Hablando del concurso de acreedores del Correo Argentino recordaba a Julio Verne y a su libro El Correo del Zar. 

La verdad es que ni Julio Verne, cuya obra se caracterizaba por su excelsa imaginación, podría haber anticipado el ingenio puesto por el grupo Macri para impedir que se efectivice su responsabilidad en el presunto vaciamiento del Correo.

La historia del Presidente con el Correo demuestra su coherencia neoliberal con los negocios, obviamente siempre lejos de la justicia social, de la transparencia y de la institucionalidad.

Allá por el 2000  –Discepolo diría: “… en el 2000 también”– en un juicio iniciado por el sindicato de los trabajadores jerárquicos del Correo (Fejeproc) que me tocó patrocinar, se denunció al actual presidente Mauricio Macri por práctica antisindical. La Justicia del Trabajo lo condenó y le aplicó una multa de 300 mil pesos de aquella época. El fondo de la cuestión era que la empresa de Macri presionaba a los trabajadores para que se desafiliaran de la organización sindical. Cualquier similitud con el presente no es pura casualidad.

Ahora me pregunto, por aquello de Funes el memorioso, si esa condena podría explicar la inquina del actual Presidente con la Justicia del Trabajo y con los abogados laboralistas que defendemos a los trabajadores.

Charlo, con una voz inolvidable, cantaba el tango “Rencor” (de su autoría junto a Luis César Amadori) que decía “… rencor mi viejo rencor, déjame olvidar…”. Hoy esta historia continúa con un ataque del Grupo Macri a funcionarios de otro Fuero, del fuero comercial, defendiendo lo indefendible y atacando lo inatacable, para intentar frustrar la investigación judicial.

Por suerte nos encontramos con una funcionaria judicial con la convicción y la fortaleza dignas de un Miguel Strogoff, que no se amilana ante nada y cumple con probidad su misión judicial. Se trata de la fiscal de la Cámara Comercial Gabriela Boquin, quien cuestionó a los empresarios por su inconducta en el expediente del concurso de acreedores, imputándoles al Grupo Macri maniobra de vaciamiento en beneficio de sus empresas Sideco y Socma presunta en perjuicio del Estado y de los demás acreedores. Se trataba de eludir la responsabilidad del Grupo respecto de una deuda de unos 4000 millones de pesos ($4.000.000.000).

Quiero remarcar que por estas actitudes tramita un juicio penal ante el juzgado de Ariel Lijo en el que está imputado el ingeniero Mauricio Macri e investigada la conducta de la jueza de primera instancia Marta Cirulli.

El Grupo Macri sigue chicaneando en el interminable proceso judicial, no solo con esa intención dilatoria, sino específicamente para excluir del trámite del concurso de acreedores a una funcionaria que está dejando al descubierto las maniobras en perjuicio de todos los argentinos.

En efecto, del Grupo Macri ha presentado un recurso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, recusando a la fiscal Boquin, tratando así de impedir la profunda y seria investigación que lleva a cabo la funcionaria.

Esperemos que el Alto Tribunal rechace la maniobra del Grupo Macri. 

* Abogado laboralista.