En General Madariaga, la tradición es protagonista. Cada año, cuando octubre empieza a despedirse, los caballos, los gauchos y las familias se reúnen en el Predio Municipal Puesto La Invernada, sobre la Ruta 74, para vivir una celebración que ya es patrimonio de la región: la “Fiesta del Talar”, que este año cumple treinta ediciones y se celebra desde este 27 de octubre al 2 de noviembre.
Desde su nacimiento en 1994, de la mano del reconocido tropillero Carlos Isla, este encuentro se ha consolidado como una de las fiestas más importantes del calendario bonaerense. Lo que comenzó como una reunión de amigos y amantes de la destreza criolla se transformó, con el paso del tiempo, en un verdadero emblema de la identidad madariaguense, donde el espíritu comunitario sigue siendo el corazón del festejo.
Durante cinco días, el público podrá disfrutar de una programación que combina jineteadas, pruebas de riendas con más de 1800 potros, desfiles de emprendados y tropillas entabladas, además de una peña y baile cada noche. La gastronomía criolla, con sus clásicos asados, empanadas y pastelitos, completa la experiencia en un ambiente familiar y festivo.
El sábado 1 y el domingo 2 se vivirán las jornadas más intensas, con montas especiales, desafíos entre jinetes y premios que superan los $100.000, mientras que las entradas generales se mantienen accesibles, con el objetivo de convocar a toda la comunidad. La Cooperadora de la Escuela N° 15 “Batalla de Tucumán” es la organizadora del evento, cuya recaudación contribuye cada año al sostenimiento de la institución y al fortalecimiento de la vida cultural local.
La Fiesta del Talar no solo celebra la destreza del hombre de campo, sino también su capacidad para transmitir valores de esfuerzo, coraje y camaradería. En el desfile de emprendados, la belleza del cuero trabajado a mano se mezcla con la elegancia de los caballos, mientras que las tropillas entabladas ofrecen un espectáculo único de coordinación y confianza entre el animal y su cuidador.
Además, el patio de comidas y la feria de artesanos permiten recorrer los sabores y oficios de la región, mientras que la Peña Comedor se convierte, noche tras noche, en el centro de la celebración. Allí, la música y la danza se adueñan del escenario con la participación de grandes artistas locales y regionales, en un clima de alegría y encuentro popular.
Con tres décadas de historia, la Fiesta del Talar es mucho más que un evento de destrezas criollas: es una manera de mantener viva la memoria rural y las raíces de un pueblo que se reconoce en sus tradiciones.


