Con notable optimismo. Así esperan las autoridades porteñas el comienzo de los corsos de la Ciudad, que arrancan esta noche y se extenderán todos los fines de semana de febrero, incluyendo las noches de los feriados del lunes 11 y el martes 12. Según declaró a la agencia nacional de noticias Télam Silvia Coca, coordinadora del Programa Carnaval Porteño del ministerio de Cultura local, para esta edición esperan “más de un millón y medio de personas”, una cifra que convertiría a la celebración, sino en la más prestigiosa del país, al menos en la más concurrida. La cifra es llamativa habida cuenta de que este año habrá apenas un corso más que el año pasado (30 contra 29 de 2017), pero bastante menos que en temporadas anteriores, cuando llegaron a contarse 37 sedes. Por otro lado, y a diferencia de los carnavales de otras regiones del país, e incluso de festejos de municipalidades del conurbano, desde la organización tampoco anunciaron shows de renombre (apenas hay menciones a “espectáculos de tango, folklore, rock y otras expresiones del carnaval”).

La apuesta está depositada en las 101 murgas que participarán y en el atractivo que podrán sentir los vecinos al encontrarse un corso a unas cuadras de su casa, sobre todo en épocas de vacas flacas y pocas opciones de entretenimiento. La cifra de un millón y medio de asistentes con la que sueñan en el gobierno porteño supondría que más del 30 por ciento de la población porteña asistirá en un momento u otro a un corso. Porque, por otro lado, en toda la Ciudad no hay ningún cartel promocionando los corsos.

Esto genera reparos entre muchos murgueros. Nacho Bertorelli, de La Redoblona, observa con desencanto que las publicidades en vía pública animan a viajar a Entre Ríos para los carnavales de todas sus ciudades, pero no aparece el propio. “¿En Entre Ríos difundirán el carnaval porteño?”, ironiza. 

Una mejora respecto de años anteriores es que ya está disponible el cronograma de corsos y actuaciones de las murgas para este año (se puede consultar en (http://carnavalargentina.com.ar/buenos-aires.php). Esto, que parecería algo básico de cualquier organización, resulta una rareza para el circuito. En años anteriores no estaba publicado o sólo tenían acceso a él los responsables de cada agrupación murguera. Y en algunas ocasiones, cada murga se enteraba dónde (y cuántas veces) actuaría el fin de semana un par de días antes de la función.

Sin embargo, no hay difusión más allá de eso, algo contra lo que muchos murgueros reclaman. “No está difundida y además está mal vista por la gran prensa”, considera Bertorelli. Y compara el atractivo que genera la visita de una agrupación uruguaya como Agarrate Catalina, que consigue llenar cinco funciones en el Teatro Opera, con la poca convocatoria que alcanzan sus pares porteñas.

En Buenos Aires hay muchas opiniones respecto a cómo podrían (o deberían) crecer y mejorar los carnavales de la ciudad. Algunos proponen profesionalizar los concursos ofreciendo premios que incentiven a levantar el nivel artístico de las propuestas. En la actualidad, cada año hay cuatro o cinco corsos evaluadores donde los jurados analizan a las murgas y a partir de esas calificaciones las dividen en categorías que determinan cuántas veces podrán actuar al año siguiente (y donde se pueden dar paradojas y disparidades de criterio tales que una murga calificada como “A” un año, al siguiente con el mismo espectáculo sea descalificada). Otros encuentran en el reglamento murguero (que distingue sólo entre “agrupaciones murgueras” y “Centros-murga”) la causa principal de la poca evolución de las propuestas artísticas, pues las dos caracterizaciones dan poco margen a la innovación o a propuestas rupturistas. Y un aspecto no menor en toda la cuestión es que en contextos sociales de gran vulnerabilidad, comprensiblemente muchas murgas se conforman con una perspectiva de contención, descuidando a veces la calidad de la propuesta a presentar. “Yo veo que con los años va mejorando un poco, pero le falta muchísimo a nivel artístico –coteja Bertorelli–. Sí, mejora la programación, pero a nivel artístico no le veo muchas cosas nuevas”. De modo que el co-director de La Redoblona no anticipa muchos cambios respecto del año pasado. “Quizás hay que vivir el carnaval y verlo, pero no hay anuncios de mejoría, está todo igual que el año pasado”, lamenta.

Además de los corsos, el Museo de la Historia del Traje (Chile 832) plegará casi toda su programación de febrero a los carnavales. Por un lado, con la exposición Hermanando carnavales, que inaugura este martes a las 18.30 y que recorre el origen de la celebración en la Argentina y analiza los diferentes formatos que asume el reinado del Dios Momo, el del carnaval porteño con sus murgas y el del litoraleño con sus comparsas, con trajes históricos y actuales de ambos circuitos. Hermanando carnavales se realiza en simultáneo con el Museo de Arte Popular José Hernández (Av. Libertador 2373) y con el apoyo del Museo Vivo del Carnaval Metropolitano. La muestra tendrá entrada libre y gratuita, al igual que el ciclo de charlas y debates “Reflexiones sobre el carnaval”, que también se realizarán en el Museo de la Historia del Traje y en los que se analizarán distintos ejes vinculados a las canciones y la danza del carnaval.

Estas charlas y debates se realizarán el 8 y el 22 de febrero. En la primera fecha, a partir de las 17.30, habrá un recorrido por distintos poetas del carnaval, su relación con los trajes característicos de las murgas y sus críticas y recitados. 

El Museo Vivo de Carnaval Metropolitano es invitado por el Museo del Traje a participar de la muestra “Hermanando Carnavales” durante los meses de febrero, marzo y abril de 2018 con el objetivo de poner en valor la murga como expresión popular del carnaval, resaltando su valor intangible. Allí disertarán el investigador Facundo Carman, el poeta Martín Frontera (conocido como “El Pitu” de Los Garciarena) y el murugero Gallego Espiño, director de Atrevidos por costumbre. Además, en la misma fecha se presentarán Los Fantoches de Villa Urquiza. El 22 el eje temático será el baile y la percusión, con los músicos Matías Agüero, Iván Ferrie y Juan Brusse, a quienes se sumará la presentación de Los Auténticos Rayados de Lugano.