DEPORTES › ARGENTINA LE GANO A PARAGUAY A PARTIR DE LA CONTUNDENCIA DE SU ATAQUE

Se lo llevó por su poder de fuego

El equipo dirigido por Alejandro Sabella no cumplió una tarea destacada en forma conjunta, pero con la capacidad goleadora lo definió a su favor. Los goles fueron de Di María, Higuaín y Messi. Fabbro había igualado de penal.

Con la tranquilidad que le entrega un ataque letal, la Selección Argentina venció sin mayores problemas 3-1 a Paraguay en Córdoba y se colocó como único líder de las Eliminatorias. La actuación no resultó brillante, pero al equipo de Sabella le alcanzó para marcar un dominio claro y someter a un conjunto paraguayo que casi no mostró nada en la noche cordobesa.

Pocos equipos en el mundo pueden igualar el poder de fuego que tiene Argentina. No hace falta que juegue bien ni que domine el desarrollo para tener la certeza de que el gol puede llegar en cualquier momento. Es más, ni siquiera necesita elaborar una jugada de conjunto para tener una chance de gol: a los dos minutos llegó la primera prueba. Mientras el conjunto argentino intentaba progresar por la derecha con Lavezzi, un cierre desafortunado de la defensa paraguaya derivó en Di María en el borde del área. Y allí, el jugador del Real Madrid sacó un remate que se desvió en la espalda de Lavezzi y se clavó en el ángulo de Villar.

Argentina no había hecho méritos y ya ganaba. El problema es que le costó justificar esa ventaja. Si bien a través de Fernando Gago tenía una salida clara, luego le faltaba elaboración de juego para mantener el control del partido y generar ocasiones de peligro. Por eso, pese a la timidez de Paraguay, el encuentro no terminaba de encaminarse. Para colmo, una fatalidad de Braña derivó en el penal que Fabbro convirtió con solvencia y dejó todo como al inicio.

Otra vez llegaba el tiempo de generar fútbol para provocar desequilibrio ante un rival que amontonaba piernas y cuerpos para impedir el progreso. Y cuando de nuevo se empezaba a exponer la falta de claridad en la concepción de la maniobra, el gol llegó por decantación del peso ofensivo de este equipo. Di María buscó un pase en profundidad que el lateral paraguayo interceptó a medias: nada más peligroso. Higuaín lo capitalizó como la mejor asistencia posible y, de un solo toque, dejó sin chances a Villar con un derechazo cruzado que tocó el palo y se metió junto al segundo palo. Sin elaboración de juego, con un Messi terrenal y con una defensa que ya no pasó sobresaltos, Argentina ganaba bien en un partido en que no jugaba con la fluidez que puede.

A pesar de eso, dos veces estuvo a punto de aumentar con la zurda del crack del Barcelona, pero primero su tiro libre dio en el palo y luego el mano a mano que se generó tras anticipar a los centrales también fue rechazado por el poste del vencido Villar. A esa altura, Paraguay ya se sentía mucho menos y se vieron los mejores momentos del conjunto de Sabella, que ya nunca soltó el control del desarrollo. Hasta que llegó la perla de Messi, que ejecutó otro tiro libre con maestría desde muy lejos y esta vez el palo que le había negado el gol antes fue su cómplice para dejar sin chances a Villar. De esa manera, Argentina ya garantizó una victoria que le permite seguir creciendo, a partir de un ataque letal.

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Gonzalo Higuaín festeja su gol, el segundo de Argentina, para empezar a conseguir la victoria.
 
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