DEPORTES › LOS QUE FRACASARON EN EL MUNDIAL

Los once del patíbulo

El Mundial terminó hace ocho días pero la sombra del fracaso los perseguirá por algún tiempo más. Estrellas rutilantes la mayoría, llegaron a Oriente con ánimo de terminar de consagrarse, pero se fueron por la puerta de atrás. Con ellos armamos uno de esos equipos de los sueños que nadie contrataría ni siquiera para un amistoso.

Jose Luis Chilavert (Paraguay)
A diferencia de lo que ocurrió en Francia ‘98, en este Mundial estuvo muy lejos de brillar. Por más que dejó en claro su liderazgo y su personalidad ganadora, no contó con fortuna en su función específica, la de atajar. Suspendido en el primer partido ante Sudáfrica, su debut en el torneo no pudo ser peor. Tras amenazar a los españoles durante toda la previa, no sólo no pudo convertir un tanto como había prometido, sino que fue el principal responsable de la derrota. Se quedó estático en el primer gol de Morientes y luego tuvo una salida fallida en el segundo tanto del español. Ante Eslovenia mejoró y estrelló un tiro libre en el travesaño, pero también tuvo culpa en el tanto de los europeos, cuando en un centro la pelota se le escapó entre las piernas y se metió en el arco. Ante Alemania cumplió, aunque no pudo evitar la eliminación.

La tragedia del Neverkusen
Por A.G.
Tuvieron una temporada brillante. Se metieron en la historia de un club. Estuvieron a un paso –en realidad a cuatro– de conseguir una hazaña casi inédita en la historia del fútbol mundial. Individualmente, se ganaron un gran reconocimiento y se les abrió un gran futuro. Sin embargo, los resultados finales los condenaron a una estadística fatídica, que será muy difícil de revertir. Bernd Schneider, Michael Ballack, Carsten Ramelow, Oliver Neuville y el arquero suplente Hans Joerg Butt son los cinco futbolistas alemanes que pertenecen al Bayer Leverkusen y que se hicieron acreedores al record más negativo y curioso del Mundial: En tres meses perdieron cuatro finales. El primer golpe fue por la Bundesliga. Cuando restaban tres fechas, el Bayer le llevaba cinco puntos de ventaja al Borusia Dortmund y se encaminaba hacia el primer título de su historia. Dos derrotas consecutivas y chau festejo. Luego fue la Copa de Alemania. Caída ante el Schalke 04 y segunda chance perdida. La tercera fue ante el Real Madrid por la Champions League. Para completar la pesadilla, los goles de Ronaldo en Yokohama los condenaron a un nuevo subcampeonato. La increíble historia del Bayer y de estos jugadores motivó un nuevo apodo que utilizan la prensa y los hinchas: Ahora al club se lo conoce como el Bayer Neverkusen. “Never”, en inglés, quiere decir “nunca”...

Paolo Maldini (Italia)
En un equipo que supuestamente se caracteriza por su solidez defensiva, Italia no encontró respuestas a nivel colectivo. En dos de los cuatro partidos, equipos inferiores le dieron vuelta el resultado. Y a nivel individual, lo de Maldini fue uno de los aspectos más frustrantes. Llegó a Corea con la idea de batir el record de Lothar Matthaeus como el jugador de más presencias en los Mundiales, aunque para ello Italia debía acceder a las semifinales. Pero además de no lograr su objetivo, tampoco cumplió con las expectativas depositadas en su futbolista de su jerarquía. El capitán italiano lució lento, sin la reacción de años anteriores, y tuvo complicaciones cuando lo encararon los delanteros rivales con pelota dominada. Para completar un flojo torneo, a Maldini lo anticipó el coreano Ahn Jung Hwan en el gol de oro que dejó a Italia fuera del torneo.


