Hace diez años, un grupo de cinéfilos de Chascomús decidió encender una pantalla en una ciudad donde el cine aparecía y desaparecía con intermitencia. Así nació el Festival de Cine de Chascomús, que desde ese momento apuesta a la construcción de un público propio. Este 2025 celebra su décima edición del 9 al 12 de octubre en el Teatro Municipal Brazzola, la Plaza Independencia y la Casa de Casco, con una programación especial que combina estrenos, competencias, talleres, conversatorios, música en vivo y un homenaje a la propia historia del festival.

“La idea era replicar estos festivales que ocurren en toda la provincia —más de treinta— y empezar a armar algo de esa estructura en Chascomús, que es el lugar donde nací”, cuenta Elías Pedernera, uno de los productores del festival. Explica que la ciudad llevaba muchos años sin cine, y por eso el público no estaba acostumbrado a ver películas en sala. Hubo uno, el “Cine Chascomús”, que cerró y pasó por varios usos: boliche, supermercado, bingo y, como suele ser el destino fatídico de los cines antiguos, terminó siendo iglesia. Ante la falta de un espacio cinematográfico, a Pedernera le interesaba instalar la idea de una “pantalla activa”: un lugar donde la gente se acerque al cine, construya su mirada como espectador y se generen espacios de formación. “Queríamos que no se tratara solo de ir a ver una película e irse, sino que el festival fuera un espacio festivo, con ese carácter de querer estar, de querer pertenecer, de querer permanecer en él”, explica.

Desde su primera edición, el festival mantiene la estructura de competencia de cortos, videoclips y largometrajes. Al planificar la programación de este año, los organizadores decidieron rescatar la memoria del antiguo “Cine Chascomús”. En sus redes sociales, ya habían jugado con el nombre “Chascomús cine”, hasta que finalmente la denominación se consolidó como un guiño que une el recuerdo de aquella sala con la pantalla que, diez años después, representa hoy al festival. Con materiales de archivo, recortes de diarios, fotos y aportes de vecinos, el equipo construyó la identidad visual de este aniversario-homenaje.

Este año la programación abre con un estreno muy esperado: “La muerte sin tiempo de Emilio Blanco”, un documental realizado por cuatro jóvenes chascomunenses que reconstruye el asesinato de Emilio Blanco, ocurrido en 1997. El film, que revisita un caso que conmovió a la ciudad y aún hoy tiene resonancias judiciales, agotó todas las entradas para su proyección en el Teatro Municipal Brazzola, que cuenta con una sala de 365 butacas. La clausura, que otros años incluyó homenajes a figuras como María Luisa Bemberg, Leonardo Favio o Beatriz Sarlo, estará dedicada al festejo del propio festival.

Al igual que en las últimas ediciones, el festival cortará la calle frente al teatro para conectar las actividades con la plaza. Allí, el grupo de muralistas locales “Los Cíclopes” pintará un mural vinculado con la historia del cine de Chascomús. Además, se instalará una réplica del icónico cartel de seis metros que alguna vez lució en el viejo cine, reforzando la idea de que el festival se convirtió, en estos diez años que pasaron, en la pantalla de la ciudad. La décima edición es una coproducción con la Municipalidad y, por segunda vez, se realiza sin apoyo del INCAA. Fiel a su espíritu, el Festival de Cine de Chascomús se sostiene de manera autogestiva y gratuita.

El aniversario llega con una sorpresa: esta es la edición que recibió más películas y proyectos para participar del festival. “Hay algo inevitable, cuando uno sostiene un proyecto, empieza a crecer. Al principio era dificilísimo: había que invertir en publicidad, salir a buscar materiales. Este año, con solo un flyer en redes, recibimos más de 700 inscripciones”, cuenta entusiasmado Pedernera. En total, quedaron seleccionadas 30 producciones —4 largos, 17 cortos y 9 videoclips— entre todas las recibidas. La curaduría se pensó como un espacio donde pudieran convivir distintas formas de realización, sin restringirse a una sola línea estética, y con un especial cuidado en cuestiones de género, para evitar mensajes solapados o perspectivas contrarias a esa mirada. El resultado de esa búsqueda es una programación variada: cortos de humor, piezas conmovedoras y trabajos que interpelan directamente a la audiencia. “Buscamos esa variedad porque seguimos pensando en construir público. Además, hace un par de años que la gente sale de las funciones comentando ‘qué bueno estuvo, no lo hubiéramos visto en otro lado’. Esa devolución la escuchamos mucho”, dice el director, y explica que por esta misma razón, por primera vez el público tendrá voz y voto en las competencias: junto a los premios otorgados por el jurado, habrá un largometraje y un cortometraje elegidos por la audiencia.

El festival se extiende durante cuatro jornadas, aprovechando un feriado que permitió ampliar la programación: jueves de apertura, viernes de inicio de competencias, sábado de alta intensidad y domingo hasta la tarde. La organización también cuidó el orden de las proyecciones, atendiendo a la construcción de un ritmo narrativo: decidir con qué abrir, cómo balancear los tonos y cómo cerrar cada jornada. Incluso se buscó evitar que el domingo por la noche quedaran las películas de tono más melancólico “para que no fuera un bajón”, explica Elías entre risas. Ese trabajo de relojería, remarca, también es parte esencial de la curaduría.

Entre los títulos destacados se cuentan “La noche sin mí” de María Laura Berch y Laura Chiabrando, protagonizada por Natalia Oreiro; “El agrónomo” de Martín Turnes protagonizada por Diego Velázquez, Valeria Lois, Ángeles Zapata, Lautaro Zera, Claudio Martínez Bel y Susana Pampín; “La llegada del hijo” de Cecilia Atán y Valeria Pivato; y “Ciudad Oculta” de Francisco Bouzas. La sección Colección Áurea, dedicada al cine queer, regresa con “Cuidadoras” de Martina Matzkin y Gabriela Uassouf, mientras que la plaza será escenario de la competencia de videoclips y del recital de la platense Carmen Sánchez Viamonte.

El programa se completa con un taller de cine a cargo de Matías Dinardo y un conversatorio con figuras como Paola Barrientos, Marina Bellati y Miranda de la Serna, moderado por Natalia Maldini. Las competencias estarán evaluadas por un jurado de lujo que incluye a Bellati, Charo López, Agustina Comedi, De la Serna, Barbi Recanati y María Zanetti. Con entrada libre y gratuita, el festival reafirma su lugar como pantalla viva de la ciudad, y la programación completa puede consultarse a través de sus redes sociales