El primer espectáculo que estrenó Osmar Núñez dirigido por Fedra García fue Las patas en la fuente, sobre el texto de Leónidas Lamborghini. Ese montaje que ya lleva 10 años reponiéndose en diversas oportunidades fue presentado en el ciclo Agosto Poético del Centro Cultural de la Cooperación. En la última edición de este mismo encuentro, ambos presentaron una nueva obra, esta vez sobre textos de García Lorca, llamada Con Federico, recital poético que continúa sus funciones los viernes a las 21 en la sala Osvaldo Pugliese del mismo CCC (Corrientes 1543). Con música original de Miguel Ángel Pesce, el actor interpreta una selección de textos -poesía, prosa, teatro y hasta canciones- en tanto que la misma directora lo compaña al piano cuando no interviene también ella misma, incluso cantando. “Quisimos construir un espectáculo amable, que brinde un refugio profundo y sensible en un tiempo difícil como este”, cuentan en conversación con Página/12.

La obra fue surgiendo, según cuentan ambos, en las reuniones que durante el invierno compartieron leyendo a Lorca, un autor que admiran desde siempre. Agrega el actor: “Los mismos españoles se asombran del amor que le tenemos a Federico los argentinos”. Osmar Núñez considera que en España no sucede lo mismo, tal vez, “por miedo o cobardía artística, que puede entenderse tomando en cuenta lo que está pasando en todo el mundo”, sostiene. En la cartelera porteña, en cambio, Lorca está siempre presente no solamente con puestas de sus obras sino con espectáculos que lo evocan de diverso modo.

“Todo lo que ocurría en mi pueblo y todos sus sentires pasan hoy por mí, velados por la nostalgia de la niñez y por el tiempo”, escribe Federico sobre sus años de infancia en Granada, fragmento que forma parte del espectáculo. “Desde niño Lorca demostró tener una gran conexión con lo humano”, dice Osmar Núñez y pone como ejemplo Canción otoñal, composición que Lorca escribió cuando tenía 16 años, un texto que considera “que es todo un planteo filosófico sobre la vida, la esperanza, el amor y el engaño”. Actor y directora también subrayan que” desde muy joven Federico tuvo la capacidad de absorber a los autores clásicos españoles”, una afición que la fina escucha del poeta supo complementar, atento al modo de hablar de la gente del pueblo que lo rodeaba. Sin ir más lejos, de allí provienen muchos de los argumentos de sus obras, tal como se oye decir en el espectáculo “Hombres que se mataron, muchachas que murieron consumidas de amor, galanes que robaron en noches de arrebato para huir con sus novias… todo esto es lo que cuentan las viejas que saben la historia del pueblo”.

“Osmar tiene momentos histriónicos, otros más delicados y simples, momentos más dramáticos, heroicos o contestatarios”, describe Fedra García y aclara que si el espectáculo arranca con textos que remiten al mundo de la infancia y continúa con textos que dan cuenta del paso de Lorca por la Residencia de Estudiantes de Madrid, “ya convertido en un señorito de ciudad”, el espectáculo va y viene en el tiempo sin exponer un ordenamiento cronológico. “Jugamos con los textos que fuimos eligiendo, los menos icónicos”, dice la directora y advierte: “la obra es una invitación que les hacemos a los espectadores para que cada uno de ellos haga un viaje personal”. Por su parte, el actor señala “que trabajamos para encontrar una intimidad de living, para que la gente termine de desgranar esos textos. Es por eso que los interpreto en forma contenida, desde el corazón y sin grandilocuencia”. En ese sentido, la directora elogia al intérprete: “Osmar dice las palabras y las deja resonar, las transita sin 'opinar', sin apurarse, metiéndose en la imagen que va generando”.

Osmar Núñez señala que “Todas las observaciones de Lorca son un golpe a la memoria y a la conciencia” mientras evoca los tiempos en los que Lorca viajaba con su grupo La barraca, “llevando a todas partes su mirada fuerte, sincera y contestataria sobre las cosas”. Observa asimismo, que “Federico trabajaba para que la cultura viajara por toda España defendiendo de ese modo a un teatro apoyado por un Estado presente, para que no sea el afán comercial, el de la taquilla, lo que se ponga por delante del arte”. Luego de la evocación de algunos de personajes teatrales de Lorca, un fragmento de Mariana Pineda establece un paralelismo entre el poeta y la muchacha que muere por bordar la bandera de la libertad: “tanto ella como Federico saben que van a morir pero su fuerza y resistencia impresionan”, dicen y concluyen coincidiendo en “la necesidad de reivindicar a la libertad para que no nos roben el sentido de esa palabra”.

Fuente de inspiración

La obra y la vida de Federico García Lorca son constantes fuentes de inspiración teatral: todas las temporadas hay espectáculos que abrevan en su poesía, su prosa y su biografía. Este año, entre estrenos y reposiciones se cuentan los siguientes montajes: La piedra oscura, de Alberto Conejero y dirección de Alejandro Giles, sobre la relación de Federico con Rafael Rodríguez Rapún, Las mujeres de Lorca, con Ana María Cores, sobre los personajes femeninos de su obra, Cartas a mi hijo Federico, actuada y dirigida por María Marta Guitart, Lorca, el teatro bajo la arena, de Laura Paredes y Mariana Llinás, Danza de la vida breve, de Antonella Sturla, sobre fragmentos de la vida y la obra de Federico, Los habitantes, miniserie teatral de Josello Bella y Pedro Sedlinsky, además de la 9º edición del Ciclo Lorquiano, organizada por el Espacio Tole Tole.

*Con Federico, Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543), los viernes a las 21 hs.