La palmera por cuyo reemplazo el Gobierno pagó 235.950 pesos pudo haberse salvado pero fue dejada morir
Un negocio bien alto en la Casa Rosada
Un arborista convocado por el Ejecutivo diagnosticó que el ejemplar podía ser recuperado. Pero el Gobierno no tuvo en cuenta ese informe, dejó secar la palmera y pagó una fortuna para poner una nueva. El experto terminó con una amenaza de cesantía y al final pidió su jubilación.


















