Hace veinte años, una grave denuncia contra varios concejales y funcionarios de Florencio Varela –encabezados por el intendente Julio Pereyra– terminó en condenas contra ellos en el fuero laboral, pero no así en la justicia penal. Entre los implicados estaba Daniel Zisuela, el presidente de Argentino de Quilmes. El 27 de julio de 1996 medio centenar de trabajadores los acusaron de enriquecimiento ilícito, malversación de fondos públicos, abuso de autoridad, violación de los deberes de funcionario público y cohecho. La causa penal fue pasando de juzgado en juzgado hasta que se volvió inocua. El hecho fue conocido como “La voz del campo”. Se trataba de un caso de explotación laboral en tierras de aquel partido bonaerense. Contrataban a desocupados para sembrar verduras bajo condiciones deplorables. En ese momento fue un escándalo del que tomaron partido por los trabajadores personalidades como el ex diputado Alfredo Bravo y la monja Martha Pelloni. El gobierno nacional de Carlos Menem había subsidiado el emprendimiento que dejó a dos centenares de trabajadores como damnificados.