La Asociación de Fútbol Argentino (AFA) atraviesa tiempos tormentosos. A las severas crisis económicas que atraviesan los clubes, y que los dirigentes remarcan cada vez que tienen oportunidad como si pretendieran generar una atmósfera particular que contribuya a la ruptura del contrato con el Gobierno del programa Fútbol para Todos y así renegociar valores con las empresas de entretenimiento y comunicación de capitales privados que han manifestado su interés en hacerse con el negocio de las transmisiones del fútbol, se le suma una crisis político-institucional de enorme envergadura, con divisiones internas y hasta la amenaza de varios clubes –entre ellos los grandes, con la excepción de Independiente– de crear una Superliga entre los más poderosos, tal como ocurre en España, pero que pareciera ser una expresión de disconformidad con respecto a la distribución del dinero que ingresa a la AFA por los derechos televisivos. “En las situaciones económicas y políticas en que se encuentra la AFA, por como están las cosas, prefiero quedarme en mi casa, hoy en mi cabeza no existen las elecciones de junio”, manifestó el actual presidente de la AFA, Luis Segura, que es el más debilitado entre los personajes de la novela que han comenzado a escribir los dirigentes desde diferentes perspectivas. Segura no le encontró explicación al faltazo de un gran número de dirigentes a la reunión de Comité Ejecutivo del último martes, en la cual se debían discutir cuestiones importantes como la rescisión del contrato con el Estado.

Los faltazos del presidente de River, vicepresidente primero de la AFA; del presidente de Boca, Daniel Angelici, quien ocupa el cargo de secretario y es señalado por algunos dirigentes como el armador político de la discordia –por los pasillos de la sede de la calle Viamonte se comenta que estaría fogoneando una posible intervención en el organismo, con el argumento del desgobierno–; del presidente de San Lorenzo, Matías Lammens, tesorero afista, y del secretario de selecciones, el presidente de Racing, Víctor Blanco –a quienes se les sumaron dirigentes otros clubes importantes como Estudiantes y Banfield, entre otros– provocó que el Comité Ejecutivo apenas lograra tener el quórum de 23 integrantes para sesionar.

Tapia, candidato.

Molesto por la situación, el presidente de Belgrano, Armando Pérez, apuntó contra Segura. “Es problema es que no hay un presidente”, disparó. Y eso mismo parecen haber entendido las autoridades del programa Fútbol para Todos, que lidera el ex gerenciador de Racing Fernando Marín, quienes frente al cuadro de “rebelión en la granja” decidió suspender la reunión pactada para avanzar en la renegociación del contrato vigente hasta 2019 que los dirigentes pretender modificar para recibir más dinero, algo que consideran clave para alivianar la asfixia económica que atraviesan la mayoría de los clubes de la Primera División y la Primera B Nacional. Justamente, la comisión que armó la AFA para tratar la renegociación la integran Segura, Hugo Moyano (Independiente) y su yerno Claudio Tapia (Barracas Central y vice segundo de la AFA), quienes forman un mismo bloque; Angelici y Blanco, también juntos, y Nicolás Russo (Lanús), quien pretende mostrarse dentro del entuerto político como la tercera posición.

Con Segura sin fuerzas ni apoyo para su candidatura, e impulsado por el propio Moyano, Chiqui Tapia anunció su candidatura para las elecciones d el 30 de junio, para las que recibiría el apoyo de los clubes de ascenso. Por eso ante el plantón, Tapia salió con los tapones de punta: “Es bueno que nos juntemos todos los dirigentes, nos miremos a la cara y digamos qué pensamos, ya que a la hora de decidir temas como la devolución de dinero por las deudas estamos todos”. Y remarcó: “No me imagino una AFA paralela, para eso se necesitan muchas cosas y no escuché a ningún dirigente hablar del tema. Si la Superliga es tan beneficiosa, que lo planteen acá”. Luego apuntó: “A lo mejor molesta que el voto de Yupanqui valga lo mismo que el de Boca” y frente a la posibilidad de una intervención en la AFA por parte del Gobierno Nacional, amenazó: “Nosotros vamos a defenderla y ellos serían responsables si paramos el fútbol”.

Russo, tercera posición.

A río revuelto, Russo, presidente de Lanús y también candidato a la presidencia del organismo, salió a pedir ayer que todos los sectores tengan representación en la AFA, en la que aseguró que últimamente las decisiones no las toma Segura sino Angelici y Lammens. “Los equipos grandes se adueñaron totalmente de la AFA. Los clubes grandes quieren manejar todo, o los clubes del ascenso quieren manejar la AFA, y no es así. Hay que buscar la representatividad de todos los sectores”, declaró el dirigente en una entrevista con TyC Sports. “Yo quiero formar parte de un equipo que conduzca la AFA, después se verá quién queda al frente, aunque yo no le escapo al bulto”, apuntó el ex candidato a intendente de Lanús por el Frente Renovador.

“El problema de la AFA es más político que económico”, explicitó el dirigente granate, para quien una solución posible para los problemas económicos de la AFA sería llamar a un concurso de acreedores para reducir los “más de dos mil millones de pesos” que debe la AFA y dejar las decisiones sobre los contratos “todos mal negociados” en manos de un juez. Se han escrito un par de capítulos más de la novela por la sucesión del fallecido Julio Grondona, a quien la muerte parece haber salvado del escándalo que sacude las estructuras de la FIFA. Así está hoy la casa madre del fútbol nacional: medio acéfala y divida en bandos que dialogan a través de fuegos artificiales.