La crisis de la industria de la carne se intensifica día a día. En un escenario de consumo limitado que incluyó el record negativo en 2024, sumado al constante incremento de los costos como las tarifas, los frigoríficos comenzarán a cobrar por primera vez en la provincia de Buenos Aires el valor del servicio de faena porque ya “no pueden subsidiar el sistema”.

Así lo comunicó la Cámara de Industrias Cárnicas que representa a más de 40 plantas bonaerenses. Su presidente, Gustavo Marcos, explica a Buenos Aires/12 que la necesidad de implementar esta medida radica en, esencialmente, “la caída en los ingresos por bajas en los precios de los subproductos como el cuero y el sebo que las plantas toman en dación de pago por sus servicios a los usuarios”.

El otro factor no menor que detonó las finanzas de los frigoríficos es “la suba en los costos de estructura, tarifas de energía, insumos, repuestos, servicios de terceros, muchos de ellos dolarizados, que hubo durante este año y han provocado importantes dificultades económicas para sostener las empresas en marcha”.

No es un dato menor los variados casos de plantas que despidieron personal o directamente cerraron sus puertas en la provincia. Como ejemplo del primer grupo, está el frigorífico Devesa de la localidad de Azul que redujo en casi cien empleados su plantel. En el segundo, el final anunciado para Anselmo en Tres Arroyos.

Desde la vereda gremial, la mirada sobre la realidad que impone Javier Milei es igual de compleja y comprende la decisión de los frigoríficos. “El consumo interno está detonado, por eso todo ese sector hoy tiene dos opciones. El frigorífico que puede se reconvierte para exportar y el que no empieza a cobrar el faenado, que es algo que no ocurrió nunca antes”, advierte a Buenos Aires/12 el secretario general del Sindicato de la Carne Regional La Plata, Ángel Gelvez.

El sindicalista sostiene que esa reconversión implica el cumplimiento de una serie de condiciones administrativas, sanitarias y tecnológicas, que a su vez requieren recursos, que hoy escasean.

 Y, en paralelo, hoy es una decisión encandilada por la luz de alarma que significaron las palabras de Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense, que ató la posibilidad de un acuerdo con Argentina a “sacar” a China del país, cuando la nación asiática es el destino del 70 por ciento de las ventas de carne argentina al exterior.

La asfixia libertaria

“Históricamente, los frigoríficos se quedaban con el recupero, que es el sebo, los huesos, el cuero, las menudencias y con esa venta ya les daban los números. Ahora no y por eso empiezan a cobrar un monto fijo por kilo, que seguramente tendrá incidencia en el precio final”, apunta Gelvez como consecuencia de la nueva medida.

Pero Cainca sostiene que el monto que se agrega es ínfimo y con un irrisorio traslado al precio definitivo. En un comunicado, la Cámara explica que el valor del servicio representa solo el 1,4 por ciento del valor mayorista de la carne y el 0,7 que abona el consumidor por kilo de carne e “igualaría la situación de todas las otras provincias”.

Efectivamente, la provincia de Buenos Aires, a diferencia de Córdoba o Santa Fe, no cobraba esta labor y se mantenía con la venta de subproductos. Pero su precio, principalmente el del cuero, tuvo una fuerte caída en el mercado. La realidad es que, en los balances de los frigoríficos, durante los primeros nueve meses del presente año el resultado fue negativo en seis, incluidos agosto y septiembre.

Según los datos que brindó CAINCA a este diario, entre enero y septiembre de 2024 las plantas de faena tuvieron un margen negativo respecto a cada kilo gancho operado. Con costos superiores a 146 pesos por kilo, el ingreso fue de 161, lo que significó una pérdida de por encima de los 14 pesos por kilo. Durante el mismo período de 2025, el margen rojo se incrementó 27 pesos por kilo.

Los números de animales faenados tampoco expresan mejoría alguna. Si bien la actividad creció 4,5 puntos en relación al último año, en siete de los nueve meses de 2025 la cantidad de animales faenados estuvo por debajo del promedio mensual de 2024.

Y, en relación al consumo, el titular de la entidad asegura que se mantiene en los mismos niveles del año pasado, aunque con “más concentración en las dos primeras semanas del mes”.

A pesar de esta situación, Marcos no deja de subrayar que el impacto en el valor de producto final al consumidor es “insignificante, pero vital para la salud de la industria que abastece el consumo interno”. “En este mismo sentido también venimos planteando la necesidad de reducir impuestos y tasas que afectan al rubro y le impiden desarrollarse, hay disparidades a nivel nacional, provincial y municipal que podrían revisarse”, agrega el dirigente.

 

Al mencionar el consumo interno, hace referencia a que el 35 por ciento de la carne que compran los argentinos provienen de frigoríficos bonaerenses. Por eso, resaltan desde la Cámara, la medida apunta a mantener en pie las plantas para “seguir cumpliendo con las fuentes de trabajo”.