CULTURA › FERIA DEL LIBRO 30 AÑOS

Una memoria que nace del olvido

La colección “Los olvidados” rescata obras de autores argentinos como Enrique González Tuñón, Scalabrini Ortiz y Elías Castelnuovo.

 Por Karina Micheletto

Hablar de “Los olvidados” es emitir una sentencia inexorable respecto de aquellos a quienes se alude. Si se decide poner ese título a una colección que reedita una serie de libros, se está diciendo implícitamente que a sus autores se los quiere recordar, que se lo merecen, que vale la pena hacerlo. Pero también que, guste o no, están olvidados. “Los olvidados” (y no “Los que queremos recordar”, por ejemplo) es el título de una colección que comienza rescatando cuatro obras de autores argentinos escritas en la década del ‘20: Tangos, de Enrique González Tuñón; La manga, de Raúl Scalabrini Ortiz; Y volvió Jesús a Buenos Aires, de Enrique Méndez Calzada, y Tinieblas, de Elías Castelnuovo. Es sabido que en la literatura, y en el arte en general, la cuestión de a quién se recuerda y a quién se olvida, en el corto y en el largo plazo, no siempre tiene un justo fundamento. Durante la presentación de la colección en la Feria del Libro se habló largamente sobre cánones literarios, operaciones de la crítica y la lectura y demás condiciones del olvido.
Emilio Perrot (el editor que encaró la patriada de la colección, después de años de sostener un sello jurídico), el escritor Javier Trímboli y tres prologuistas de las obras –Víctor Pesce, Emilio Bernini y Guillermo Korn– fueron los encargados de abordar el debate. Recordando con George Steiner que la nuestra es una “época bizantina” (por la glorificación del comentador y del comentario en detrimento de los textos originales), Pesce propuso “extrañar la literatura argentina y leerla como si fuera la primera vez”. “El canon supone el olvido de la diversidad. La academia enfatiza algunos nombres e inevitablemente parece oscurecer y hacer olvidar a otros, que los hicieron posibles”, analizó.
Si Scalabrini Ortiz es recordado por ensayos como El hombre que está solo y espera e Historia de los ferrocarriles argentinos, donde despliega su arsenal nacionalista y antiimperialista, su obra literaria es escasamente conocida. “La crítica la prejuzgó como un mal paso, un pecado de juventud”, señaló Víctor Pesce. El prologuista explicó que en La manga (título que es analizado como una metáfora sobre la multitud ciudadana, como la manga de langostas) están presentes los problemas de la ciudad moderna, los mismos que en el ’30 fascinarán a Walter Benjamin en el París de Baudelaire.
A Enrique González Tuñón, en cambio, no le hizo sombra su propia obra sino su hermano Raúl, el menor y más famoso. Lo que aparecen reunidos en su libro son los textos que el escritor desplegó a partir de tangos famosos de los años ’20, como Fea y Tus besos fueron míos, y que publicó en el gigantesco laboratorio periodístico y literario que fue el diario Crítica, dirigido por Natalio Botana. En el prólogo, Korn cita a su compañero de redacción César Tiempo: “La entrada de Enrique (a Crítica) revolucionó el estilo periodístico nacional. La noticia conquistó la cuarta dimensión; el arrabal tomó posesión del centro; la prosa municipal y espesa de los gacetilleros se hizo luminosa y abigarrada; la metáfora tomó carta de ciudadanía en el mundo de la información... Se empezó a escribir como Enrique, a hacer reportajes a la manera de Enrique, a jerarquizar el tango, cuyo primer exégeta de culto fue Enrique”.
Al olvido de Castelnuovo, según el análisis de Guillermo Korn, contribuyó la figura de Roberto Arlt. Y a Méndez Calzada lo eclipsó otro de los directores del suplemento cultural de La Nación, Eduardo Mallea. Entre los aciertos de la colección que encaró la Librería Histórica, todos los títulos reproducen con cuidado estético las tapas de las ediciones originales. Además, cada libro está acompañado de un minucioso estudio preliminar y de una reseña que ubica al lector en el contexto de la obra, con los principales hechos históricos y culturales, otros libros publicados, piezas teatrales y música estrenadas y hasta películas filmadas en ese año. El plan de publicaciones es amplio y hay variostítulos en cola de edición, como Tiempo perdido, de Eduardo Wilde, y una selección de escritos periodísticos no reunidos antes de Roberto J. Payró. Habrá que esperar para seguir recordando a algunos de “Los olvidados”.

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La manga, de R. Scalabrini Ortiz, y Tangos, de E. González Tuñón.
 
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