Tras la legalización de la eutanasia en Uruguay, la fundadora de Empatía Uruguay, la organización que impulsó el proyecto, explicó el proceso detrás de la normativa y resaltó el trabajo en conjunto de los distintos espacios políticos para alcanzar su aprobación.
"Quien primeramente impulsó el proyecto fue el entonces diputado del Partido Colorado Ope Pasquet, en 2021, cuando recibió una media sanción en Diputados pero no logró llegar al Senado. Y ahí fue donde se empezó a trabajar y se conformó Empatía Uruguay, con la idea de llevar insumos e información general tanto a legisladores como a la opinión pública", explicó Florencia Pirez, sobre el origen de la ONG.
"Creemos que una ciudadanía informada es una sociedad que va a saber qué se está tratando, más en un tema tan sensible como este", agregó.
Este año, tras sufrir algunas modificaciones, el proyecto de ley de Muerte Digna fue impulsado en el Congreso por el legislador del Frente Amplio Federico Preve. Finalmente este miércoles, tras más de diez horas de debate, la iniciativa fue aprobada en el Senado por amplia mayoría.
"Este nuevo derecho implica mucha tranquilidad para las personas, familias y equipos médicos que vayan a participar de esto, porque van a tener un marco garantista. Es una decisión sumamente meditada, de personas que, cuando llegan a solicitarlo, vienen cursando durante mucho tiempo una enfermedad, porque quizás tienen dolores que no pueden ser aliviados por los cuidados paliativos", recapituló la representante de Empatía Uruguay.
"Está claro que somos defensores de los cuidados paliativos, de hecho Uruguay sancionó primeramente una ley relacionada con ellos, pero decir que los cuidados paliativos alivian todos los dolores es una arrogancia y es algo que lo sabe solamente la persona que está transitando esto. Así que creo que esta nueva ley da tranquilidad", resaltó Pirez.
Consultada por la cantidad de personas que podrían acceder a este derecho, la fundadora de Empatía Uruguay aclaró que, si bien no existe un número exacto, al principio pueden ocurrir dos cosas: "Que el número sea magro, o, como es algo que recién empieza, pueda parecer un número muy grande para lo que representa nuestra población. Pero no existe una proyección exacta".
Ahora, el Poder Ejecutivo deberá reglamentar la ley en un plazo que no exceda los 180 días.
Las claves de la ley de eutanasia
La ley prevé que puede optar por la muerte digna toda persona mayor de edad "psíquicamente apta" que "curse la etapa terminal de una patología incurable e irreversible o que como consecuencia de patologías o condiciones de salud incurables e irreversibles padezca sufrimientos que le resulten insoportables, en todos los casos con grave y progresivo deterioro de su calidad de vida.
De acuerdo con la norma, quien quiera recibirla "deberá solicitarla personalmente a un médico, por escrito, que firmará en su presencia" o, en caso de que no pueda firmarlo, pidiéndole a otra persona mayor de edad "en presencia del solicitante y del médico".
Una vez que este profesional constate que la persona cumple con las condiciones previstas por la ley, lo avalará y luego "dialogará con el paciente; le dará información acerca de los tratamientos disponibles, incluidos los cuidados paliativos, y verificará que la voluntad que él expresa sea libre, seria y firme", todo ello en un plazo "de hasta tres días".
Seguidamente, el médico actuante someterá la solicitud de asistencia para morir a la consideración de un segundo médico, quien, dice el texto, "mantendrá una consulta presencial con el paciente y estudiará su historia clínica; todo en un plazo no mayor de cinco días" y no podrá estar subordinado al primero o tener vínculo de parentesco con este o con el paciente.
Si el segundo lo confirma, el procedimiento proseguirá con una entrevista en la que el paciente deberá ratificar su voluntad, seguida de una segunda entrevista en la cual la persona deberá declarar su voluntad ante dos testigos que no podrán obtener beneficios económicos a causa de su muerte y luego el médico actuante cumplirá con la voluntad.