Pablo Quirno no es un diplomático, pero a partir de ahora será la cara del país ante el mundo. Javier Milei lo eligió como nuevo canciller para “profundizar la visión promercado” del Gobierno y reforzar el eje más poderoso de su gabinete: el económico. Exbanquero, formado en la Universidad de Pensilvania y socio histórico de Luis “Toto” Caputo, Quirno representa el desembarco definitivo de las finanzas globales en la política exterior argentina.

Licenciado en Ciencias Económicas, Quirno acumula más de tres décadas de experiencia en el sector financiero. Pasó buena parte de su carrera en JP Morgan --el mismo banco donde también trabajaron Caputo y el actual presidente del Banco Central, Santiago Bausili-- y luego fundó su propia consultora, Sansom Capital Advisors, antes de volver al país durante el macrismo.

En el gobierno de Mauricio Macri fue jefe de Gabinete del Ministerio de Finanzas y más tarde integró el directorio del Banco Central. En el actual esquema libertario, se consolidó como Secretario de Finanzas y figura clave en las negociaciones por la nueva toma de deuda con el FMI. Su salto a la Cancillería no es casual: Milei busca una diplomacia alineada con Wall Street y con los intereses del Tesoro estadounidense.

Un canciller para los inversores

Confían en que Quirno sea el hombre capaz de traer las inversiones prometidas, la carta fuerte para lo que en la Casa Rosada llaman “la segunda etapa del plan”. 

Con perfil técnico, bajo exposición mediática y fidelidad absoluta a Luis Caputo, el flamante canciller es visto como un operador eficaz en el tablero financiero, pero sin experiencia diplomática. En su escritorio lo esperan 83 designaciones firmadas por el excanciller Werthein que el Gobierno busca revisar.

El clan Quirno y la toma de deuda como bandera 

Nieto de Avelino Quirno Lavalle, fundador del Partido Conservador Popular y ligado a la elite política y económica local, Pablo Quirno encarna la continuidad del poder financiero en el Estado. 

Su carrera combina décadas en JP Morgan con roles estratégicos en el Estado durante el macrismo. Allí se convirtió en uno de los principales artífices del endeudamiento récord del país con el FMI, y promovió los PPP (Participación Público-Privada), proyectos que supuestamente financiaban obras de infraestructura pero que terminaron beneficiando al sector financiero y aumentando la carga de deuda sobre el Estado. En otras palabras: un endeudador serial al servicio de los mercados.

La saga familiar del ahora exSecretario de Finanzas, habla por sí sola. Pablo Quirno Jr., con apenas 26 años, fue subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales durante el macrismo, un cargo cuestionado por su falta de experiencia y que refleja cómo los puestos estratégicos a veces se heredan. Tras la derrota de Macri, se sumó a Brubank, el banco digital que había recibido autorización gracias a su padre, y asumió como director financiero.

Otro hijo, Marcos Quirno, formado en Letras, recaló en JP Morgan en Estados Unidos durante la gestión del padre, mostrando cómo la familia combina capital político y financiero.

Ahora, Pablo Quirno vuelve como canciller libertario, reforzando un gabinete donde la diplomacia parece confundirse con planillas de Excel. “Seguiremos trabajando en equipo”, escribió al asumir, refiriéndose a Caputo… o quizás a los fondos de inversión que celebran su llegada.

El Gobierno promociona su arribo como un “nuevo comienzo”, pero la realidad muestra más de lo mismo: más deuda, privilegios para la élite financiera y una economía real que sigue paralizada.

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