Aclaración clave: la versión original de Misa para el Tercer Mundo, con textos del padre Carlos Mugica y músicas de Roberto Lar, fue grabada por una agrupación ya extinta: el Grupo Vocal Argentino. Se había registrado entre el 10 de diciembre de 1973 y el 18 de enero de 1974, pero no pudo ser difundida a causa de la censura de la época. Su nueva edición, por tanto, es una recreación hecha por otro grupo, Quinto de Cantares, que alberga en su seno a dos tenores que participaron de aquella gesta: Galo García y Fernando Collados. Ambos partícipes de las dos instancias (y únicos sobrevivientes del G.V.A), son los que hablan con PáginaI12 con el fin de anudar épocas, marcar rupturas y continuidades, y avisar que tocarán la nueva versión de la misa el miércoles 28 de febrero en Hasta Trilce (Maza 177). “La que vamos a presentar es una versión que hizo Oscar Escalada para Quinto de Cantares y un grupo chico de músicos”, aclara García, para marcar la ruptura entre esta y la que se grabó en la década del setenta, con cincuenta músicos en el estudio de RCA Victor. “Digamos que volvimos a parirla, porque teníamos la decisión y la necesidad de volver a mostrarla”, apuntala Collados.

Las partes que componen la obra (“Kyrie”, “Gloria”, “Credo”, “Sanctus” y “Agnus Dei”) son las mismas que recrea la misa criolla de Ariel Ramírez pero, a diferencia de aquella, la de Mugica no es litúrgica. “Esta obra es testimonial, porque Mugica la escribió para mostrar lo que él defendía. Tal vez no pudo contar todo lo que sentía y quería decir, pero así y todo es bastante lo que siente y dice”, refleja uno de los tenores, recreando el clima de esos días de fines del 73, cuando se reunían con el cura tercermundista y con Lar para afinar detalles musicales y textuales de la obra. “Lo que escribió Mugica en esa misa era lo que le pasaba a la gente, al trabajador, porque la sociedad se defiende también con música, con cultura”, sostiene Collados, excantante de Los Arroyeños.

–¿Qué pasó con la primera edición?

Galo García: –Circula en internet, sacada de algunos discos, porque se grabó y también se editó. El problema fue que cuando estábamos por estrenarla en vivo, hacía una semana que habían matado al padre Mugica, entonces cayeron las fuerzas del orden y prohibieron todo. Luego secuestraron cincuenta mil copias y los masters. Eso desapareció y por suerte no nos metieron en cana a todos. A mí me agarraron probando sonido. En eso estábamos cuando vimos entrar a los de verde y uno de ellos nos dijo: “Muchachos, esto no se puede hacer, está suspendido; desarmen todo y váyanse a sus casas”.

Fernando Collados: –Y a mí me avisaron por teléfono que no fuera. Bueno, la cosa fue que el sello pensaba distribuirla por toda Latinoamerica, porque reflejaba una problemática continental. Incluso más que en la Argentina, donde los curas villeros aún eran pocos, no como hoy que han sido nombrados obispos por Francisco.

–¿Cómo fue la relación interpersonal que tuvieron ustedes con Mugica?

F. C.: –El tenía mucha relación con Lar en ese momento y cuando surgió lo de la misa le preguntó con quiénes podía grabarla. Lar lo conectó con nosotros y el trabajo fue de los tres en simultáneo: Mugica escribía los textos, Lar la música y nosotros ensayábamos.

G. G.: –El padre estaba muy interesado por que se entendiera la letra porque, cuando se canta en polifonía, el texto cantado puede pasar algo inadvertido. Además, venía a los ensayos, cambiaba cosas, sugería... Estuvimos casi un año así, mientras la situación política se ponía cada vez más áspera. 

La idea de recrear la obra se dio durante un concierto de Galo en la Biblioteca, en el que su excompañero se subió a cantar ciertas piezas de antaño. “El único que había seguido cantando era yo”, indica Galo. “Por suerte salió bien: esa noche fue como un resurgir. Cantamos dos temas juntos y apareció la idea de volver sobre las canciones que no habíamos podido cantar en su momento. Así arrancamos con la nueva puesta de la misa, que se vio beneficiada por el gran trabajo de Oscar Escalada, que es un director de coro internacionalmente conocido”, se pliega Collados. “El trabajo de adaptar musicalmente la obra fue muy bueno y nos entusiasmó hasta el punto que nos animamos a grabarla de nuevo”.

–¿Cuáles son, sustancialmente, las diferencias estéticas entre ambas misas?

G. G.: –La música es esencialmente la misma.

F. C.: –La diferencia es que la original estaba más vestida, tenía más músicos y otro sonido, pero los arreglos vocales son más o menos parecidos. Digo más o menos porque no estuvieron los originales, que tenían un color distinto. Otra diferencia es que tampoco tenemos a Domingo Cura y sus morochos, que grabaron la percusión en la original, algo que ahora hace Gustavo López con una batería electrónica. La tecnología es otra.