CULTURA › SE ANUNCIO EL FESTIVAL INTERNACIONAL

Preparando la fiesta

Entre el 7 y el 25 de septiembre, el V FIBA ofrecerá un amplio panorama de teatro, danza, música y artes visuales.

 Por Cecilia Hopkins

Una breve referencia al atentado ocurrido en Londres prologó el jueves, en el Teatro San Martín, el acto de presentación del V Festival Internacional de Buenos Aires, que se extenderá del 7 al 25 de septiembre próximo. “Repudiamos la metodología de aquellos que, para reivindicar el propio espacio cultural, intentan eliminar el pensamiento del otro”, afirmó el secretario de Cultura, Gustavo López, quien, junto a la directora Graciela Casabé, se disponía a realizar el anuncio de la programación del festival que desde hace 8 años organiza la ciudad de Buenos Aires. Hizo la mención antes de subrayar que este encuentro –que comenzó anual y que desde 1999 se realiza cada dos años– es “un hecho cultural que apuesta a la diversidad y a la hermandad entre los pueblos” y luego de destacar que “la idea de convertir a Buenos Aires en una ciudad de festivales forma parte de una política de Estado: el V Festival será un encuentro con la experimentación, una usina de nuevas tendencias, una oportunidad de intercambio, aprendizaje y crecimiento”.
Conformes por haber logrado duplicar el presupuesto respecto de la anterior edición (antes fue 1.200.000, hoy cuenta con 2.400.000 pesos), ambos funcionarios aclararon que esa cifra no incluye el apoyo financiero –decisivo, según subrayaron– de la Alianza Francesa, el British Council y el Goethe Institut, entre otras instituciones. En consecuencia, un segmento de la programación estará integrado por espectáculos apadrinados por esas entidades: por el Complejo Teatral de Buenos Aires se presentará la versión de Rubén Szuchmacher de Enrique IV, de Pirandello, y Nunca estuviste tan adorable, de Javier Daulte, por el Instituto Nacional del Teatro, Criaturas de aire, de Lucía Laragione, con dirección de Luciano Cáceres. Se presentará, además, una instalación de Miguel Chevalier –- Supra Natura– emplazada sobre el frente de la sede central de la Alianza Francesa y Arrabales del vacío (por el Instituto Goethe), una performance musical o “topografía sonora” del alemán Thomas Köner, entre otras propuestas.
Siempre con la intención de realizar un muestreo de lo que ocurre en la escena internacional en materia de teatro, danza, música y artes visuales, la programación fue descrita por Casabé a partir de las líneas generales sobre las cuales fue armada: tomar los planteos provenientes de la interrelación entre las artes y nuevas tecnologías por un lado y, por el otro, presentar un conjunto de obras de autores clásicos versionados según estéticas contemporáneas. En función del primero de los objetivos, la presencia de la compositora, fotógrafa y cineasta estadounidense Laurie Anderson resulta emblemática. El fin de la luna (The end of the moon) se llama el unipersonal que estrenará en el Teatro Alvear, un conjunto de canciones e historias que intentan reflejar la actual cultura norteamericana. La artista compuso música para films de Win Wenders, entre otros, expuso en los principales museos de Estados Unidos y Europa y recientemente fue nombrada Primera Artista Residente de la NASA. A esta experiencia se referirá durante un encuentro especial. Representando a Francia, el coreógrafo Pierre Rigal estrenará Erection, un solo de video danza, y el artista plástico y músico Vincent Epplay y el programador
Antoine Schmitt presentarán en su obra Display Píxel 3, una serie de escenas audiovisuales que reaccionan de manera autónoma, activadas por sonidos. Telesquat se llama la obra representante de Brasil, creada por el coreógrafo y bailarín Bruno Beltrao, referida a la influencia de la TV en el modo de concebir la realidad. El director comenzó a vincularse con la danza en su adolescencia en la práctica callejera del hip hop y hoy desarrolla en Río de Janeiro proyectos sociales con chicos de la calle. De la República Checa llegará Nigt Moth, obra de danza teatro de Petra Hauerová, que integra la tecnología láser como herramienta de la abstracción formal. Y de Canadá, la creación de Denis Marleau Los ciegos (Fantasmagoría tecnológica I), en versión castellana, una reflexión sobre la condición humana, a partir de la obra homónima que Maurice Maeterlinck escribió en 1890.
En cuanto a las versiones de clásicos, una de las más esperadas será sin dudas Endstation Amerika, de Alemania, una adaptación del polémico Frank Castorf de Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams. Nacido y formado profesionalmente en Berlín oriental, el director fue obligado a trabajar en teatros de provincia por no atenerse a los lineamientos oficiales durante el gobierno de la República Democrática Alemana, situación que se revirtió a la caída del Muro, cuando pasó a dirigir en la República Federal. De Bélgica vendrá Tío Vania, de Chejov, por la innovadora compañía del director Luk Perceval, de Amberes, en tanto que el dramaturgo y director inglés Declan Donnellan realizará una versión de Noche de reyes, de William Shakespeare, con un elenco integrado por actores rusos, en su idioma. Dos producciones quedan fuera de las coordenadas estéticas descritas por Casabé. Se trata de dos espectáculos provenientes de Africa: uno, de la coreógrafa sudafricana Robyn Orlin (se llama Papito, vi esta obra seis veces y todavía no entiendo por qué se lastiman unos a otros), sobre la situación del país posapartheid. La artista, quien desde hace 20 años recibe premios y becas internacionales, desarrolla su trabajo creativo por fuera del circuito académico de su país. El segundo será el espectáculo de cierre del festival: estará a cargo del DJ Frederic Galliano y las Divas Africanas, grupo de artistas provenientes de la costa occidental africana. En todos los casos, las entradas tendrán un costo variable, pero no mayor a los 25 pesos.

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