Lanús derrotó anoche por 1-0 a River en el regreso de los de Gallardo a La Fortaleza. El gol lo marcó el uruguayo Silva, a los 31 minutos. En la previa del encuentro, una amenaza de bomba obligó a la inspección de las instalaciones por parte de las autoridades. 

Casi cien días después de la eliminación a manos de Lanús en una serie semifinal de Libertadores en la que se encontraba tres goles arriba, River volvió a La Fortaleza. Aquel batacazo granate fue un quiebre para los de Gallardo: desde tal eliminación, sumaron cinco derrotas (Superclásico incluido) en siete partidos de Superliga y quedaron bien lejos de la lucha por el título (a 19 puntos de Boca). En el receso se vio obligado a invertir. Llegaron Pratto, Armani, Quintero y Zuculini; y se fueron 22 millones de dólares. Sin embargo, quien más cambió desde aquel duelo fue su verdugo. Lanús, tras la final perdida con Gremio, se quedó sin su DT (Almirón), su goleador (Sand) y su capitán (Velázquez).

Anoche, River se internó en campo rival desde el inicio, buscando que la historia no se repita. Con una fluida circulación de pelota entre sus mediocampistas, la pelota iba de lado a lado y también los voluntariosos volantes granates. La primera llegó a los siete minutos. Román Martínez durmió en la última línea y Ponzio le birló la pelota, la llevó hasta el área chica y asistió a Scocco que, apurado por la marca, definió defectuosamente y la pelota se fue tímidamente para afuera. Era el primer aviso de un River decidido. El local, por su parte, probaba suerte con remates de larga distancia, principalmente de Barrientos, que fue el mejor de los suyos durante lo poco que estuvo en cancha (a los 20, un choque con su compañero Acosta lo obligó a salir reemplazado).

River dominaba pero sin profundidad ante un inofensivo Lanús. Tanto Pratto como Denis, los “tanques” de ambos equipos, estaban aislados del resto, devorados por sus marcas. Recién a los 30, Denis pudo realizar una de esas descargas de espaldas “a la” Sand y el local tuvo su primera situación de gol, pero Acosta la mandó muy por arriba. Pero se ve que el “Laucha” calibró la mira en esa jugada, porque segundos después, tras un buen contraataque, la pelota volvió hacia él y definió de primera, exigiendo la estirada de Armani, que dio un rebote al costado. El rebote lo tomó Silva (aquel del fatídico 4-2 por Libertadores) y sólo tuvo que empujarla. De pronto, Lanús se ponía en ventaja. Lo que el Millonario no pudo en treinta minutos de posesión, el Granate lo logró tras unos pocos intentos.

Desconcertado tras el gol, River no pudo esbozar respuesta alguna. Para colmo, Denis estuvo cerca de aumentar tras una buena habilitación de Martínez, pero su intento fue neutralizado por Armani, que se jugó la ropa en una rápida salida.

El apagón ofensivo de River al final de la primera parte hizo mella en Gallardo, que metió dos cambios en el entretiempo (Quintero y Mora por Fernández y Pérez). Jugado el Millonario en ataque, Lanús tomó nota de los espacios brindados por la visita. Tanto Acosta como Denis se encontraron más de una vez con la oportunidad de causar daño, pero siempre muy lejos del arco. El Granate priorizaba la faceta defensiva.

Cómodos con el resultado, los de Carboni cuidaron la pelota en cuanto la recuperaban. Marcone se hizo grande en ese rubro, marcando, ganando y tocando para los del fondo, que sabían lo qué hacer, como en las mejores épocas del Lanús de Almirón. Del otro lado, la mejor (y casi única) de River la tuvo Mora, en tiempo de descuento, pero su bombazo se encontró con la buena reacción de Andrada, que la mandó al corner. 

En su regreso a La Fortaleza, el Millonario retrocedió el casillero que había avanzado frente a Olimpo. Lanús, como hacía tiempo no lo hacía, fue superior a su rival y volvió al triunfo tras mucho tiempo.