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Instituto arrancó un poco mejor que Racing, consiguió ejercer una buena presión y así complicó la salida de los visitantes, a quienes se les dificultaba el manejo de la pelota y terminaban abusando del pelotazo. Por el sector izquierdo, donde sobresalía el veloz Peralta, los locales encontraron espacios para llegar con peligrosidad. Un centro de este volante, que Miliki Jiménez no pudo conectar, casi termina en gol de Lujambio de no ser por la atajada de Lucchetti, que después iba a controlar un cabezazo frontal de Jiménez, quien había sido habilitado por Pagés con un centro que también llegó desde la izquierda.
Racing, que fue evidenciando alguna mejoría, tuvo una chance en los pies de Cardetti, quien tras una avivada propia, apurando la ejecución de una falta, sacó un potente zurdazo que pasó cerca del segundo palo. Después iba ser el turno de Lisandro López, quien con lindo caño a Barone y posterior enganche, todo en el área, definió de zurda pero se le fue alta. El partido se puso parejo y entretenido, pero fueron los locales quienes volvieron a ganar protagonismo con algunas situaciones de gol que, por momentos, descubrían fallas defensivas de Racing. Dos de esas chances las tuvo Raymonda; en la primera, remató débil a las manos de Luchetti, en la otra la pelota pasó cerca del palo derecho del arquero.
Tras el descanso, el partido iba a empeorar. Racing no le encontraba la vuelta al planteo de Instituto, que daba lucha en todas las líneas, y encima retrocedía en el campo, sin poder contrarrestar la falta de enlace con sus hombres de punta. El técnico Guillermo Rivarola recurrió al banco de suplentes para ajustar algunas piezas, lo mismo hizo Luis Garisto en su conjunto, pero los resultados no parecían ser inmediatos. Corrió el tiempo y el desorden general fue ganando terreno.
Sólo de tanto en tanto alguno de los equipos parecía agrandarse de contraataque. La fortuna terminó sonriéndole a Racing. Chirola Romero le puso una linda pelota al chico López, que la paró con el pecho y de media vuelta sacó un hermoso zurdazo arriba al primer palo, inatajable.
Pudo haber sido empate, pero Gustavo Bassi, en el final, le anuló un gol lícito a Caprari, a instancias del juez de línea.