Las mujeres de países desarrollados rara vez mueren de hemorragia posparto y casi nunca por un aborto; las mujeres en Argentina sí. La mayoría de estas muertes son evitables, y el misoprostol y mifepristona ayudan a prevenirlas. Los medicamentos recomendados para el aborto están en el listado de medicamentos esenciales de la OMS.  

La mifepristona junto al misoprostol son el estándar de oro para la interrupción del embarazo, pues su uso combinado tiene altísima efectividad y pocos efectos secundarios. El misoprostol tiene varios usos obstétricos, incluido el tratamiento de la hemorragia posparto y el aborto incompleto. La mifepristona tiene como principal uso la interrupción del embarazo. Las ventajas y seguridad de estas drogas han motivado un aumento de uso por parte de profesionales de la salud y mujeres, transformando las experiencias del aborto y disminuyendo los abortos inseguros. 

Noventa países registraron el misoprostol para al menos uno de sus usos obstétricos y muchos también la mifepristona (Estados Unidos, Canadá, países de Europa, Uruguay, México y Colombia). En la Argentina el misoprostol sólo está registrado para una sola indicación en ginecología y obstetricia: la maduración del cuello uterino pese a que es una droga segura, eficaz, costo-efectiva, y de alta aceptabilidad. La falta de aprobación de la mifepristona y del misoprostol para el aborto priva a las mujeres y profesionales de la salud de una de las formas más seguras y efectivas para interrumpir el embarazo. 

Fuente: “Las cifras del aborto en la Argentina”, elaborado por el Cedes, ELA y Redaas.