En el último día de su visita a Perú, el papa Francisco habló frente a unos 60 obispos peruanos en el Arzobispado de Lima. Allí denunció que América latina está en crisis por la corrupción, aseguró que el caso Odebrecht "sólo fue una parte chiquita" y criticó que la región "está sufriendo bajo un capitalismo liberal deshumano".

"En general la política en América Latina está más enferma que sana. Hay una crisis política no sólo en el Perú", dijo el Pontífice. "Gran parte de Latinoamérica sufre la decadencia y el embate de la corrupción. El caso Odebrecht sólo fue una parte chiquita. Estamos en crisis por la corrupción", denunció Jorge Bergoglio en referencia al escándalo de sobornos que involucra a una constructora brasileña y a varios gobiernos de la región entre ellos al del peruano Pedro Kuczynski. Incluso llegó a preguntar a los obispos "¿qué pasa en Perú que todos los presidentes van presos?" y citó a (Ollanta) Humala y "hasta hace poco" (Alberto) Fujimori.

Francisco lamentó que "se da que gana la oposición y acusa de corrupto al anterior; luego gana el otro y también lo acusa... y los dos tienen algo de razón". Hizo referencia al "fenómeno de los paraísos fiscales, muchos de los cuales están en América latina" y completó: "América latina estaba buscando un camino, la patria grande, y de golpe con los años está sufriendo bajo un capitalismo liberal deshumano".

Tras ese acto, el Papa realizó su última actividad en suelo peruano: una misa multitudinaria en la que congregó a más de un millón de personas en la Base de Las Palmas en Lima, desde donde denunció las situaciones "de dolor y de injusticia" en las ciudades.

Al menos 1,3 millones de personas, según las autoridades citadas por el Vaticano, se congregaron en esta misa, la más multitudinaria de esta sexta gira por Latinoamérica. Desde esta gran explanada, Francisco habló de las ciudades, donde existen "las situaciones de dolor e injusticia que a diario se repiten" y que "nos pueden generar la tentación de huir, de escondernos".

El papa denunció que en la ciudad existen personas que "consiguen los medios adecuados para el desarrollo de la vida personal y familiar" mientras que son muchísimos "los ciudadanos a medias o los sobrantes urbanos". De estas personas, "que están al borde de nuestros caminos", Francisco señaló que van a vivir "a las márgenes de nuestras ciudades sin condiciones necesarias para llevar una vida digna".