Con las Eliminatorias ya concluidas y a nueve meses del inicio del próximo Mundial, Lionel Scaloni tiene por delante una tarea sensible para la continuidad de esta épica de época: delinear una Selección Argentina cimentada en la que ganó Qatar 2022, pero oxigenada con un recambio obligatorio por motivos varios, como bajas voluntarias y forzadas, o las limitaciones propias de la edad de algunos de sus principales intérpretes.

Lionel Messi entrará en la cuenta regresiva hacia sus 40 años el 24 de junio próximo, probablemente en la concentración de la Selección, acaso por Miami. En un guión extraño, Argentina está en esa etapa post Messi tantas veces preanunciada, pero con el rosarino aún en la órbita. Quizás el desafío sea encontrar ese blend, esa combinación, esa utilización orgánica del 10, un aporte más puntual, una presencia más espiritual –tal vez– que deportiva. Como siempre, los tiempos y resultados darán una mejor respuesta.

La Scaloneta tendrá, como mucho, seis partidos más antes de la cita mundialista, que iniciará en junio en México, país satélite junto a Canadá de Estados Unidos, la sede central. Argentina asistirá como defensora del título después de ganar, en el medio, la Copa América y también su eliminatoria. Y para entonces ya habrá jugado (presumiblemente en marzo, con sede a confirmar) la Finalissima ante España, multicampeona europea y probablemente la principal candidata a arrebatarle el cetro ecuménico, al menos de momento.

Dicho de otro modo: en 2026 la Scaloneta medirá la vara en el aceite de la máxima competencia. Será, en los hechos, la primera vez que abandonará las comodidades de la Conmebol desde que se consagró campeona del Mundial. Y la pregunta que recorre a los futboleros más manijas, más detallistas y más rompepelotas es si el DT logró, en este tiempo, desarrollar una versión superadora de su obra ante el desafío de tener que defender los pergaminos entre el fuego.


La joven guardia

Este jueves 4 de septiembre, ante Venezuela, fue el último partido por los puntos de local antes del Mundial y, probablemente, el último de local para siempre de Messi. Scaloni paró de arranque a 10 campeones Qatar, que no fueron 11 porque Alexis Mac Allister no estaba en condiciones. Ese lugar lo ocupó Franco Mastantuono, una joya de River que acaba de pasar al Real Madrid con 18 años y condiciones, pero que a la vez padece la rosca de su entorno. Algún relator lo presentó como "el heredero" y en Ecuador, cierre de la Selección en las eliminatorias, le tiraron la 10. Capaz es mucho.

Algo similar le sucedió a Alejandro Garnacho, hasta antes de ayer un proyecto a observar con expectativa desde lo que suponía ser el Manchester United, finalmente una franquicia de vieja gloria frente al avance petrodolarizado del City, Pep Guardiola y toda la comparsa. Garnacho, no necesariamente por decisión propia, supo ser el estandarte de los "Europibes", un proyecto de repatriación de sub20 argentinos nacidos en el Viejo Continente que Lionel Scaloni ideó con la AFA en 2022, antes de Qatar. Le hicieron cargar una mochila de esperanza cuando la Scaloneta todavía venía funcionando bien, aunque a la vez necesitaba resolver el retiro de Ángel Di María, para lo que el DT probó numerosas alternativas.

Así, también pasaron a partir de esa búsqueda Nico Paz, 21 años recién cumplidos, nacido en Tenerife, de carrera en el Real Madrid y ahora destacando en el Como italiano dirigido por Cesc Fabregas, con quien Scaloni tiene línea directa. Y Valentín Carboni, de la misma edad, que recaló en el Olympique de Marsella después de rotar por el Inter, Monza y Genoa, y superar una rotura de ligamentos de octubre de 2024, mientras entrenaba con la Selección.

Finalmente, las soluciones parecieron venir de dos muchachos ligeramente más grandes. Uno es Giuliano Simeone, nacido en diciembre de 2002 en Roma, mientras su papá jugaba en la Lazio. Lionel Scaloni lo estaba siguiendo y lo convocó por primera vez hace apenas un año. Desde entonces ya jugó siete partidos en la mayor. El otro es Thiago Almada, de recorrido por distintos juveniles y olímpicos, campeón en Qatar (jugó 6 minutos ante Polonia) y héroe en dos partidos chivos del 2025: el gol del triunfo ante Uruguay en Montevideo en marzo y el empate casi agónico contra Colombia en el Monumental en junio.

Atrás parecen haber quedado otros que fueron convocados pero nunca debutaron, como el del rosarino Tiago Geralnik (22 años, hoy en el Villarreal C, de la tercera división española), el marplatense Matías Soué (también 22, en la Roma) o bien Luka Romero, nacido en México pero también con nacionalidad española y argentina, quien estuvo por Mallorca, Lazio y Milan antes de circular en equipos menores como el Almería y Alavés y aparecer ahora en el Cruz Azul de CDMX.

En otra dimensión, acaso la tercera, aparecen flotando tres jugadores. Dos de ellos son elementos de Boca Predio. Uno es el matancero Alan Varela, que destaca en el Porto y es convocado, pero aún sin debutar a sus ya 24 años. El otro, Valentín Barco, de apenas 21 pero no pocos sinsabores con los mercadeos del fútbol, situación que condiciona su permanencia; Scaloni sigue atento a él pese a no convocarlo regularmente. El tercero es el chaqueño Claudio Echeverri, en una situación relativamente similar a Barco: en enero, de recién cumplidos 19, el Diablito pasó de River al Manchester City en una maniobra tensa, aunque ya para agosto fue cedido al Bayer Leverkusen de Alemania.

Luego, claro, están las otras necesidades menos vistosas. Un ejemplo: el recambio en la zona baja, la franja por encima del Dibu Martínez. Ahí se forma un curioso Club de los 27. A una banda está Nahuel Molina (27 años), a la otra Nicolás Tagliafico (33). Y sus remplazos naturales andan por edades similares, aunque de regreso a River: Marcos Acuña (34) y Gonzalo Montiel (29). Cuti Romero (27) parece el más fresco de la última línea. A la inversa, en cambio, aparece su compañero de zaga: Otamendi llegará al Mundial con 38 y siendo el segundo capitán. La membresía de los veintisieteañeros, sin embargo, se extiende con Leonardo Balerdi, la única experiencia de marcadores centrales, y Lisandro Martínez, a la espera de la recuperación de su sensible rotura de ligamentos.

La posibilidad del plantel extendido

Hasta el Mundial de Rusia 2018, la lista de convocados era de 23 futbolistas. Motivos propios de la pandemia contribuyeron a estirar la nómina a 26 para Qatar 2022, situación que también determinó el incremento de tres a cinco cambios por partido, repartidos en tres "ventanas", o algo así. Cuatro años después, aún con la situación sanitaria ya respuesta a su estadio anterior a la Covid19, tales concesiones no sólo perduraron, sino que incluso se debate extenderlas: cabe la posibilidad de que para USA-MEX-CAN 2026 la nómina de jugadores seleccionados se eleve a 30.

Si se confirma tal modificación, Lionel Scaloni dispondrá de prácticamente tres equipos completos en un mismo plantel. El próximo 5 de diciembre, viernes para todo el planeta, se transmitirá desde el Kennedy Center de Washington el sorteo del próximo Mundial. Al cabo de ese evento, Argentina sabrá contra qué equipos se deberá medir en la fase de grupos. Será el inicio de un camino largo, literalmente más que nunca: por primera vez en la historia, un campeón deberá jugar no siete sino ocho partidos para llegar a la final y consagrarse.


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