"No fue intencionado, la vida nos lo pidió", deslizan con algo de misterio el cantautor Pedro Pastor y el poeta Suso Sudón. Los jóvenes españoles están de gira por Sudamérica para presentar Solo los locos viven la libertad (2016) que, además de un disco en vivo grabado en Barcelona, es un espectáculo en el que van hilvanando, con fluidez y belleza, canciones y poesías hasta convertirlas en la misma cosa. "Poecanciones", definen ellos. Una propuesta artística que desborda libertad, valentía y juego, y que deja traslucir la conexión estética, humana e ideológica que los une. "Suso y yo nos entendemos, somos cómplices en la vida y en el escenario. Y tenemos una visión muy parecida sobre cómo queremos vivir esta vida y cómo queremos utilizar el arte", confirma Pastor. "Si bien no somos los primeros en mezclar música y poesía, lo hacemos de un modo muy mezclado, donde el poeta no está esperando su turno, sino que no hay fronteras entre ambos lenguajes", apunta Sudón. Antes de cruzar a Chile, se presentarán hoy y mañana  a las 21 en Café Vinilo (Gorriti 3780).

En los primeros minutos del concierto, proponen jugar a "deconstruirnos como seres sociales y reflexionar hasta qué punto somos libres". "Creo que se trata de empezar a ser conscientes de los actos y los comportamientos sociales que tenemos --se explaya el cantautor--. Y reconocer que hemos aprendido las cosas sin decidir, por el solo hecho de vivir en sociedad, y a partir de ahí elegir cómo queremos comportarnos, cómo queremos relacionarnos, quiénes somos, cómo establecemos nuestros vínculos, nuestros trabajos, nuestra vida". A través de estas "poecanciones", los españoles abordan aquellos asuntos que los incomodan, pero con una mirada despierta y optimista. "Tenemos una gran esperanza en la juventud, no solo en España, sino en el mundo", sostiene Sudón. "Viajando nos damos cuenta de que está sucediendo una revolución a nivel mundial y es algo que no se puede medir ni parar. Es parte del concepto que tenemos en el disco, porque este mundo materialista nos propone ser muy cuerdos y a lo mejor ser loco es pensar por ti mismo y valorar las cosas como vienen", completa el autor de la intensa "Vértigo". Se le animan, también, a una versión de "El tiempo está después", de Fernando Cabrera, "un autor absolutamente desconocido allá".

Ambos se conocieron en 2011, gracias a los "micros abiertos" que organizaba el cantautor Andrés Sudón, hermano de Suso, todos los martes en el emblemático Libertad 8 de Madríd. "Esos espacios fueron necesarios y vitales para la escena de la canción de autor en España, porque nos juntarnos y nos dimos cuenta de que había mucha gente joven haciendo cosas muy interesantes y diferentes entre sí pero que tenían el denominador común de que eran cosas de verdad y autogestivas", contextualiza Pastor, a quien la música le viene de manera innata: es hijo del reconocido cantautor Luis Pastor y sobrino de Pedro Guerra. Con apenas 23 años, Pastor publicó dos discos en solitario: La vida plena (2014) y SoloLuna (2017). En tanto, Sudón (31 años) autoeditó siete libros. Matriz, su último poemario, salió a fines del año pasado, pero la mayoría de sus escritos se pueden rastrear en la web.

--El movimiento de la canción de autor en España, según coincidían los músicos de allí, transitó un momento de estancamiento. ¿En qué estado se encuentra ahora?

Pedro Pastor:--Siento que está vivo; creo que hay un renacer de la canción. Se le está volviendo a dar importancia a la canción en sí misma, una búsqueda por la verdad y la belleza. Y hay un movimiento muy importante en España que está dando mucho que hablar y cuando pasen los años lo veremos como una nueva oleada de cantautores, que además están mirando a América latina y empapándose mucho de este continente. Es muy importante para la trova tanto a nivel rítmico como a nivel lírico que eso suceda. Tengo buenos presentimientos para la nueva canción de autor de toda la tierra de habla hispana. Tenemos mucho que aprender de acá.

--¿Qué cosas interesantes encuentran en la canción de América latina?

Suso Sudón:--Por empezar, ritmos nuevos, melodías nuevas, formas nuevas. En España en general se ha ido tendiendo a una sencillez casi enfermiza: en cuanto suena algo nuevo para la cabeza del público español, es rechazado. Y creo que gracias a la música latinoamericana se están abriendo las cabezas en los músicos y el público, porque todos esos nuevos ritmos que nos llegan están empapando completamente nuestra música: ya no se sabe dónde empieza una cosa y dónde termina la otra.

P. P.:--Estamos sedientos de propuestas diferentes. En América latina se da mucha importancia a la estética y a la lírica surrealista, pero en España siempre la letra tiene que ser clara y concisa. En Argentina hay una sensibilidad metafórica que nosotros no la tenemos o la hemos olvidado. Y nos hacen muy bien para abrir la perspectiva poética. Creo que es necesario el mestizaje en general. Esto es un intercambio enriquecedor: que músicos de allá volemos para acá y viceversa, y que se siga alimentando.