Para reclamar el fin de la violencia social e institucional contra el colectivo travesti y trans, mañana -Día Internacional del Orgullo- se realizará la II Marcha Nacional Basta de Travesticidios, que se replicará en todo el país. La convocatoria es a las 15.30, en la plaza San Martín (Santa Fe y Moreno), para movilizar en simultáneo con distintas ciudades. En la previa, se realizará un abrazo simbólico "de espaldas" a la sede de gobierno provincial -ex jefatura de policía- que funcionó como uno de los centros clandestinos de detención durante la dictadura cívico-militar, donde travestis y trans eran detenidas en aquellos años. "Será en repudio también a la falta de políticas públicas en los tres niveles del Estado", dijo Michelle Vargas, una de las integrantes de la mesa organizadora que destacó la unidad del colectivo en la ciudad. "Tenemos voz propia, no queremos que hablen por nosotras", aseguraron. Educación, salud, trabajo, vivienda y justicia, son los ejes.

Luego de tres meses de reuniones, desde la organización de la marcha definieron los travesticidios a partir de dos ejes: "El primero es por acción, entendido como el asesinato directo de personas trans a raíz de su identidad de género; el segundo, por omisión, que se da cuando el Estado no garantiza la supervivencia del colectivo obstruyendo derechos básicos", aseguraron. "En este caso, también se menciona a la sociedad en general como responsable de las múltiples privaciones que se sufren a causa de los prejuicios todavía vigentes", expresaron en un comunicado.

La marcha, a 50 años de los hechos en Stonewall que sacaron a la calle los reclamos del colectivo de diversidad sexual, pasará por los tribunales provinciales y federales, por la Municipalidad, la catedral y llegará al Parque de las Colectividades, donde habrá actividades culturales con Las Reparadas y Ayelen Beker, para cerrar a pura música. "Ni un trava ni una trans menos", pedirán.

Entre los principales reclamos, el colectivo exige "el acceso igualitario a la educación, ya que a raíz de la discriminación y la expulsión temprana del hogar la mayoría no pudo terminar la escuela secundaria"; y la consecuencia de la "dificultad para conseguir un empleo, tener derecho a una vivienda, acceder al sistema de salud y a la justicia".

Un dato alarmante dentro del colectivo es que "todavía persiste el promedio de vida de entre 35 y los 42 años, en Argentina", lamentaron.

En ese contexto, remarcaron "el incumplimiento de la Ley de Identidad de Género y del Programa de Salud Integral, lo que genera que muchas personas todavía utilicen métodos inseguros para la readecuación de sus cuerpos". En relación al acceso a la vivienda, señalan que "nunca" fueron contempladas en ningún plan de acceso a ese derecho. Y también hicieron referencia a las complicaciones para alquilar. "La asociación directa con el trabajo sexual genera tener que pagar cifras exorbitantes y que muches se encuentren en situación de calle", alertaron.

Con respecto a la justicia, travestis y trans denunciaron "la continuidad de un modelo de represión y violencia institucional perpetrado por las diferentes fuerzas de seguridad a partir de la identidad de género". Y advirtieron sobre "la persistencia de edictos policiales y códigos contravencionales que se encuentran activos en algunas provincias del país. También expresaron que la figura de travesticidio o transfemicidio todavía es resistida en algunos tribunales del país para juzgar los crímenes de personas trans".