Paolo Montero (Uruguay)
Era el líder y el jugador más experimentado del equipo, pero no pudo demostrarlo. Falló en momentos claves, nunca brindó la seguridad esperada y desde el aspecto anímico tampoco sobresalió. Una decepción porque, luego de una brillante carrera de más de diez años en el fútbol italiano, era una oportunidad de reafirmar sus pergaminos en su primer y, probablemente, único Mundial. Sus dos errores más groseros terminaron en goles rivales. Ante Dinamarca perdió la marca de Jon Dahl Tomasson, por lo que el danés no tuvo inconvenientes para elegir el lugar de su cabezazo goleador. Ante Senegal dejó corto un pase atrás a Carini y permitió que El Hadji Diouf lo anticipara. La jugada terminó en penal y primer gol de los africanos.

Lilian Thuram (Francia)
Su tarea brillante en Francia ‘98 quedó opacada en este torneo. Arrancó ante Senegal como lateral derecho, pero nunca impuso su subida por la punta como un arma de ataque, tal como había acontecido en el Mundial anterior. Incluso también exhibió problemas en la marca, ya que El Hadji Diouf lo ridiculizó en ese partido, al igual que al resto de sus compañeros de zaga. Luego, por la lesión de Frank Lebeouf, pasó a desempeñarse como primer central, donde tampoco se lució. Sin velocidad, quedó expuesto por una larga temporada en el Calcio, ya que se lo notó sin reacción. En ningún momento logró justificar su condición de defensor más caro del mundo. Tampoco lo ayudó el rendimiento de su equipo, ya que colectivamente Francia no estuvo a la altura de lo que se esperaba de ella.


Manoel Rui Costa (Portugal)
Por su talento, siempre se espera que el ex compañero de Gabriel Batistuta en la Fiorentina despegue definitivamente para convertirse en una verdadera estrella mundial. No obstante, su falta de liderazgo siempre conspira contra esa posibilidad. Y en ese sentido, el Mundial no fue una excepción. Más bien todo lo contrario. Nunca consiguió comprometerse con el rol de conductor que tenía asignado. Cuando tomó la pelota, no asumió riesgos y casi siempre prefirió descargar a los costados antes que buscar profundizar. El equipo sintió su baja y terminó pagándolo con la eliminación prematura, y lo que es peor, determinó un triste final para la generación dorada del fútbol portugués. Es cierto que no venía de una gran temporada en el Milan a causa de una seguidilla de lesiones, pero era otro de los jugadores de los que se esperaba mucho más de lo que dio.

Manoel Rui Costa (Portugal)
Por su talento, siempre se espera que el ex compañero de Gabriel Batistuta en la Fiorentina despegue definitivamente para convertirse en una verdadera estrella mundial. No obstante, su falta de liderazgo siempre conspira contra esa posibilidad. Y en ese sentido, el Mundial no fue una excepción. Más bien todo lo contrario. Nunca consiguió comprometerse con el rol de conductor que tenía asignado. Cuando tomó la pelota, no asumió riesgos y casi siempre prefirió descargar a los costados antes que buscar profundizar. El equipo sintió su baja y terminó pagándolo con la eliminación prematura, y lo que es peor, determinó un triste final para la generación dorada del fútbol portugués. Es cierto que no venía de una gran temporada en el Milan a causa de una seguidilla de lesiones, pero era otro de los jugadores de los que se esperaba mucho más de lo que dio.

Manoel Rui Costa (Portugal)
Por su talento, siempre se espera que el ex compañero de Gabriel Batistuta en la Fiorentina despegue definitivamente para convertirse en una verdadera estrella mundial. No obstante, su falta de liderazgo siempre conspira contra esa posibilidad. Y en ese sentido, el Mundial no fue una excepción. Más bien todo lo contrario. Nunca consiguió comprometerse con el rol de conductor que tenía asignado. Cuando tomó la pelota, no asumió riesgos y casi siempre prefirió descargar a los costados antes que buscar profundizar. El equipo sintió su baja y terminó pagándolo con la eliminación prematura, y lo que es peor, determinó un triste final para la generación dorada del fútbol portugués. Es cierto que no venía de una gran temporada en el Milan a causa de una seguidilla de lesiones, pero era otro de los jugadores de los que se esperaba mucho más de lo que dio.

