Estaba escribiendo un guión para una suerte de remake de la serie Petrocelli, ¿se acuerda mi amigo de aquel abogado interpretado por Barry Newman en los ‘70? Bueno, le contaba, estaba dándole forma a una nueva versión en la que, por fin, el letrado terminaba de construir su casa gracias a un Plan Procrear, y resulta que mi productor me dice que mi idea ya no va, que en todo caso ahora el protagonista debía pedir un crédito UVA, sobre todo si tiene el apellido Newman. 

La cosa es que se me complicó el argumento, pues a este buen abogado no le alcanzan sus ingresos para pedir ese préstamo. Por el momento, entonces, le presenté a mi productor el siguiente plan: al final de cada capítulo en lugar de ver a Petrocelli cómo avanza en la construcción de su casa, lo vemos recorriendo bancos en busca de una tasa pagable, mientras se pregunta cuánto le conviene pedir una hipoteca a 20 años que la terminará de pagar en 30. 

Yo le estoy dando vuelta al tema este de los abogados porque es muy actual. Claro, mi amigo, si estamos siempre hablando de leyes, jueces y demás. Tengo un primo en el Gobierno que me dijo que podía conseguirme un subsidio para filmar una serie sobre la mafia de los abogados laboralistas. También me aconsejó el título para otra sobre jueces que se olvidan del código procesal. Me dijo que el título lo tomó de la ministra Pato y sería así: “Que los jueces hagan lo que quieran”. 

¡Qué lío que hay con todo esto! El otro día no sé qué dije sobre el policía ese que mató a un pibe por la espalda (bah, ya fueron varios) y uno me dice: “Dejá de defender a los delincuentes; si te gustan tanto llevátelos a tu casa”. ¿Pero cómo a mi casa? ¿Qué se cree, que vivo en Marcos Paz o en Devoto? ¿Y qué voy a hacer con ese tipo en mi casa? “Dale de comer y que juegue con tus hijos, a ver si te gusta”, agregó. 

“Sí, sí, llevátelos a todos a tu casa” insistía él. ¿Qué piensa este buen señor, que mi casa es tan grande? ¿Qué quiere? ¿Que alguien los cuide? ¿Que nos juntemos todos? 

No sabe cómo se puso este hombre, si hasta me dijo “vos dale la espalda al Gobierno y así te va a ir”. 

Ya no sé de qué hablarle, porque tema por medio vuelve con eso de “llevátelos a tu casa”. De verdad le digo. Si hablamos de delincuentes, que me los lleve a mi casa, si hablamos de inmigrantes, que me los lleve a mi casa, si hablamos de despedidos, feministas, K, transexuales, a todos que me los lleve a mi casa. 

¿Es que, acaso, él se querría llevar al policía ese a su casa? ¿O tal vez quiere llevarse a los entrenadores del cadete de la escuela de Policía de La Rioja? 

Como sea, parece que nos quiere a todos juntos, que nos unamos, así que será cuestión de hacerle caso, con créditos o sin créditos, construyamos la casa grande y no le demos la espalda al Gobierno, vayamos de frente.