Luego de la represión con la que la Policía de Salta y la Infantería buscó despejar la ruta 50 frente al ingenio azucarero El Tabacal, los 181 despedidos y sus familias volvieron a cortar la ruta en reclamo de los puestos laborales perdidos. Cuando se acercaron se encontraron con gendarmes y carros hidrantes por lo que temen que la represión sea mayor.

Ayer, los efectivos policiales avanzaron contra los despedidos con gases lacrimógenos, balas de goma y piedras. Incluso a muchos de ellos los detuvieron, tres eran menores, y los mantuvieron encerrados hasta la medianoche. Eso no los detuvo y retomaron el reclamo aunque la preocupación ahora pasa por la presencia de la Gendarmería. "Qué quieren, ¿matarnos?", se preguntó Mirna Ríos, que dialogó con este diario mientras mantiene la protesta al borde del camino. 

Ayer fue "un calvario" para Mirna. Estaba en el corte de ruta junto a otros despedidos reclamando por sus derechos a los directivos de Seaboard Corporation, la empresa que explota el segundo ingenio azucarero más grande del país por su reincorporación. Poco después del mediodía, cuando un grupo de manifestantes que mantenían el corte, que levantaban cada hora para dejar pasar vehículos, comenzaron a ser reprimidos.

En ese momento Mirna con sus hijos y sobrinos estaba en una plazoleta cercana a la zona del corte mientras esperaban que regresara Martín Herrera, esposo de Mirna y uno de los despedidos, cuando el mundo pareció venirse abajo. "Estábamos sentados comiendo cuando se aparecieron entre los autos y empezaron a dispararnos, a tirarnos gases. Corrimos todos, no les importó nada de nada que tuviéramos niñitos con nosotros, nada", contó Ríos.

Se acercó hasta un merendero que está cerca y se refugió con sus hijos y su sobrino, de un año y medio. Entonces, oyó que su celular sonaba. Era su vecina que la instaba a que fuera rápido para su casa porque la Policía había ingresado "rompiendo y revolvieron todo, como si estuvieran buscando delincuentes" y se había llevado detenido a Martín, a su hijo mayor, epiléptico, y a sus sobrinos de 10 y 11 años. "A mi marido lo sacaron del baño y le pegaron, y a mi hijo también, discapacitado y todo, le pegaban la cabeza contra el mojón de cemento de la electricidad", agregó. Nunca supo lo que buscaban los policías. 

El secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Azúcar del Ingenio El Tabacal, Martín Olivera, destacó que la policía "no solo quiso levantar el corte de ruta", sino que "se propuso cazar gente en la ciudad". Mientras un pelotón de uniformados avanzó sobre el corte a fuerza de balas de goma y gases lacrimógenos, otro grupo se infiltró entre los manifestantes y otro los a casi 400 metros y avanzó sobre el pueblo de Yrigoyen. "Los policías apedrearon viviendas particulares, rompieron autos, ingresaron a casas de los trabajadores de sorpresa, sin ninguna intimación, sin orden. Se armó una pueblada y a gente terminó corriendo a la fuerza", relató. 

Los despedidos, en tanto, regresaron hoy a reclamar en la ruta contra la decisión de Seaboard Corporation, pero mantienen un carril liberado. Saben, en tanto, que en la puerta del ingenio la Gendarmería acecha. "Empezaron los rumores de que nos reprimirían con Gendarmería y unos hombres fueron a hasta la entrada de El Tabacal y los vieron. Son 10 camiones y 21 colectivos llenos de Gendarmes, parece que ya tienen la orden de reprimirnos, semejante cantidad de personas para pegarnos, para echarnos. Qué quieren, ¿matarnos?", se preguntó Ríos. 

El conflicto con la gerenciadora norteamericana del ingenio lleva dos meses. La mayoría de los 181 trabajadores desafectados se enteraron de que no tenían más trabajo apenas días antes de su reincorporación a la zafra, el 1 de febrero. Desde esa fecha, el gobierno salteño al mando de Juan Manuel Urtubey dictó la conciliación obligatoria. "Ellos quieren implementar la modalidad del turno relevante con lo que logran reducir el número de jornales que deben pagarle a los trabajadores y así, bajar el ingreso en promedio en casi un 45 por ciento", cuenta Olivera, que también denunció que los 181 despidos "no serán los únicos" si la compañía es habilitada a continuar con su plan.