis en tu email todos los artículos, la agenda de shows, música nueva y nuestros recomendados.