Los Chicos del Pueblo pasaron por nuestra ciudad, que los recibió con gran cariño. Ellos representan a todos los niños carenciados del país que no tienen una vida feliz como lo merecen todos los niños del mundo.

Nos duele profundamente ver a los niños de diversas edades hurgando en los contenedores de residuos buscando algo para comer, llevando cartones o papeles para lograr algunas monedas para comprar pan.

Son los que no llegan al jardín de infantes o a la educación primaria, los que jamás llegarán a la educación superior.

¿Qué dicen las autoridades municipales, provinciales y nacionales? ¿En qué están obnubiladas por las próximas elecciones, tanto “amor” le tienen al pueblo que se rompen las vestiduras para ser sus gobernantes o representantes en los cargos electivos?

No he leído ningún comentario de parte de los que se exhiben en costosos carteles con sus respectivos rostros bien cuidados. Con muchos de esos afiches gigantescos, de elevado costo, se podría obtener una buena comida para los Chicos del Pueblo, de cualquier rincón del país.

Que el ejemplo de vida de estos Chicos del Pueblo sirva para sensibilizar a las autoridades responsables y legisladores en las diversas instancias para que se adopten medidas efectivas a fin de lograr la solución de las necesidades que tienen estos chicos, similar a las de millones de niños del mundo: trabajo estable y bien remunerado para sus padres, viviendas dignas, alimentación suficiente y eficiente, educación completa, vestimenta adecuada, acceso a los juegos recreativos y descanso necesario, etc.), es decir, hacer realidad los derechos del niño.

Manuel Silvestre Díaz

D.N.I. Nº 5.969.525