”Todavía hay sectores que están siendo afectados por los cortes de luz pero está claro que son los números más bajos de los últimos años”, aseguró ayer el jefe de Gabinete, Marcos Peña, aunque durante los calurosos primeros días del año el sistema registró más de 120 mil usuarios simultáneos sin servicio de electricidad en las áreas de concesión de Edenor y Edesur. Durante la conferencia de prensa que ofreció en la Casa Rosada, el funcionario indicó que la supuesta mejora responde a “un proceso de inversión”. Las afirmaciones del funcionario que acaba de regresar de sus vacaciones contrastan con los registros oficiales y las declaraciones de los propios dueños de las distribuidoras del área metropolitana. El desempeño del sistema frente a los picos de calor revela que las mayores tarifas no necesariamente redundan en inversiones.

Los cortes de luz en la Ciudad de Buenos Aires y los principales partidos del conurbano bonaerense afectaron en diciembre pasado a un 66 por ciento más de usuarios que el mismo mes de 2016. Las cifras que contrastan con el optimismo de Peña fueron presentadas semanas atrás por Maurizio Bezzeccheri, country manager para la Argentina de Enel, firma dueña de Edesur, durante el programa Terapia de noticias de LN+. A lo largo de los doce meses transcurridos en ese período el gobierno volvió a validar un significativo incremento en las tarifas. Desde diciembre de 2015, la tarifa de luz subió en promedio 1400 por ciento, y con el aumento de febrero trepará a 1700 por ciento. En tanto, para el segundo semestre se espera otro ajuste. Aunque los balances de Edenor y Edesur dieron cuenta del fuerte crecimiento en sus ingresos por la prestación del servicio, los cortes de luz no disminuyeron sino que aumentaron.

Diciembre pasado tuvo un 5 por ciento más de usuarios totales afectados por los cortes y un 46 por ciento de incremento en el promedio de usuarios diarios sin suministro. Ese aumento se produjo pese a que diciembre de 2016 registró 18 días con temperaturas en el rango entre 30 y 35 grados contra 13 días de diciembre de 2017. Peña, sin embargo, desafía los datos oficiales. “Se ha logrado una mejora sustancial en el servicio porque hay inversión no sólo en distribución, sino también en energías renovables, como estamos viendo en Vaca Muerta”, consideró el jefe de Gabinete. Luego responsabilizó de los problemas al gobierno anterior al asegurar que el sector atraviesa “un proceso que va a ayudar a que esa matriz energética, que fue devastada por el kirchnerismo, pase a ser superavitaria para exportación”.

Un informe elaborado por el Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (Oetec) aseveró que el año pasado se registró por primera vez desde 2013 una caída de la demanda de energía eléctrica a nivel nacional. La retracción en el consumo fue del 0,5 por ciento frente al año anterior y se explica por el desplome residencial del 2,1 por ciento. Menor fue la caída experimentada en el sector comercial, donde llegó a 0,6 por ciento. Por su parte, la demanda industrial marcó un ascenso del 2 por ciento que si bien acompaña la incipiente y heterogénea recuperación sectorial no alcanza a igualar los niveles previos al recambio presidencial. “A pesar del aumento, las industrias y los comercios de gran porte consumen en la era Macri menos electricidad que en 2015”, sostiene el informe al precisar que “las cuatro provincias industriales por excelencia del país, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, cerraron 2017 consumiendo menos electricidad que en 2015 y 2014. En la comparación con 2013, se observa que solamente Córdoba registró el año pasado un consumo (apenas) mayor.