David Beckham (Inglaterra)
Es cierto que llegó al Mundial con dos meses de inactividad y luego de una fractura en su pie izquierdo. Sin embargo, su rendimiento en la cancha quedó a una distancia sideral de lo que genera fuera del terreno de juego. El futbolista más popular del mundo está obligado a dejar otra imagen, nosólo la de un buen rematador. Pero lo más curioso fue su escasa actitud ante una situación adversa. Por más que Inglaterra se estaba quedando afuera con Brasil, Beckham nunca abandonó su quintita en la derecha del mediocampo, no intentó algo distinto y ni siquiera amagó con liderar una reacción. Es lo mínimo que se le puede pedir a un jugador de real jerarquía. Pero el Spice Boy ni se inmutó. Su aporte se limitó a tirar un par de centros, algún tiro libre y poco más. En su única acción positiva, el penal contra Argentina, ni siquiera se puede decir que lo ejecutó con clase.

David Beckham (Inglaterra)
Es cierto que llegó al Mundial con dos meses de inactividad y luego de una fractura en su pie izquierdo. Sin embargo, su rendimiento en la cancha quedó a una distancia sideral de lo que genera fuera del terreno de juego. El futbolista más popular del mundo está obligado a dejar otra imagen, nosólo la de un buen rematador. Pero lo más curioso fue su escasa actitud ante una situación adversa. Por más que Inglaterra se estaba quedando afuera con Brasil, Beckham nunca abandonó su quintita en la derecha del mediocampo, no intentó algo distinto y ni siquiera amagó con liderar una reacción. Es lo mínimo que se le puede pedir a un jugador de real jerarquía. Pero el Spice Boy ni se inmutó. Su aporte se limitó a tirar un par de centros, algún tiro libre y poco más. En su única acción positiva, el penal contra Argentina, ni siquiera se puede decir que lo ejecutó con clase.

Diego Tristan (España)
Era la gran esperanza de gol de España. Una temporada brillante en el Deportivo La Coruña le había dado la posibilidad de ser titular en la selección, en lugar de Fernando Morientes. Tras varios años postergado por el delantero del Real Madrid, el Mundial surgía como la gran chance de su consolidación. Sin embargo, su rendimiento en el campo determinó la situación inversa. Reemplazado por bajas actuaciones en los dos primeros partidos, Tristán terminó mirando el torneo desde el banco de suplentes, mientras sus sustituto se transformó en el goleador del equipo. Quedó claro que el desgaste de una temporada muy larga afectó sus posibilidades físicas, aunque tampoco mostró una reserva moral para sobreponerse ante una situación adversa. Se entregó manso a sus marcadores y nunca se pareció al gran goleador que brilla en la liga.


Luis Figo (Portugal)
Fue uno de los fracasos más notorios del certamen. Para completar una temporada muy pobre a nivel personal, el jugador del Real Madrid defraudó en el Mundial, una cuenta que tenía pendiente en su carrera. Y por su edad, la evolución de su juego y sus declaraciones en las que aseguró que no se ve en una cancha en un tiempo no muy lejano, difícilmente tenga una chance de revancha. A pesar de su reconocida capacidad de desborde, en los tres partidos del torneo nunca pudo demostrar esa virtud, pese a que seenfrentó con marcadores sin demasiada reputación a nivel mundial. Físicamente se lo notó extenuado, pese a que en la previa en España lo acusaban de haberse guardado un resto en el final del año para rendir en el Mundial. Para colmo, algunos jugadores de Corea denunciaron que quiso garantizar el empate en el partido entre sí, que les daba la clasificación a los dos equipos. Su única acción para destacar fue una pisada con gambeta en el partido ante Estados Unidos, aunque es demasiado poco para un futbolista de su jerarquía.

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