La familia de Violeta Abregú no sale de la angustia. "El disparó, pero todos fueron cómplices", acusó la madre de la chica que tenía 20 años y una nena de 3 con su pareja, que no está acusado por el crimen. El y su familia señalaron que Violeta se disparó sola. Lo llamativo es que la bala ingresó por detrás de la oreja derecha y no hay marcas de que se haya apoyado el arma. Su familia asegura que Violeta era víctima de violencia machista desde hacía tiempo, que estaba amenazada y que una de sus hermanas le guardó la última denuncia porque si se enteraba su suegra "la llevaba a la comisaría para que la levante". También denunciaron que el acusado "tenía connivencia con la comisaría 24ª" de Granadero Baigorria, donde sucedió el hecho. La madre de la joven, reclama ser atendida por el fiscal Pablo Pinto y no por su empleado, tras la feria judicial. El miércoles habrá una movilización en Baigorria para hacer visible el caso y reclamar que Jonathan Segovia ‑quien estaba en prisión domiciliaria por un hecho de robo‑ sea imputado por femicidio. El dolor de la familia se tradujo en un acto de amor: apenas murió la joven, decidieron donar sus órganos.

El escabroso hecho conmocionó a la ciudad vecina la tarde del 3 de diciembre pasado. Violeta fue trasladada al Policlínico Eva Perón "varias horas después" de haber recibido el disparo, según aseguraron su madre y una de sus ocho hermanos. "Nos enteramos por mi cuñado, que estaba acompañando a mi otra hermana que tenía un quiste en una muela. Vio que estaban intentando reanimar a una chica y que ésta tenía un tatuaje en el pecho. La reconoció enseguida, pero ya era demasiado tarde", rememoró Emilce.

Las mujeres revelaron a Rosario/12 cómo era la relación de pareja que tenía Violeta, desde los 15 años. "Siempre convivieron en la pieza de atrás de la casa de los padres de él. Siempre fue una relación violenta. Sabemos que ese día los padres de él estaban tomando una cerveza afuera y escucharon un disparo, según dijeron, pero todos dijeron que Violeta era la ex pareja de él, y no es así. La nena contó que sus papás estaban jugando, mientras ella estaba con la tablet y la mamá le decía al padre 'dejame, Jony'. Y dijo que le pegó mucho y que su mamá dejó de jugar porque le salía sangre", contó la abuela sobre los dichos de la niña.

Nora Giacometto, de la ONG Ampliando Derechos, relató que Jonathan Segovia estaba en prisión domiciliaria por un robo, pero que "la incumplía porque la seccional 24ª, que tiene connivencia con narcotraficantes de la zona, también la tenía con él". La hermana de Violeta agregó: "Jonathan era soldadito de ellos, robaba para ellos. Ellos son cómplices de que incumpliera", aseguró.  

Giacometto lamentó que la familia todavía no fue citada a declarar ‑aunque sí algunos vecinos‑, pero lo hizo la nena, en Cámara Gesell. "La hicieron entrar, sin aviso, y la nena no habló, porque fue todo muy intempestivo", lamentaron.

Además, la familia cree que Violeta pudo haber agonizado, porque creen que antes de llevarla al hospital "todos los familiares limpiaron la escena del hecho".

Si bien en Fiscalía le confirmaron a la familia que Violeta hizo una denuncia en septiembre del año pasado, María Luisa, la madre de la chica, aseguró que "hizo más", pero que "la madre de él se enteraba y la llevaba a Violeta para que las levante, en la misma comisaría. ¿Y cómo se enteraba ella de que mi hija había denunciado?", indagó. Giacometto señaló que presentaron una denuncia contra la seccional 24ª por malos tratos que sufrió allí la familia.

Una de las personas a quien Violeta le contaba todo era su hermana Paula. "Ella llegó a verla golpeada en varias partes del cuerpo. Muchas veces por decir algo cobraba ella también", relató la madre de la chica. Incluso, Giacometto agregó que es uno de los testimonios más cercanos a la víctima y que "no fue citada". Además, uno de los hermanos de Violeta, que estaba casi siempre con ella, tiene una discapacidad pero "dentro de lo que se puede expresar contó que él veía cuando Jonathan golpeaba a Violeta en la cabeza".

Entre las cuestiones que más le pesan a María Luisa, está el que sus hijas hayan tenido miedo, por lo que ninguna de las dos decía por lo que estaba pasando Violeta. "Siempre él fue violento, pero cuando yo le decía a mi hija que se separara, ella me respondía 'no puedo, mami'; y yo pensaba que era por lo sentimental; pero después de todo esto mi otra hija me dice que es porque estaba amenazada. Ella ya no quería estar con él".

En tanto, Giacometto recordó que tras el hecho, buscaron al fiscal que tenía la causa de robo por la que Jonathan debía estar en prisión domiciliaria y se llevaron pruebas para demostrar los incumplimientos. Así, desde mediados de diciembre el joven está en prisión efectiva, pero aún no fue imputado por el hecho que, aseguran, "fue un femicidio".

Otra de las cuestiones que la familia de Violeta señala que potenciaba a Jonathan era el tema de sus adicciones. "Quizás ella le ha querido tirar las pastillas y las drogas que él consumía, porque una vez la nena agarró algo de eso y estuvo internada. Fue tres meses antes de que Violeta muriera", lamentaron.

Sumado a ello, la familia denunció que tanto un cuñado como un sobrino de Violeta fueron amenazados por el acusado, días antes de que se ordene su prisión preventiva efectiva. "Al sobrino le dijo que a él no le temblaba la mano en cortarles la garganta a todos", recordó Emilce; mientras que al cuñado lo increpó en la plaza, el 7 de diciembre: "Se me apareció Segovia de atrás, con un cuchillo, y me dijo que me iba a degollar porque yo andaba diciendo que él había matado a mi cuñada", expresa la denuncia presentada. "Tampoco fue citado por el fiscal", agregó Giacometto, quien recordó que Pinto está en concurso para ser juez.

Según el relato de la familia de la víctima, Jonatan "siempre estaba armado, llevaba un arma en la cintura y alardeaba". Incluso, revelaron que "últimamente él (a Violeta) no la dejaba ver a nadie, ni a la chica de enfrente de la casa con la que hacía cosas para vender. Siempre le decía que con sus amigas salía a mirar machos".

El miércoles, la familia convoca a manifestarse en Brown y Charcas (Baigorria), a las 18. Para ellos, está claro: "Violeta no se hubiera suicidado nunca. Daba la vida por su hija. Era su sostén. Jamás se hubiera quitado la vida".