La balanza de pagos registró en el segundo trimestre del año un déficit de 3.016 millones de dólares, en marcado contraste con el superávit de 3.732 millones del mismo período de 2024. La reversión respondió al retroceso del saldo comercial, el mayor rojo en la cuenta de servicios y el aumento de los pagos de intereses y utilidades al exterior, lo que refleja la persistente fragilidad de las cuentas externas argentinas.
Fragilidad en las cuentas, salvataje y después
El deterioro externo, en números

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