“No aportó ningún cambio sustancial.” Sergio Rondoni Caffa, el fiscal que investiga el crimen del joven Fernando Pastorizzo, cometido el 29 de diciembre pasado en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, se refirió de esa manera a la nueva declaración de la imputada Nahir Galarza, de 19 años, en la que introdujo la versión de los disparos accidentales. 

“En un primer momento estaba en una situación tranquila y mientras declaraba, en varios momentos, se sintió angustiada. Debo reconocer que hubo llantos, sobre todo cuando hizo referencia a cómo él la trataba”, describió el fiscal, que la percibió “como una persona segura y decidida en lo que declaró” y que la notó “más angustiada que en la primera vez que declaró, con un mayor quebrantamiento en algún momento de relato”.

Después aseguró que la nueva versión de Nahir no lo “sorprendió” y que ahora está analizando la declaración para ver si debe “evacuar citas”. “Creo que la investigación está encaminada para el lado de acreditar la relación de pareja, que ella la niega en todo momento”, señaló, y recordó que “los amigos de la víctima han manifestado cómo era su relación con Nahir y cómo era él en su vida pública con la gente. Y en cuanto a la intimidad, estamos analizando más de cien mil mensajes entre ellos dos, y miles en los grupos (de WhatsApp). Hemos controlado el tema YouTube y Google”.

Rondoni Caffa aseguró que en las próximas horas contarán con los estudios complementarios, como el del “anillo de Fish”, que aporta el ángulo de penetración de un disparo y la distancia con la que se efectuó. “Se va a poder probar si hay pólvora o antimonio en el anillo de color que deja sobre la piel”, explicó. “También se va a hacer el peritaje psiquiátrico de la imputada. Y los exámenes toxicológicos comenzaron hoy (por ayer), así que calculo que en 48 horas habrá un informe”, añadió. “Calculo que a fines de febrero esta fiscalía ya estaría requiriendo la elevación a juicio”, estimó.

Luego, consultado sobre la posibilidad de que se dispare dos veces accidentalmente un arma como la utilizada en el hecho –la reglamentaria del policía Marcelo Galarza, padre de Nahir–, el fiscal dijo que el peritaje arrojó que es “apta para el disparo, es decir que fue percutada” y que “el gatillo es normal, ni celoso ni muy duro para ser disparado”. También aclaró que es un arma “semiautomática”, por lo que “una vez que uno gatilla y dispara, queda una segunda bala en recámara y así sucesivamente, por lo que hay que hacer un procedimiento para sacarle la bala. Con esto, lo que digo es que hay todo un mecanismo y los testigos hablan de que la imputada tenía un conocimiento de armas, por lo que están dadas las condiciones de que ella pudo haberla manipulado”, sostuvo el fiscal. En ese sentido, Rondoni Caffa recordó que “en su primera indagatoria ella dijo ‘el arma se carga de esta manera, se hace esto así y ahí está lista para disparo’”.

“El primer disparo tiene un rebote de unos treinta y cuarenta metros de distancia, con lo cual estamos analizando si fue accidental, porque en estos casos no están bien direccionados”, describió el fiscal. “Y en cuanto al segundo disparo, ante una reacción de perturbación, uno lo que hace es no quedarse con el arma, sino que la tira. Y para hacer un segundo disparo hay que volver a gatillar, volver a poner el dedo en el percutor y volver a apretar”, añadió. Y enfatizó: “No estamos hablando de un arma cualquiera, sino de un arma que pesa un kilo y medio sin balas, quiere decir que su manipuleo es complejo”.

En tanto, Rubén Virué, abogado que representa en la querella a la mamá de Pastorizzo, aseguró: “Lo que relata (Nahir) carece de verosimilitud, fundamentalmente por el hecho de que tratándose de un arma semiautomática, con doble seguro, el doble disparo accidental parece como absolutamente imposible”, dijo Virué. “Según su relato, Fernando la agrede en su casa, discuten, le tira del pelo, la hace llorar... Todo eso –confió a PáginaI12–, sin que el padre de ella, que es policía, se despierte. Ya desde ahí es un relato absolutamente inverosímil. Después la imputada relata que en el camino hacia la casa de la abuela, una calle de tierra, Pastorizzo toma una curva a gran velocidad y como la moto derrapa ella puede sacarle el arma. Primero dijo que Fernando se puso el arma en la cintura, pero como está demostrado que el pantalón que tenía puesto no puede sujetar el arma, después aseguró que la llevaba en la mano. Entonces tenemos a Fernando conduciendo con una sola mano a gran velocidad más de treinta cuadras y derrapando en la curva. La imputada dice que le saca el arma y se dispara accidentalmente. Pero hay 80 metros entre la curva que lo desestabiliza y el lugar donde caen. Y después dice que hubo un segundo disparo. Eso es físicamente imposible, porque hay que volver a sacar los seguros”, relató.

Para Virué, la defensa “está buscando ingresar en un terreno culposo y no doloso, ya que tiene una escala infinitamente inferior”. Sin embargo, anticipó que está analizando “la posibilidad de ingresar a la calificante de alevosía”. “Tenemos un elemento nuevo tras la declaración de Nahir. Ella le había pedido que lo lleve a la casa de la abuela, que es una calle de tierra de una cuadra de extensión, y el hecho se produce frente a un galpón a las 5.15 de la mañana cuando está oscuro, con lo cual era un escenario de poca probabilidad de testigos y podía lograr impunidad”, explicó.