En consonancia con el ajuste previsto en el Presupuesto 2018, el titular del Sistema Federal de Medios Públicos, Hernán Lombardi, anunció ayer un recorte de 48 millones de pesos anuales en Canal 7 y la voluntad de modificar del convenio colectivo de trabajo del sector, que afectaría la producción de contenidos. Dos años después de su asunción y con el argumento de la herencia recibida, Lombardi justificó la medida en la necesidad de convertir a los medios públicos “en una alternativa válida para una enorme cantidad de telespectadores, en particular jóvenes y sectores menos favorecidos”. Las intenciones del comunicado difundido, sin embargo, chocan de frente con el derrumbe de audiencias que sufrieron desde la asunción del macrismo.

Tras el desguace de Pakapaka, Encuentro y DeporTV, el gobierno nacional anunció que presentó una propuesta de reforma del convenio colectivo de trabajo de los empleados de la TV Pública, que consideró “completamente obsoleto frente a los cambios tecnológicos, lo que genera altísimos costos de producción”.

Según el funcionario, el nuevo directorio trabajará en forma ad honorem y se eliminará la planta de asesores, “logrando un ahorro anual de 48 millones de pesos”. El anuncio de Lombardi se produjo pocas horas después de que los trabajadores de los medios públicos, incluidas Radio Nacional y la agencia oficial Télam, encuadrados en el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), se declararan en estado de asamblea y movilización permanente en reclamo de la reincorporación de los 14 trabajadores cesanteados en Radio Nacional, que se sumaron a los 180 despidos en los canales del Sistema Federal de Medios, que provocó la ocupación pacífica del CCK en la última semana de diciembre. 

Sin profundizar ni dar detalles concretos, el texto redactado por Lombardi sostiene que “existen en el canal situaciones de privilegio con sueldo bruto promedio superior a los 85.000 pesos, ausentismo del 30% y jornada laboral reducida. La planta en la TPA se incrementó un 70% entre el 2002 y el 2015”.