El presidente electo de Bolivia, el derechista Rodrigo Paz, instó este lunes a todas las fuerzas políticas del país a trabajar unidas para garantizar la gobernabilidad, al tiempo que anunció el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos y la apertura de una nueva etapa de diálogo con Chile. "No podemos ser mezquinos con nuestra democracia", afirmó Paz en su primera conferencia de prensa tras imponerse en la segunda vuelta electoral. 

Acompañado por su vicepresidente, Edmand Lara, Paz subrayó que el mandato del pueblo "no es la confrontación ni la violencia en las calles", e hizo un llamado explícito a su rival en el balotaje, el expresidente Jorge "Tuto" Quiroga, a sumarse al proceso de transición. "La grandeza lleva a la no confrontación", dijo el presidente electo desde La Paz.

El líder del Partido Demócrata Cristiano (PDC) mantuvo este lunes una conversación con el mandatario saliente, Luis Arce, para coordinar el traspaso de poder que se concretará el próximo 8 de noviembre. Paz, economista de 58 años e hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, ganó el domingo la inédita segunda vuelta presidencial con el 54,61 por ciento de los votos frente al 45,39 por ciento de Quiroga, según el cómputo preliminar del Tribunal Supremo Electoral. El resultado marca el fin de un ciclo político de casi dos décadas de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS), iniciado en 2006 con Evo Morales.

"Capitalismo para todos" 

Paz anunció que su futuro gobierno implementará un "nuevo modelo económico" basado en la descentralización de los recursos fiscales. La propuesta busca redistribuir de manera equitativa los fondos públicos, reduciendo el actual esquema de concentración presupuestaria. "El Estado central se queda con el 80 por ciento de los recursos y apenas el 20 por ciento llega a los 339 municipios, gobernaciones y entidades descentralizadas. Es una miseria. Nosotros proponemos un 50/50", explicó.

El plan económico incluye la liberación de exportaciones, la reforma del sistema tributario y la creación de líneas de crédito a bajo interés para el sector productivo. Además Paz anticipó que su administración promoverá un modelo de "capitalismo para todos", con recortes impositivos y una fuerte reducción arancelaria para dinamizar la inversión.

Bolivia atraviesa una crisis económica significativa, marcada por la falta de dólares, la escasez de combustibles y una inflación acumulada del 16,92 por ciento mensual. Frente a este escenario, Paz informó que buscará apoyo externo para estabilizar la moneda y que ya inició contactos con "países amigos" como Estados Unidos, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay para garantizar el suministro de hidrocarburos una vez que asuma el mando. 

Volver a Washington

En materia diplomática, Paz confirmó que Bolivia restablecerá las relaciones con Estados Unidos, rotas desde 2008 tras la expulsión del embajador Philip Goldberg por parte del expresidente Evo Morales. "Esa relación se va a retomar", dijo el presidente electo, quien aseguró haber mantenido conversaciones con funcionarios del Departamento de Estado, cuyo secretario, Marco Rubio, felicitó al nuevo mandatario y destacó que su elección "representa una oportunidad de transformación para ambas naciones".

Paz también adelantó que revisará los acuerdos firmados por el gobierno de Arce con Rusia y China en torno a los proyectos de explotación de litio, con el objetivo de "transparentar todos los contratos y asegurar que beneficien al país". Respecto a Chile, con el que Bolivia no mantiene relaciones diplomáticas a nivel de embajadores desde 1978, el nuevo presidente afirmó que buscará abrir una etapa de diálogo "en beneficio de ambos pueblos".