Llama la atención el trabajo que se tomó el dueño de la bicicleta de la foto. Quien pase por el Palacio de las Aguas que toma la manzana de Córdoba, Riobamba, Viamonte y Ayacucho sabe que el murete que sostiene la hermosa reja no es tan bajo como parece. Los que tienen la suerte de visitar el palacio todos los días hasta le encontraron la gracia al nuevo “uso del patrimonio”. Y no es por ser amargo, pero habiendo tantos lugares para atar bicicletas ¿justo en una de las mejores herrerías porteñas?