María Teresa García y Florencia Saintout son las jefas de bloque de Unidad Ciudadana del Senado constituido por once legisladores y la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires con 23 representantes. Asumieron el 10 de diciembre pasado, luego de conformar las primeras listas bajo la Ley de paridad bonaerense. La gobernación está a cargo de María Eugenia Vidal de Cambiemos, una de las figuras con mejor imagen electoral, durante la primer etapa del gobierno del espacio político que comparte con Mauricio Macri.    

En vísperas al Paro Internacional de Mujeres del próximo 8 de marzo, la presencia en horario central de la tarde de comunicadoras feministas en el programa Intrusos, conducido por Jorge Rial, espacio en el que la periodista de este suplemento, Luciana Peker, propone hablar de aborto, hacen que la agenda de género esté en primer plano. ¿Cómo se hacen eco las legisladoras en los recintos de todo esto que acontece en las calles, en las redes y en los medios?

Las demandas más escuchadas en las múltiples asambleas que en todo el país organizan el #NosotrasParamos tienen que ver con los distintos modos en los que el neoliberalismo precariza nuestras vidas. Esta realidad se avizoraba allá cuando en los meses previos a la última elección presidencial ciertos feminismos se manifestaban con la consigna Amor, sí; Macri, no. En una entrevista en el despacho de la senadora, por el que circulaba su nieta pequeña, transcurrió esta conversación donde el género y la política se entrecruzan hasta volverse indiscernibles.

¿Hay un deterioro de la vida de las mujeres en el actual contexto político?

M.T.G.: –Sí, absolutamente. Cuando una mujer manda a sus chicos al colegio ya no tiene netbooks, libros, sabe que la AUH no va a mejorar. Además, y esto transversaliza a toda la sociedad, está el temor a la pérdida del empleo. Tenemos una gobernadora mujer y están ausentes las políticas de género en su gobierno. Es una réplica del gobierno liberal de Macri. Ahora instauró una aplicación para hacer denuncias a distancia. Pongámonos en situación de una mujer víctima de violencia en el conurbano, no va a darse el tiempo para descargar una aplicación, no tiene señal o no tiene carga, lo que debe haber es más sensibilidad en la Justicia y en las fuerzas de seguridad. No se ha avanzado en leyes en materia de género, sigue pendiente la implementación del cupo laboral trans. Hace pocos días se cumplió un aniversario de la muerte de Lohana Berkins, la Ley de Identidad de Género fue emblemática, en cualquier parte del mundo donde se hagan encuentros respecto de este tema se referencia a Argentina. Desde esa época al día de hoy la diferencia es enorme porque los intereses del liberalismo son otros, no son los de la inclusión. 

F.S.: –Las mejores políticas de género tienen que ver con la justicia social, con la soberanía, con la libertad. El movimiento de mujeres es muy grande en Argentina, tiene mucha conciencia, es muy plural, atraviesa las clases, es una experiencia vital, un saber que no va a aceptar cualquier cosa del Gobierno. Por eso es tan interesante que el movimiento de mujeres esté tan en la calle, y tan parado. Y también es tan llamativo que no se lo escuche. La gobernadora viene a trabajar a La Plata, frente a la gobernación está la Plaza San Martín. A esa plaza empezaron a llegar de a una, de a dos, de a diez mujeres con mantas que venían a vender lo que podían porque iban perdiendo el trabajo. Hoy son cientos de manteras trabajando con los chicos. Jamás la gobernadora se cruzó a hablar con ellas. Se habla de la gobernadora sensible, del diálogo, jamás se acercó. No me imagino a una feminista que vea eso y no se pregunte qué pasa. 

M.T.G.: –Vidal se fue a vivir a una base militar, la Base Aérea de Morón que fue un centro clandestino de detención. Yo no sé si podría llevar a mis hijos a un lugar así, porque eso ya no habla de la seguridad, habla de en qué ámbito una quiere reproducir su vida. Están creando, con Durán Barba, un sentido común tan riesgoso. Lo de la pesada herencia ya pasó, el “se robaron todo” también. Ahora es “a los chorros hay que  matarlos, la gente quiere pena de muerte”. Entonces después lo asiente Susana Giménez y empezamos con ese sentido común de Neustadt, de doña Rosa, que me está empezando a preocupar, porque además sí creo que hay una ausencia desde nosotros, salvo Jorge Alemán y algún otro, de cuestionar seriamente desde el punto de vista filosófico ese discurso. 

Señorita Bimbo dijo en Intrusos: “Doña Rosa está muerta y además el marido le pegaba”. 

