Con 16 votos a favor, 7 en contra y 3 abstenciones, el Concejo Municipal aprobó el jueves por la noche el mensaje del Departamento Ejecutivo para habilitar la construcción de edificios de hasta 120 metros de altura en el área central y los corredores urbanos de la ciudad, lo que motivó adhesiones y rechazos, estos últimos por el impacto ambiental, la falta de planificación y las dudas sobre la prestación de servicios en edificios con capacidad de concentrar altas cantidades de viviendas.
“Buscamos que la gente se quede a vivir en el centro. Para eso tiene que haber más ofertas de viviendas y esta normativa va a ayudar”, dijo la presidenta del Concejo, la radical María Eugenia Schmuck, dentro del lote de los adherentes a la ordenanza, al que se sumó el oficialista Frabizio Fiatti, para quien la nueva ordenanza “va a permitir facilitar que tengamos un centro con mayor vitalidad urbana”.
Entre quienes consideran inconveniente la iniciativa, la socialista Verónica Irízar argumentó que “no hay superficie verde que pueda compensar todo ese cemento”, y criticó que se trata de “discutir si pensamos la ciudad con un plan o sin uno”, ya que “Rosario es una ciudad que se caracterizó por planificar”. Para la justicialista Norma López, “nuestra mayor preocupación es cómo se brindarán los servicios en la ciudad, cómo serán los movimientos de tierra y el impacto ambiental, que no están contemplados”.
El artículo 1º de la ordenanza aprobada por el Concejo crea la “la tipología ‘torre’” que es una edificación “de perímetro libre” que debe dejar, por lo menos, 6 metros con los inmuebles linderos. Y a mayor deslinde, mayor altura. También establece “una superficie absorbente de hasta un 30%” de espacios verdes.
Dónde rascar el cielo
El artículo 2° dispone que la tipología “torre” puede construirse en el área central (entre bulevar Oroño, avenida Pellegrini y el río Paraná); Área de Tejido 1 (ATI), correspondiente al primer anillo perimetral al área central; los “corredores urbanos CUA, CUB y CUC y Frentes Urbanos (FU), localizados en el primer y segundo anillo perimetral al área central (macrocentro), así como en los cordones perimetrales de la ciudad de Rosario”. También en el frente de renovación urbana de avenida Rondeau.
En cambio, quedan excluidos las parcelas “localizadas en Áreas de Reserva para Plan de Detalle y Áreas de Reserva para Plan Especial que se encuentren fuera de las áreas de aplicación admitidas por el presente artículo”, así como las parcelas frentistas a pasajes, las ubicadas en los corredores urbanos Eva Perón y Rivarola, en el tramo delimitado entre avenida de Circunvalación y el límite del municipio.
Pero la misma ordenanza establece que aquellos inmuebles que forman parte del Inventario y Catalogación de Bienes del Patrimonio Histórico y Urbanístico de la ciudad, y las parcelas localizadas en Áreas de Protección Histórica (APH) “podrán solicitar su adhesión al presente régimen mediante la suscripción de un convenio patrimonial, el cual deberá ser remitido al Concejo Municipal para su aprobación”. Entonces, allí también se podrá levantar torres de 120 metros de altura.
Los que sí
“Esto no es para cualquier tipo de lote, sino para aquellos que tienen un tamaño considerable, entre 1.000 y 5.000 metros cuadrados”, precisó a Rosario/12 el concejal Fiatti, para aclarar que “ya se lo podía hacer antes con el marco normativo que estaba vigente, pero no se podía poner el formato de torres, que es el eje central de la propuesta”.
Para el edil oficialista, “el prototipo de torre lo que permite es tener el perímetro exento, es decir, generar mayor distancia entre lo que se construye y lo que tiene en el entorno, con los linderos. Respetar como mínimo un deslinde de 6 metros, y a mayor cantidad de separación, mayor crecimiento de altura”.
Fiatti cree que “esta propuesta además va a potenciar el crecimiento de los corredores urbanos”, que son las “grandes avenidas que tienen centros comerciales a cielo abierto u otro tipo de equipamiento urbano”, como Rondeau, Eva Perón y Presidente Perón. Además, agregó, “esto va de la mano con un crecimiento sustentable de la ciudad, porque tiene exigencia de suelo absorbente, tanto natural como en terraza verde, retardadores de agua, que tiende a evitar una acción de mitigación del impacto que tienen los grandes proyectos que hasta el momento permitían pegar medianera con medianera”.
Schmuck, por su parte, se inclinó por “una ciudad moderna, diversa, con reglas claras”. Y dijo que “hasta ahora nos la pasamos haciendo excepciones, queremos que todos tengan un tratamiento por igual, que las normas sean los más transparentes posibles para que el que decida invertir sepa qué puede hacer y qué no”.
La presidenta del Concejo se preguntó “por qué unificar en algunas zonas la altura y en otras no. El plan urbano en un momento fue importante, hoy la ciudad ha crecido y necesita motorizar su economía”.
Los que no
La socialista Irízar votó en contra de los rascacielos y manifestó su rechazo: “Tiene que ver con cómo pensamos la ciudad, es discutir si pensamos la ciudad con un plan o sin uno. Rosario es una ciudad que se caracterizó por planificar”.
Cuestionó que “la política encerrada en un recinto no puede ser la que defina cómo va a ser la calidad de vida de los vecinos. Sería un retroceso esto. Otras ciudades como Buenos Aires o Córdoba están siguiendo el lineamiento que había adoptado Rosario”. Para la concejala, “no hay superficie verde que pueda compensar todo ese cemento, sí frente al río o en espacios públicos o verdes. Pero poner estas torres en barrios va a modificar el estilo del barrio”.
Irízar se preguntó “¿qué va a pasar cuándo esto los empiece a afectar? ¿Está preparada la ciudad? ¿Qué pasa con la infraestructura de los servicios, energía, agua, desagües?”.
Norma López, quien también votó en contra, dijo a Rosario/12 que llama a la ordenanza “altas promesas” y que “se ha hecho sin la opinión de los vecinos y vecinas”.
“Altas Promesas ingresó el 19 de junio, un día antes del Día de la Bandera, teniendo en cuenta que ya había sido consensuado con parte de los desarrolladores urbanísticos de la ciudad de Rosario, pero al municipio ni a los concejales del oficialismo les interesó de ningún modo escuchar la opinión de los vecinos”.
“Habíamos propuesto en la convocatoria una audiencia pública porque esta ordenanza cambia por completo el perfil de la ciudad”, sostuvo, para agregar que “nuestra mayor preocupación es cómo serán, por ejemplo, los servicios en la ciudad, cómo serán los movimientos de tierra, el impacto ambiental, que no están contemplados y tampoco está contemplado que el Concejo Municipal pueda tener algún control sobre esta nueva ordenanza y estos nuevos desarrollos”.
Por último, indicó que “en muchas de las zonas donde se pueden dar estas nuevas obras, hay dificultades con el acceso al agua, hay dificultades con la energía eléctrica. ¿Se contempló la posibilidad de construir nuevas escuelas, de hacer extensiones de la red de gas, de la red de agua potable, del nuevo tendido eléctrico, del servicio de transporte urbano de pasajeros? No, bajo ningún punto de vista”.