El líder, compositor y saxofonista alto Tim Berne es una de las figuras más brillantes del jazz norteamericano de vanguardia, ha creado una obra que se distingue por su envergadura e imaginación. "Tengo una manera personal de organizar la música", dice a modo de presentación. Llega a Rosario como líder de Big Satan, un trío que retoma las lecciones de dos leyendas, Ornette Coleman y John Coltrane. Se presentará hoy a las 21.30 en el Centro Cultural Atlas, Mitre 645, junto a Marc Ducret en guitarra y Tom Rainey en batería.

Creador incansable, tiene más de cincuenta discos editados, algunos junto a grandes músicos como Bill Frisell, Mark Helias, Marilyn Crispell, John Zorn y Hank Roberts, otros al frente de sus propios proyectos. Se ha definido como "un monstruo de control que necesita, justamente, mucho control para lograr que la música suene descontrolada".

Con un contenido de complejas estructuras compositivas e intensa improvisación libre, los temas de Berne representan parte del mejor jazz moderno creado durante los últimos veinte años.

El saxofonista norteamericano es hoy por hoy uno de los puntales creativos sobre los que se apoya el jazz que viene. Es un compositor tremendamente fértil y audaz, que asume el reto de la creación no como compromiso, sino como obligación natural, como condición inherente a su rol de jazzista.

Hace unos años esta actitud de avanzada fue reconocida por nada menos que por el productor discográfico Manfred Eicher, que lo contrató para el prestigioso sello ECM.

‑-¿Cuándo decidió tomar distancia del mainstreamen el jazz?‑ preguntó este diario, vía mail.

-‑Nunca tomé una decisión consciente de tomar distancia del mainstream en el jazz. En realidad nunca formé parte de esa escena -respondió.

‑-¿Si tuviera que elegir entre Lee Konitz y Charlie Parker, dos claros exponentes del saxo alto, con quién se queda?

‑-Me gustan los dos, particularmente Konitz en los '50 y '60.

-‑¿Se escuchaba jazz en su pueblo, Siracusa?

‑-Había una buena escena de conciertos en vivo en Siracusa a comienzos de los '70. También había una buena estación de radio asociada a la universidad.

-‑¿Lo suyo es free jazz, música de cámara o todo eso, o algo nuevo?

‑-No creo estar haciendo nada nuevo... a lo mejor solamente tengo una manera personal de organizar la música.

-‑¿Si no hay improvisación no hay jazz?

‑-Creo que eso es cierto.

--Siempre se movió en pequeños mundos al margen del circuito clásico del jazz. ¿Cómo le ha ido?

‑-En realidad no sé mucho sobre el mundo clásico. Mi mundo está bien, supongo -concluye.

(Con la colaboración de Beatriz Vignoli).