Invitaba la reina Madonna en su hit Turn Up the Radio, de 2012, a sacudir el sistema y romper las reglas, subiéndole el volumen a la radio hasta que los parlantes explotasen. Bienintencionado convite que se viene a pique al sintonizar cualquier dial, que lejos de zarandear el mainstream, lo alimenta con sobredosis de voces masculinas conductoras. Ninguna novedad bajo el calcinante sol de febrero: el éter sigue dominado por varones que se las apañan para no soltar el aire, reservando para ellas ciertas subcategorías: las de locutora cuenta-clima y reidora de chistes (a menudo misóginos, incluso en tiempos de Time’s Up) o comentaristas de chimentos. Afortunadamente, hay excepciones, como –entre otras– María O’Donnell o Silvina Quintans, que desde sus roles de conductoras o columnistas sí que hacen pesar el otro platillo de la balanza. Pero, sea en AM o FM, el cuasi monopolio masculino salta al oído en cualquier recorrida por el dial. Sin más, en un enjundioso artículo sobre las mujeres en la radio publicado hace apenas tres meses en estas páginas, el programa de Radio Presente Nos quemaron por brujas lo ponía en números: “Solo el 14 por ciento de las personas que trabajan en radio y que se especializan en Política son mujeres”, advertían; “el 69 por ciento de las personas que conducen los programas más escuchados en AM y FM entre las 6 y 10 de la mañana son varones”.

De allí que sea motivo de festejo toparse con lo que, de cara al panorama actual, es una rareza: un programa informativo en el que dicen y cuentan exclusivamente voces femeninas que acompañantes a oyentes de muy temprano despertar. En principio, para dar las noticias más importantes del día según los diversos diarios, que tampoco es poca cosa. Tal es el caso de Antes que nadie, único segmento exclusivamente conducido por mujeres en FM Metro 95.1, una señal vastamente masculina, con inamovibles como Perros de la calle y Basta de todo, entre otros. “Creo que, cada vez más, las radios registran la importancia de incluir mujeres en la programación; de lo contrario, quedan los tópicos restringidos a un universo y un punto de vista masculinos, y eso obviamente acaba repercutiendo en los niveles de audiencia. Es cierto que, tanto en los medios en particular como en la sociedad en general, prima aún el machismo, pero pienso que, de a poco, algunas problemáticas están empezando a entenderse. Enhorabuena, porque el panorama es bastante urgente…”, advierte la periodista Florencia Halfon, que capitanea junto a su partenaire Olivia Sohr el susodicho Antes que nadie. Con apenas 35 pirulos, Halfon lleva dos décadas haciendo radio, habiendo dado los primeros pasos en Rock & Pop cuando todavía estaba en el secundario, pasando luego por la tevé y un par de diarios (Crítica y Tiempo Argentina). Hoy día, es además columnista en No Somos Nadie, con Juan Pablo Varsky, también en Metro; y colabora ocasionalmente en La Nación y Anfibia, donde antaño cubriese el caso de Belén, la joven tucumana que estuvo presa durante casi 3 años por un aborto espontáneo. Sohr, por su parte, es una socióloga andina y periodista de primera hora del reputado sitio web Chequeado, dedicado a verificar la veracidad de los discursos políticos y los informes de medios locales. Antes que nadie, programa del dinámico dúo que recientemente cumplió 200 emisiones, abre la grilla de Metro cada día a las 5 de la matina y, tras el litúrgico saludo (“Buenas noches, buenos días”), invita al “oyentismo” (neologismo de FH) a desayunarse los titulares de los principales periódicos, de la prensa deportiva, de los portales más leídos, entre otros diversos contenidos de gráfica. Ahondando las muchachas, cuando la ocasión lo amerita, sobre tópicos que consideran especialmente relevantes para la agenda nacional. Con tan buenos ecos para la difícil hora que, cuenta Halfon, fieles oyentes las han reconocido en la calle o en algún bar “solo por nuestras voces”: “El intercambio con la persona que está del otro lado es fundamental para el mood del programa. Nos inyectamos de energía mutuamente porque, a las 5 am, tanto ellas y ellos como nosotras necesitamos la compañía del otro”.