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Corrupción en el fútbol de Alemania

Un árbitro admitió haber sido sobornado por un grupo mafioso para manipular un partido y se armó un escándalo que preocupa a la FIFA.

Un árbitro, algunos jugadores y un grupo de mafiosos croatas son los protagonistas de un escándalo de corrupción que afectó seriamente la credibilidad del fútbol alemán cuando falta menos de un año y medio para el inicio del Campeonato Mundial del 2006. Robert Hoyzer, un joven referí de 25 años, reconoció el pasado fin de semana haber cobrado 50 mil euros de parte de una organización de apostadores para que manipulase el resultado de un partido válido por la Copa Alemania que el Hamburgo perdió ante el ignoto Paderborn de la tercera división por 4-2, en agosto del 2004. Ayer, el capitán del equipo beneficiado con esta maniobra admitió su participación en el caso. Pero las sospechas también se extienden sobre el club Hertha Berlín, que tendría futbolistas implicados en sucesos similares. Mientras la indignación de los aficionados germanos se incrementa día a día, el gobierno federal impulsa una investigación profunda, y ya se produjeron cuatro detenciones. En tanto que la FIFA reclama una aclaración urgente, temerosa de que las revelaciones de estos hechos terminen por manchar la organización de la próxima cita mundialista.
“No se preocupen, sigan jugando así que yo me encargo de todo”, le dijo Hoyzer al holandés Thijs Waterink, capitán del Paderborn, al finalizar el primer tiempo con un previsible 2-0 en favor del Hamburgo. Pero en el complemento llegó lo inesperado. El humilde conjunto de tercera división lo dio vuelta y se impuso 4-2. El árbitro cobró dos penales dudosos en favor del Paderborn y expulsó al delantero belga Emile Mpenza, del Hamburgo. Hasta allí parecía uno de esos tantos resultados extraños que cada tanto se producen en el fútbol. Sin embargo, la agencia de apuestas Oddset informó a la Federación Alemana que se habían registrado fuertes apuestas al Paderborn, cuya victoria se pagaba 5,75 a 1, lo que produjo una investigación. El caso estuvo a punto de ser archivado, hasta que, a principios de enero, nuevos datos, muy posiblemente aportados en forma anónima por colegas de Hoyzer, dieron nuevos bríos a la investigación, lo que motivó que la Federación Alemana presentara una querella contra el árbitro sospechado.
Tras intentar una defensa y negar las acusaciones en su contra, Hoyzer admitió que fue sobornado por los mafiosos croatas dedicados al negocio de la manipulación de apuestas deportivas y aceptó colaborar con los fiscales de Berlín a cargo de la investigación. Arrepentido, el árbitro implicó a otros colegas suyos y a tres jugadores del club Hertha Berlín, del cual también era socio. Las sospechas se centran sobre un partido que el equipo de la capital disputó contra el Braunschweig el 22 de septiembre, y que terminó en una victoria de 3-2 a favor del segundo. A diez minutos del final, un jugador del Hertha cometió un increíble gol en contra que permitió que un ciudadano croata residente en Alemania ganara 90 mil euros por apostar al Braunschweig.
La revista alemana Focos publicó que al menos tres jugadores del Hertha están relacionados con esta banda eslava. Se trata del angoleño Nado Rafael (que el año pasado adquirió notoriedad al revelar que tenía erecciones después de cada gol que convertía y algunas fotografías se encargaron de atestiguarlo), el croata Josic Simunic y el alemán Alexander Madlung, autor del controvertido gol en contra. El club respaldó a sus jugadores y amenazó con iniciar acciones legales a la publicación, algo que todavía no sucedió. Por su parte, los futbolistas implicados negaron los cargos y aseguran no tener nada que ver con el negocio de las apuestas. Pero el Hertha no es el único club con futbolistas sospechados. Jugadores del Dynamo Dresde y el Chemnitzer SV habrían aceptado ir a menos a proposición de los croatas, quienes operaban desde un café berlinés conocido como King.
El fin de semana pasado la causa avanzó notablemente, mientras su cobertura en la prensa ocupaba grandes espacios en los medios germanos. El viernes, la policía de Berlín detuvo a cuatro croatas que identificó como Milan S., Ante S. y a otros dos cuyas identidades no fueron consignadas. Según la prensa, Ante habría complicado a tres jugadores del Hertha y señaló los nombres de dos árbitros más relacionados con el caso, en coincidencia con las afirmaciones que Hoyzer efectuó ante la fiscalía. En consecuencia, la Federación Alemana decidió reemplazar al árbitro Juergen Jansen, quien debía dirigir un partido que el Werder Bremen y, casualmente, el Hertha debían disputar el domingo pasado. La decisión fue tomada por el titular de la comisión arbitral de la Federación, Volker Roth, después de recibir información de parte de los fiscales. “Es una medida preventiva, no sabemos aún si Juergen es culpable o inocente, vamos a esperar”, aseguró Roth. Lo cierto es que la Fiscalía de Berlín confirmó que investiga al árbitro sin brindar mayores precisiones. El otro árbitro sospechado es Felix Zwayer, un juez de línea mencionado en la investigación y vinculado a este grupo de croatas.
El caso siguió cobrando repercusiones. La última se produjo ayer: fue la confesión del holandés Waterink, capitán del Paderborn, quien reconoció haber recibido 50 mil euros por prestarse a la maniobra que aquel día de agosto tramó Hoyzer en complicidad con el grupo de croatas. “Sí, bueno, yo cobré, pero repartí la plata entre todo el plantel. Después de todo, nosotros apostamos por nosotros y aquel día ganamos”, aseveró el holandés sin que se le moviera un músculo de la cara.
La Federación Alemana de Fútbol afirmó que respaldará todas las investigaciones hasta que la imagen del fútbol alemán se limpie por completo. Theo Zwanziger, responsable de la entidad que rige los destinos del fútbol, consideró que “el país no puede organizar un Mundial si existen estas sospechas”. Por estos días, Joseph Blatter le habría señalado a Zwanziger su inquietud por el caso Hoyzer. “Espero que estos lamentables casos de corrupción no manchen la reputación del mundial”, remarcó Blatter. Pero tal vez la expresión que mejor resume el sentimiento del hincha alemán respecto de este escándalo la brindó el arquero de la Selección Nacional, Oliver Khan. “Lo de Hoyzer ha sido como una patada en el culo para todos los que formamos parte del fútbol alemán. Si esto no se aclara, estaremos todos sospechados por los hinchas y eso no puede ser posible”, destacó el futbolista del Bayern Munich.

Informe: Leonardo Castillo.

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Robert Hoyzer, el árbitro que admitió el arreglo.
 
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