Más de dos años lleva la multipremiada collagista Johanna Goodman, con residencia en Nueva York, dando mixturada forma a incitantes seres fantásticos, en su mayoría mujeres, cuyo atípico trazado busca explorar “variedad de tópicos de la cultura popular, incluidos el rol del individuo en la moda, en la historia, en la imaginería artística y, ya en sentido amplio, en la conciencia colectiva”. Mamando del surrealismo, del realismo mágico, del simbolismo, su Catalogue of Imaginary Beings -tal es el nombre de la colección- suma ya cientos y cientos de personajes, que refieren a  “lo guerrero, lo vulnerable, lo industrial, lo universal, lo personal”, en palabras de la artista. También a lo político, conforme ponen de manifiesto algunas de sus damas formidables, monumentales, pergeñadas para conmemorar las recientes marchas de mujeres en Washington, compuestas a partir de visuales modernas e históricas, amén de aunar la histórica lucha por la equidad y subrayar la idea de sororidad. Guiada por la intuición, da Johanna a sus bellas criaturas las más extravagantes pilchas: carteles feministas, explosivos volcanes, infinitos paisajes, alas, trenes, maderos o nubes, y son -según propio parecer- “proyecciones de partes de mí misma”. Englobadas las obras, dicho sea de paso, en subcategorías: naturaleza, color, ciencia, urbe, mundo animal, universo textil… “Cuanto más me sorprendo a mí misma, mejor es el laburo”, asegura quien empezó el mentado catálogo por capricho, y desde entonces ha expuesto las piezas en galerías por doquier, siendo además convocada por medios como Time Magazine, Rolling Stone, el New York Times o Esquire para ilustrar artículos de vasta circulación. “Se siente emocionante y desafiante tomar imágenes que pueden parecer triviales y convertirlas en algo extraño y hermoso”, confiesa JG, a la par que cuenta cómo se inspira en amplísimo espectro de fuentes: “artefactos culturales como talismanes, ídolos, tótems, además del detritus material que nos rodea constantemente”. Por lo demás, continúa la artista engordando mitología con más y más collages de seres imaginarios, cuyos poderes o pasados no se explicitan nunca pero que -guiños, referencias mediante- invitan a conjeturar.

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