La profundas diferencias que existen en el seno de la conducción de la CGT ya no se pueden ocultar. La decisión de los triunviros Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña de promover la adhesión a la marcha que convocó el titular de Camioneros, Hugo Moyano, provocó el rechazo de Héctor Daer. El tercer integrante de la Secretaría General anunció su rechazo porque considera que no se puede poner a la central obrera al servicio de un gremio.

Para Daer "no se puede aceptar que alguien tenga el capricho de adueñarse de la voluntad colectiva de la CGT". El dirigente de Sanidad manifestó que “nuestra posición es clara: no vamos a poner a la CGT al servicio de ningún gremio ni dirigente", en clara alusión al acto de Moyano.

El triunviro reclamó "seguir dialogando entre todos, sin poner por delante la paritaria, ni las cuestiones personales de nadie". Su gremio, junto a otros, no adhirió a la convocatoria, al tiempo que sí se plegaron los otros dos miembros de la conducción tripartita, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña.

"Nosotros vamos a seguir trabajando para resolver los temas pendientes que se vinculan con las paritarias, con los derechos de los trabajadores. Lo del 22 será la marcha de los camioneros, pero el mundo igual va a seguir girando", destacó Daer, quien anticipo que "si la unidad no va más, habrá que convocar a un congreso cegetista y definir un nuevo consejo directivo".

En una entrevista publicada por el diario El Cronista, Daer criticó a Moyano y sus aliados al sostener que "deberían explicar por qué pidieron el paro y después no pararon, y se borraron", en relación a lo ocurrido el 18 de diciembre pasado, cuando se debatía la reforma previsional en la Cámara de Diputados.

Por su parte, Schmid aseguró que “vamos a intentar que todos confluyamos en el mismo tipo de acciones” y reconoció que “puede haber una ruptura” respecto de “quienes no están compartiendo esto”. Esos dirigentes deberían “tomar una postura pública”.

En una entrevista concedida al canal La Nación+, estimó que alcanza “con dejar de asistir a las reuniones del consejo directivo” para formalizar la ruptura, de acuerdo al estatuto de la CGT. “Cuando dejan de venir a las reuniones, se termina la discusión”.

En alusión a Daer, dijo que “vengo de arriba de los barcos, donde no hay democracia, hay capitán y disciplina, y se hace lo que se debe, no lo que se quiere”. Estimó que “lo relevante es que se respete lo orgánico y lo que decidimos colectivamente”.  En esa línea opinó que “si decidimos en órganos colectivos, los tenemos que respetar” y que “no podemos estar consultando todos los días”.

El líder de Dragado y Balizamiento reconoció que ahora se ve “un conjunto de gremios que tienen que ratificar” ante la decisión conjunta y que “hay que ver cómo se normaliza esto”.

A su juicio, Schmid indicó que el futuro de la CGT puede depender de “un congreso en el que se llame a todo el mundo” y que “las formas no importan, sino el tipo de relación que vamos a tener con el Poder Ejecutivo”. Finalmente, consideró que las expresiones del Gobierno hacia Moyano “han venido marcando cierta brújula”, como las alusiones a “la mafia sindical”, y remarcó que “la reforma previsional marcó otro tipo de relación con el Gobierno”.