M.T.G.: –En la provincia cada cuatro días se comete un femicidio, tiene el mayor índice de violencia de género y femicidios del país. Todo enmarcado en un modelo que reduce las oportunidades y responde a las demandas con represión. Sabemos lo que significa para las mujeres el sablazo de la reforma jubilatoria, nos afecta como futuras jubiladas, aportantes, hijas de quienes ya no tienen ingresos suficientes, ni la prestación de servicios de PAMI. Y afecta a aquellas que trabajaron haciéndose cargo de su casa, de la crianza, de su compañero y que fueron reparadas por el gobierno anterior cuando reconoció como trabajo digno el de ama de casa. Habíamos llegado al 97 por ciento de cobertura en edad previsional, fuimos el primer país de América Latina en alcanzar ese índice. Y esa afectación se extiende a la AUH, a las pensiones por discapacidad. Porque ¿quién toma un colectivo a las 5 de la mañana para ir con el chiquito a upa o empujando una silla de ruedas al servicio de rehabilitación? El paro del 8 de marzo va a estar muy acompañado de mujeres que quizá nunca  reflexionaron sobre esto, porque dónde nos protegemos si el Estado no nos cuida. Lo dijo Cristina: “Nos vinieron a desorganizar la vida”. Y es cierto, se la desorganizaron a cada mujer.

En el paro de 2017 una consigna que circulaba era “Mientras la CGT toma el té, las mujeres paramos”. 

M.T.G.: –Fue así, yo estuve en la movilización de la CGT en la que los señores tuvieron que salir corriendo. Las primeras que empezaron a gritar “Pongan la fecha” era un grupo de ocho o diez mujeres de la Unión Obrera Metalúrgica que llegaron hasta el palco y eso fue lo que hizo trastabillar el discurso de Schmid.

Hay 2019, ¿cómo ven que se configura una fuerza opositora para disputar las elecciones?

F.S.: –En el Congreso provincial desde que asumimos hubo tres sesiones, una atrás de la otra para votar la reforma del Banco Provincia, la adhesión al régimen de ART y el acuerdo fiscal. Nosotras presidimos dos bloques y no les hemos votado nada porque todo lo que proponen es contra los intereses populares. La esperanza de la construcción está en que hay más conciencia en la gente que en los dirigentes. Hay una dimensión profunda de los sueños, el futuro no está entregado. Y a las mujeres que a veces nos dicen que seamos tranquilas, está bien enojarse. Nos podemos enojar las mujeres, nos podemos enojar los pueblos, tenemos el derecho y el deber de enojarnos ante lo que es injusto. 

M.T.G.: –Con quienes levantaron la mano y votaron fondos buitres y blanqueo de capitales, mucho espacio común no hay. Ese es para mí el único límite de construcción futura. El otro día vi con mucha alegría cuando al gobernador de San Luis le preguntan si el peronismo ya da por perdida la elección de 2019  y él responde: “De ninguna manera, va a haber peronismo y hay 2019”. En algún momento va a haber una toma de conciencia popular y aun de los sectores de clase media, media alta, que no nos han acompañado. Tenemos que parar este modelo de ajuste, y eso lo va a hacer un frente nacional  con el protagonismo del peronismo y de quien tuvo el 36 por ciento de los votos. Es imposible el triunfo negando a la dirigente más importante del espacio. El pueblo siempre es mucho más sabio que los dirigentes. Cuando Cristina saca el 36 por ciento y Randazzo saca el 5 por ciento, ya está, listo. 

Una de las grandes demandas del movimiento feminista es la legalización del aborto, una deuda de la democracia. 

M.T.G.: –Yo no voy a responsabilizar por su decisión personal a Cristina porque cuando se discutió Matrimonio Igualitario, la enorme mayoría del peronismo quería votar en contra. Sin embargo hubo un debate intenso con participación de sectores que determinaron que muchos cambiaran su forma de pensar. Quizás ahora está comenzando un proceso, paradojalmente Rial ha instalado el tema para interpelar a toda la dirigencia política. Nosotros dimos batallas en función de emergentes, pero la responsable de dar esas batallas no era exclusivamente Cristina, también los legisladores podríamos haber tomado la bandera y defenderla en el recinto. 

F.S.: –Es una cuestión de salud pública, de libertad y de igualdad que tenemos que seguir conquistando. Antes de este gobierno eran muy pocas las mujeres que desde el peronismo decían públicamente estar a favor del aborto legal. Cada vez son, somos, más. De la misma manera que decimos no hay 2019 sin Cristina, no hay la posibilidad de que cada mujer decida sobre su propio cuerpo sin el kirchnerismo. Las mujeres kirchneristas hemos dado una pelea enorme, masiva, venimos diciendo públicamente que estamos a favor de la legalización del aborto. Ninguna dirigente se calló su posición, no hubo planteos de disciplina partidaria al respecto, más bien lo contrario.