Entre los múltiples matices, artísticos y sociales, que atraviesan al encuentro, tres aspectos resaltan en la reunión que esta noche concretarán Mamita Peyote y la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil El Triángulo. El primero está dado, lógicamente, por la fusión musical entre una de las bandas rosarinas con mayor crecimiento en los últimos años y el proyecto socio‑cultural fundado en 2004 en el Barrio de la zona sudoeste de la ciudad. El segundo es claramente coyuntural: la llegada de ambos proyectos al Anfiteatro Humberto de Nito (donde hoy actuarán a partir de las 20) renueva la visibilidad de un organismo, el de los niños músicos, que ve amenazado su futuro ante la falta de respaldo político. El tercero va a tono con la época del año, y suma al público como protagonista: la entrada al concierto consiste en la entrega de juguetes (nuevos o usados en buenas condiciones) y golosinas navideñas que el Movimiento Solidario Rosario distribuirá por distintos puntos de la ciudad.

En medio de esos tres aspectos troncales se tejen además las particularidades, los matices, las pequeñas historias de una reunión que, por un lado, le permitirá a los Mamita Peyote potenciar su contagioso repertorio con una formación orquestal y, en paralelo, le dará a los jóvenes músicos la posibilidad de interactuar con una banda de rock ante una audiencia renovada. Un público frente al cual recordar la lucha por la persistencia de proyectos como el suyo, amenazados luego de la desfinanciación del programa de Coros y Orquestas por el Bicentenario. Las historias, entonces. La de los Mamita Peyote desembarcando con sus equipos en la Escuela 518, en calle Garay 5401, para conmoverse al escuchar la interpretación que los niños realizaban de sus obras en ese preciso momento. Las historias de esos pibes que se enfrentaban a un grupo consolidado, convocante y profesional, pero para muchos desconocidos. Y, de nuevo, la sorpresa: "Les voy a comprar el disco, porque está re bueno", dijo uno, para luego ser homenajeado por el grupo con un feliz cumpleaños que conmemoró sus once diciembres.

"Aparece otra entidad que viene con su historia, y los chicos están muy copados", sintetiza Mariano Asato, docente y responsable de los arreglos orquestales. Bandoneonista y miembro activo del movimiento tanguero rosarino, Asato tiene además una activa militancia por el proyecto de las orquestas, lo que le permite delinear un diagnóstico poco grato de cara a futuro. "La perspectiva es mala", asegura. Este tipo de encuentros permiten entonces renovar expectativas, devolver ánimos a un sector social apuntado sin contemplación por las políticas macristas. "Lo que nos interesa no es tanto el reclamo, más allá de que valga, sino seguir haciendo cosas. Esto implica un trabajo de arreglar, de que los chicos estudien una música nueva, que se ensamblen a un grupo. Y que todo el engranaje de la orquesta (padres‑chicos‑profes) vuelva a proyectarse, porque eso es lo que nos mueve. Obviamente el fin es social, que mantenga a los chicos concentrados en eso. Es una disciplina que ordena, que ordena a una estructura social que mantenemos", explica Asato, que junto a sus colegas docentes intentarán diagramar para el año entrante tres conciertos a gran escala. "Podrían ser León Gieco, Fito Páez -estima‑‑. Es para mostrar que el trabajo musical y social está vigente, lo que falla son quienes no quieren apostar por esto. Porque el dinero que tienen que invertir en estos proyectos no es tanto. Es una lástima, porque no invertir en esto, e invertir en más seguridad, a la larga es más perjudicial para la sociedad".

Responsable de los arreglos orquestales, Asato se reconoce ahora como "fan de Mamita Peyote". Cautivado por un repertorio que va del reggae y el rocksteady al bolero y los aires tangueros, el músico buscó respetar las obras del grupo, apostando a que se luzca también la impronta de la orquesta. "Además de todo lo que tiene que ver con arreglar para chicos que no son profesionales, viendo cuánto puede tocar uno u otro, cuál es el fuerte de la orquesta en este momento. La idea es que los chicos vayan y disfruten", explica.

Un día después del último ensayo general, la cantante y frontman Eugenia Craviotto Carafa no oculta su entusiasmo respecto a los resultados logrados. "Flasheamos juntos", grafica la artista, que junto a sus compañeros, y luego de dos años de intentos, pudieron concretar esta experiencia. "Desde nuestro pequeño lugar pensamos que el compromiso social en un artista, como actor cultural, como ciudadano, es esencial, súper necesario. Un poco a éso responde esta movida del domingo, responde a ese espíritu", remarca Craviotto Carafa.

La participación del Movimiento Solidario terminó de redondear el tono de un encuentro que, para la cantante, podría funcionar como faro para futuros proyectos: "El gobierno anterior tenía el programa de Orquestas del Bicentenario, que se cortó con este gobierno. Están tratando de ver qué pasa, entonces de alguna manera para nosotros era importante hacerles sentir nuestro apoyo, nuestra presencia respecto a ese tema. De alguna manera puede ser como sembrar una semillita para que otras bandas lo hagan, que puedan hacerse eco, eso sería maravilloso. Y que se sumen también otras orquestas. Sería fantástico".