La estimación de inflación del mercado fue del 17,4 por ciento para 2018, según lo informó el Relevamiento de Expectativas del Mercado del Banco Central en su informe de diciembre. Los consultores de la city corrigieron su pronóstico de precios al alza en relación con el 16,6 por ciento proyectado en el documento de noviembre. En lo que refiere al crecimiento 2018, se calculó un avance de 3,2 por ciento, contra 3,1 por ciento estimado en el informe previo. Para 2019, los economistas del mercado estimaron un avance de la actividad del 3,3 por ciento.

“Se redujeron las proyecciones de tasa de política monetaria, previendo la primera reducción gradual a partir de marzo y se corrigieron al alza los pronósticos de tipo de cambio nominal”, señaló la autoridad monetaria. La tasa de interés para marzo de 2018 se estimó en 28,0 por ciento, cuando hasta el informe de noviembre se marcaba en 28,75 por ciento. En materia cambiaria, los consultores plantearon que la cotización cerrará en 20,4 pesos en diciembre de 2018. 

Los anuncios de la semana pasada del equipo económico llevaron a los economistas de la city a recalcular sus proyecciones. El Central alertó que el informe de Relevamiento de Expectativas del Mercado de diciembre se armó con una muestra de pronósticos reducida. “Hubo imposibilidad de contar con una muestra homogénea de estimaciones con el tamaño habitual. Los resultados fueron elaborados con la información aportada por 19 participantes que habían remitido sus pronósticos antes de la difusión de los anuncios de política del 28 de diciembre”. Es un tercio de los participantes que suelen responder la encuesta de pronósticos de la entidad. 

En lo que refiere al sector fiscal, se proyectó un déficit para 2018 de 411 mil millones de pesos (la proyección era de 408 mil millones en el informe previo). Esto muestra que los economistas, pese a los cambios en la meta de inflación y los anuncios de reformas provisionales y tributarias, consideran que habrá más y no menos desequilibrio fiscal. 

La estrategia del Banco Central desde que asumió la gestión a finales de 2015 fue la de conseguir administrar las expectativas del mercado. Argumentó que la tasa de interés era una variable adecuada para conseguirlo y, de esa manera, lograr moderar la suba de precios (controlando el proceso inflacionario). La estrategia no fue adecuada y los pronósticos de los consultores muestran el error de diagnóstico. Los pronósticos de precios siguen subiendo mes a mes, mientras se continúan acumulando desequilibrios en el frente fiscal y externo.