Detrás del extrañamiento por el formato socialmedia del show, mostró un halo propio y con su voz anuló cualquier pensamiento.
La ficción del alemán Cristoph Behl presenta una galería de artistas reconocibles, pero en una historia que se queda a la mitad.
Con humo, pogo y hechizos de colores, y sin ningún gesto prefabricado, la post otaku borró toda duda de que lidera su escena.
Por la baja de C. Tangana, el Dylan de la RIPGANG pasó al frente y se la bancó con uno de los mejores shows del festival.
Empezó el viernes, con una grilla desguazada por la pandemia, y terminó en diferido, días después, mediado por las pantallas.
El género urbano levantó el típico recurso del rap de soltar veneno en un tema dedicado, y le sumó stories y conferencias.
Los fundadores, la nueva generación, la importancia de productores y beatmakers, el rol de las pibas y la comparación argentina.
La pandemia apuró caminos solistas y reinvenciones en los principales exponentes de una movida que ya tiene su renovación.
Capaz de bancar todo fronteo o de soltar romance en el escenario, el rapero se mostró en un momento altísimo, consagratorio.