CONTRATAPA

De Borges a Bush

Por Juan Gelman

Suena hereje, pero hay declaraciones de Bush que recuerdan a Jorge Luis Borges. Por ejemplo: la editorial Crisis de Buenos Aires, compañera de esa espléndida revista que Eduardo Galeano dirigió hasta el golpe militar de 1976, había editado un par de años antes una reunión de dibujos del gran pintor uruguayo Menchi Sábat, que retratan desde visiones siempre agudas y diversas al autor de Historia universal de la infamia. La notable escritora argentina Luisa Valenzuela aprovechó un encuentro con Borges para llevarle el volumen, todavía con olor a imprenta. “Maestro –le dijo–, le traigo un libro sobre usted.” “¿De quién es?”, preguntó algo sorprendido Borges. “De Sábat”, fue la respuesta. Borges escuchó mal, dio un saltito hacia atrás y casi murmuró: “¿De Sabato? Hay quien dice que sus libros son mejores que los míos”. Y tras un corto silencio: “El lo dice”. W. Bush se jacta de que fue reelegido porque ordenó invadir y ocupar Irak. El lo dice. Tres encuestas recientes revelan exactamente lo contrario.
La de Washington Post/ABC News, realizada del 12 al 16 de enero, indica que el 55 por ciento de los norteamericanos interrogados piensa que esa guerra no valía la pena; un 44 por ciento cree que sí. El 58 desaprobó los métodos que la Casa Blanca aplica a la situación en Irak, contra un 40 que se manifestó conforme. La encuesta de USA Today/CNN/Gallup, que se llevó a cabo del 14 al 16 de enero, arroja resultados parecidos: el 52 por ciento opinó que invadir a Irak fue un error, contra el 47 que estimó que no (AFP, 18-1-05). El sondeo de Los Angeles Times, efectuado en el mismo lapso, es más contundente todavía: sólo el 39 por ciento consideró que “valió la pena” desatar el conflicto, un 5 menos que en octubre del 2004. Esta última encuesta registró otros datos significativos: para el 45 por ciento, la guerra desestabilizó a Medio Oriente, contra el 24 que entiende que tuvo un efecto estabilizador; y una mayoría considerable –el 65– concluyó que había dañado la imagen de EE.UU. en el mundo. No se equivocaba.
La reelección de W. ha provocado una oleada de denso pesimismo en el planeta, según el escrutinio que para la BBC de Londres organizaron GlobeScan y el Programa sobre actitudes políticas en el plano internacional (PIPA, por sus siglas en inglés) que impulsa la Universidad de Maryland. Fue una señora encuesta: duró todo el diciembre pasado y abarcó a casi 22.000 personas en 21 países de los cinco continentes(www.globescan.com/news_archives/bbcpoll.html). “La investigación deja muy en claro que la reelección del presidente Bush ha aislado aún más a EE.UU. en el mundo”, señaló Doug Miller, cabeza de la GlobeScan, una encuestadora con oficinas en Toronto, Londres y Washington, que posee una red abarcadora de unas 50 naciones y que elabora estudios de alcance mundial a pedido de gobiernos, organismos multilaterales y organizaciones no gubernamentales. La aseveración de Doug Miller tiene fundamento: en promedio, el 58 por ciento de los entrevistados manifestó que la reelección de Bush es un hecho negativo para la paz y la seguridad del mundo y sólo un 26 consideró que era positivo. En América latina, la misma percepción fue respectivamente del 79 por ciento y el 6 en Argentina, 78 y6 en Brasil, 62 y 19 en Chile y 58 y 4 en México. Tal mayoría se registró en 18 de los 21 países estudiados.
“¿Qué sentimientos hacia el pueblo norteamericano le despierta la reelección de George Bush?”, fue una de las preguntas del cuestionario. Un promedio del 42 por ciento respondió que le hacía pensar peor de los estadounidenses, contra un 25 que siente lo opuesto y un 23 que no varió de posición en la materia. La proporción de latinoamericanos en quienes se redujo la estima que sentían por el pueblo de EE.UU. fue de 59 por ciento en Brasil (aumentó para un 28), 54 en Argentina (contra un 13), 49 en México (contra un 14) y 40 en Chile (contra un 16). Sólo en la India, Filipinas y Polonia los próximos cuatro años de Bush hijo causaron beneplácito por los que lo votaron. “Es un cuadro muy torvo para EE.UU. –acotó Steven Kull, director del PIPA–. Los sentimientos negativos hacia Bush son elevados y se generalizan e incluyen a quienes lo reeligieron. Y en ningún lado se apoya el envío de tropas (del país) a Irak.” Ni siquiera en Polonia (60 por ciento en contra), Filipinas (56 en contra) y Australia (56 en contra), que ya las aportaron.
El 70 por ciento de los interrogados –en promedio– se opuso al envío de efectivos nacionales al país ocupado. La oposición más aplastante se registró en Rusia, con apenas el 2 a favor y el 89 en contra. Esa correlación fue respectivamente de 3 y 84 por ciento en Argentina, 12 y 82 en Brasil, 9 y 68 en Chile y un guarismo único se registró en México: mientras el 75 rechaza que tropas del país sean destinadas a Irak, la postura contraria no pasó del 0%. Es decir, nadie.
Un 57 por ciento de los encuestados por Washington Post/ABC News no cree –con razón– que las elecciones iraquíes programadas para el 30 de enero próximo permitan la instauración de un gobierno estable. Con lacras de origen por las manipulaciones de Paul Bremer, el ex procónsul norteamericano en Irak, dichos comicios “democráticos” padecen asimismo diferentes amenazas y limitaciones. Pero ése es otro capítulo.

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