La sinergia entre Rocío Giménez López (piano), Franco Di Renzo (contrabajo) y Luciano Ruggieri (batería) ofrece su segundo disco, La palabra repetida (BlueArt Records), que el trío presentará este miércoles a las 20 en Teatro El Círculo, en el marco del ciclo FilaCero, que organizan el sello discográfico BlueArt y la Asociación Cultural El Círculo. De acuerdo con la propuesta, músicos y espectadores comparten el concierto juntos, sobre el escenario. Acompañados por la producción ejecutiva de Horacio Vargas y Francisco Cabezudo, Giménez López-Di Renzo-Ruggieri presentan un álbum que es un diálogo directo con La forma del sueño (2024); ahora con versiones de composiciones de Miles Davis, Neil Young, Duke Ellington, Charlie Parker y Wayne Shorter. Y el resultado vuelve a ser un disfrute total, con los tres dándose el gran gusto de trabajar sobre músicos que admiran, cuyos temas intervienen desde una apropiación personal.

“Disfrutamos mucho del proceso de encontrar nuestra forma de tocar la música que elegimos. Son temas que tienen grandes versiones de referencia, de los propios autores o de grandes músicos por los cuales sentimos admiración y respeto. Tratamos de dar un paso al costado y ver qué nos surge a nosotros, qué nos imaginamos y también qué aparece de manera espontánea”, comenta Giménez López. 

“Disfrutamos tocando juntos y eso se nota -agrega  Ruggieri-; y uno de los aspectos que más nos gusta del trío que formamos, es que hay un amplio espacio para la experimentación. Los temas e ideas que van surgiendo y que cada uno aporta, son consideradas y probadas, y luego vamos viendo si es por ahí o si hay que buscar otra alternativa, sea de tema o de arreglo”. “Son músicos y canciones que escuchamos durante mucho tiempo; en este trío tratamos de tocarlas con la mayor libertad que podamos, pero siempre desde el lenguaje del jazz. Hay espacio para explorar, pero siempre desde adentro, desde un respeto profundo por el jazz”, completa Di Renzo; todos en diálogo con Rosario/12.

-¿Cómo surgió el repertorio? ¿Alguno de los temas apareció como un "desafío" particular?

Luciano Ruggieri: -El repertorio de ambos discos fue armado en un mismo momento, ya que se grabaron en una única sesión. Algunos de estos temas los tocábamos anteriormente, en un formato de quinteto, con trompeta y saxo tenor. Les fuimos dando otro carácter, para adaptarlos al trío, y a otros los fuimos proponiendo para el disco, propiamente. La idea original era grabar un solo álbum, con los temas que mejor habían quedado, pero cuando fuimos escuchando y eligiendo, nos pareció que todos tenían algo que nos gustaba y representaba el trabajo que veníamos haciendo. Así se lo comentamos a los productores, Francisco Cabezudo y Horacio Vargas, y estuvieron de acuerdo y contentos de que sean dos álbumes. En una grabación suele haber temas que cuestan más que otros; y en nuestro caso, pienso que fueron algunos de Charlie Parker, como “Ah Leu Cha” o “Klactoveedsedstene”. Pero, te digo, ningún tema del repertorio es fácil de tocar si se lo quiere hacer bien y, además, dándole algún matiz personal.

El arte de tapa incluye una obra de Eduardo Seron.
 
 

 

Franco Di Renzo: -Todas las canciones son desafiantes de alguna forma, y las elegimos porque nos gustan, pero intentamos que la relación entre ellas esté más ligada a cómo nosotros las tocamos antes que al compositor, el período o el origen.

Rocío Giménez López: -Al pensar en que tal vez iban a ser dos discos, cuando elegíamos un tema, buscábamos también un tema “hermano”, para el otro disco. Algunas canciones nos llevaron más tiempo en la búsqueda de su versión, por la dificultad de la música o por la distancia con las versiones originales; y otros aparecieron sin muchas vueltas, incluso en el estudio.

-¿De qué forma se plantea cada uno el abordaje musical, y qué sucede entre los tres?

Giménez López: -Creo que cada uno toca a su manera, con lo que cada uno trae, y todo se va armando desde la escucha en tiempo presente y con la felicidad de tocar juntos. Musicalmente vamos tomando decisiones, dejando espacio para disfrutar de lo que está pasando y dándole tiempo a la música para que encuentre su camino. Si bien somos amigos y tocamos durante mucho tiempo como sección rítmica de distintos grupos, ésta es la primera vez que tocamos como trío.

Ruggieri: -En lo personal, me gusta tocar en diversos formatos, porque cada uno exige ejercer habilidades distintas. En trío, especialmente con piano, está todo más expuesto, hay sutilezas que se aprecian más, y el espacio se agranda. Y tocando con Rocío y Franco, aprendo mucho, nos vamos complementando y nutriendo unos de otros.

Di Renzo: -Si bien hace muchos años que tocamos juntos, siempre sentimos que vamos mejorando con cada proyecto.

-En “Star Eyes”, por ejemplo, hay variaciones rítmicas; ¿las pautan o acuerdan de antemano? ¿En algún tema surgió algo inesperado, que eligieron dejar en la grabación?

Ruggieri: -En “Star Eyes” tenemos unas secciones en las que tocamos un ritmo un poco más latino y luego pasamos a swing y volvemos al latino. Es un poco como en las versiones de Charlie Parker, pero a nuestro modo. Y al final del tema, agregamos también unos compases que no están en 4/4. Y respecto a temas donde haya surgido algún arreglo espontáneo, podría mencionar “The Drum Thing” y “I Got It Bad”, del cual hay dos versiones distintas, una en cada disco. Pero, en casi todos los temas, habitualmente vamos proponiendo cosas en el momento y probando algunos cambios que, nos parece, pueden mejorar la interpretación.

Giménez López: -En algunos temas establecimos algunas pautas; y en otros, ensayamos de una forma y en el estudio probamos algo diametralmente opuesto; eso fue lo que terminó quedando en el disco.

Di Renzo: -Los arreglos pactados pueden durar o ir cambiando, a medida que vamos tocando el repertorio; pero otras veces, el arreglo esta más en el interplay general del grupo, y no tanto en pautas estrictas.

La palabra repetida está disponible en todas las plataformas, y puede adquirirse en formato físico. Así como en el disco anterior, el arte de tapa incluye una obra de Eduardo Seron, dando unidad a un díptico de goce absoluto, que felizmente vuelve a visitar el escenario de Teatro El Círculo.