En agosto de 2025, el estimador mensual de actividad económica (EMAE) que elabora el Indec y que sirve como anticipo del PBI registró una suba de 2,4 por ciento en la comparación contra igual mes de 2024. La performance en agosto fue mucho menos dinámica que la del primer semestre del año, cuando el EMAE creció a una tasa del 6,1 por ciento, evidenciando una fuerte desaceleración de la actividad. 

Si se compara contra diciembre de 2024, el indicador anotó una caída de 0,6 por ciento. Asimismo, a nivel sectorial la industria y el comercio fueron las dos ramas más críticas versus un año atrás.

Si bien el discurso del Gobierno es el de una economía saneada, con una “macroeconomía estable” y equilibrio en las cuentas fiscales, el relato choca con la realidad, es decir, con el día a día de las personas y empresas que salen a trabajar y a producir. El funcionamiento de la economía está virtualmente paralizado, con un crecimiento leve de 2,4 por ciento respecto de 2024, que a su vez fue un año de contracción económica.

En la comparación contra julio de 2025, el EMAE anotó un aumento de 0,3 por ciento, interrumpiendo así una tendencia de tres meses recesivos consecutivos. Aún así, el crecimiento fue magro en la comparación intermensual. Si ese dato se coteja contra diciembre de 2024, arroja una caída de 0,6 por ciento. 

Es evidente que no anda bien la economía de Milei; y no son solamente las finanzas que amenazan al carry-trade. Los últimos datos de empleo hablan de una pérdida de más de 200.000 puestos de trabajo formales desde que asumieron los libertarios, la actividad metalúrgica está en niveles peores que la pandemia, las familias están sobre-endeudadas o en situación de mora, la inflación se acelera, el dinero no alcanza y el consumo masivo cae estrepitosamente.

Sector a sector

De acuerdo a los datos de Indec, las actividades con mayor incidencia positiva en la variación interanual del EMAE en agosto de 2025 fueron “Intermediación financiera” y “Explotación de minas y canteras”, con un crecimiento del 26,5 y 9,3 por ciento respectivamente. En contraposición, las ramas de actividad con mayor incidencia negativa fueron “Industria manufacturera” y “Comercio mayorista, minorista y reparaciones”, que retrocedieron 5,1 y 1,7 por ciento respectivamente.

Otros sectores que quedaron en el medio en cuanto a su incidencia y que mostraron variaciones positivas fueron: las “Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler” 2,9 por ciento, “Transporte y comunicaciones” un 2,6 por ciento, “Hoteles y restaurantes” que creció 6,4 por ciento, “Servicios sociales y de salud” 1,5 por ciento, “Enseñanza” 1,1 por ciento, “Construcción” 1,5 por ciento, “Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales” 0,5 por ciento, y “Pesca” 0,8 por ciento.

En tanto que las variaciones negativas se completan con “Agricultura, ganadería, caza y silvicultura” (1,4 por ciento), “Electricidad, gas y agua” (1,6 por ciento) y “Administración pública y defensa; planes de seguridad social de afiliación obligatoria” (0,4 por ciento).

Cierre del trimestre

En cuanto al anticipo para el mes de septiembre, que cierra el tercer trimestre del año, la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia, en su publicación del Índice Pulso, adelantó un crecimiento de la actividad económica bonaerense del 1,5 por ciento mensual –es decir un rebote respecto de agosto- y una mejora de 2,8 por ciento en términos interanuales. Aún así, advierten desde la entidad, se observa una “caída promedio de 1,8 por ciento respecto del trimestre anterior, neutralizando el incremento de 1,7 por ciento observado durante el segundo trimestre del año”.

De este modo, el índice Pulso PBA “muestra una ralentización, en línea con el comportamiento de la producción a nivel nacional, evidenciando un pico de actividad dentro del año en abril y un crecimiento acumulado en el 2025 de 0,5 por ciento”, informaron.