Un retrato poco conocido de Dora Maar pintado por Pablo Picasso durante la ocupación alemana de París fue presentado esta semana en la capital francesa, tras haber permanecido oculto durante más de 80 años en una colección privada. La obra, titulada Busto de mujer con sombrero de flores (Dora Maar), fue realizada el 11 de julio de 1943, en pleno conflicto bélico, y será subastada el próximo 24 de octubre por la casa Drouot con una estimación conservadora de 8 millones de euros, aunque se espera que la cifra se multiplique en la puja.

El lienzo de 80 por 60 centímetros formó parte de una de las etapas más intensas y contradictorias de la vida del artista malagueño. Picasso tenía entonces 61 años y mantenía una relación con Dora Maar, fotógrafa surrealista y figura central de la vanguardia parisina, a la que retrató en numerosas ocasiones. Sin embargo, hacia ese momento ya había conocido a Françoise Gilot, la joven artista de 21 años que marcaría el final de su vínculo con Maar. Esa tensión se refleja en el cuadro: el rostro de Dora aparece fragmentado, cargado de melancolía y casi al borde del llanto, aunque resuelto en colores vivos y con un tocado floral que funciona como una suerte de corona.

Los especialistas destacan que esta pieza se diferencia de los retratos más oscuros y tortuosos que Picasso hizo de su compañera en los años previos. En ellos la mostraba como la “mujer que llora”, expresión de un dolor íntimo que se solapaba con la violencia de la Guerra Civil española y con la turbulenta relación de la pareja. En cambio, el cuadro ahora redescubierto sorprende por su luminosidad. “Es un retrato refrescante de Dora Maar; excepcional y lleno de emoción. Descubrirlo es un gran momento en nuestras vidas como expertos”, señaló Christophe Lucien, subastador y comisario de Drouot.

La historia de la obra tiene algo de novela. Apenas terminada, Picasso la mostró en una exposición privada en su taller de la Rue des Grands-Augustins, ante amigos como Jean Cocteau y Jean Marais. Poco después, en agosto de 1944, fue adquirida por un coleccionista francés que la conservó en su casa hasta su muerte. Desde entonces pasó de generación en generación, colgada en la sala familiar, sin restauraciones ni barnices, casi “en bruto”, como subrayan los especialistas. Los nietos del comprador original decidieron sacarla a la luz en el marco de un inventario de herencia. Según contaron, crecieron jugando bajo ese cuadro sin imaginar que convivían con un Picasso desconocido.

La existencia del retrato estaba registrada en el catálogo razonado de Christian Zervos y en un par de fotografías en blanco y negro tomadas por el célebre Brassaï, amigo del pintor, pero hasta ahora nunca se habían visto sus colores originales. Validada por el Comité Picasso y la Picasso Administration, la tela conserva la fecha y la firma del artista, colocada en el frente una vez que salió de su taller.

El contexto en que fue pintada le suma peso histórico. Bajo la ocupación nazi, las autoridades calificaban la obra de Picasso de “degenerada” y en varias ocasiones allanaron su estudio. Pese a las amenazas, el artista continuó trabajando en París y produjo piezas que hoy se leen como un contrapunto luminoso a los días sombríos de la guerra. “No solo es un hito en la historia del arte, sino también en la vida privada de Picasso”, aseguró Lucien.

La figura de Dora Maar, que murió en París en 1997 a los 89 años, sigue siendo inseparable de la mitología picassiana. Musa, amante y modelo, fue también una fotógrafa y pintora de gran talento, cuya estética surrealista influyó decisivamente en la obra del malagueño. Sin embargo, ella misma dejó en claro la ambivalencia de ese rol: “Todos sus retratos de mí son mentiras. Todos son Picassos. Ninguna es Dora Maar”, dijo alguna vez.

La próxima subasta en París despierta expectativa en el mercado internacional. Las obras de Picasso dedicadas a Dora Maar suelen alcanzar cifras astronómicas: en 2006, Dora Maar con gato se vendió en Nueva York por 95 millones de dólares; en 1999, Mujer sentada en un jardín había superado los 49 millones. Y más recientemente, en noviembre de 2023, Mujer con reloj batió récords con 139,3 millones de dólares.

Que una pintura inédita de Dora Maar salga a la venta en Francia es un acontecimiento poco común, subrayan los expertos. Y más aún tratándose de un cuadro que permaneció oculto durante ocho décadas, atravesó la guerra, sobrevivió al desdén nazi y llega ahora al mercado intacto, con los mismos colores que Picasso aplicó en pleno verano de 1943.