DIALOGOS › ¿POR QUé DUILIO MARZIO?

Un veterano del cine argentino

 Por M. S.

Si uno dice Duilio Bruno Perruccio La Stella pocos saben de quién hablamos. Desde que se incorporó al mundo de las tablas supo que el teatro, además de darle su gran vocación, le daría también otro nombre, porque en su casa no admitían que descuidara sus estudios de Derecho para sumergirse en algún personaje, y cambió su nombre por el de Duilio Marzio. Es un actor de larga trayectoria y destacada actuación en el cine argentino de los años ‘50-’60 e incursiones en televisión y teatro, en especial a partir de los años ‘70 después de su perfeccionamiento en el Actor’s Studio, con una amplia participación sindical a la cabeza de la Asociación Argentina de Actores (AAA), elegido por sus pares para conducirla. Como su familia estaba muy ligada a la música, inició su carrera en los años ‘40 integrando la Jazz San Francisco, donde actuó con el seudónimo de Alan Warren, luego integró un elenco universitario y, mientras seguía estudiando Derecho y trabajaba en un estudio jurídico, apareció un curso que daba Antonio Cunill Cabanellas, donde empezó a estudiar junto a Pepe Soriano. El aún no lo sabía, pero su vida cambiaría definitivamente. Inició su carrera cinematográfica en un pequeño papel en Fin de mes, de Enrique Cahen Salaberry, luego Leopoldo Torre Nilsson lo convocó para participar en Días de odio y La Tigra. En 1955 filmó un episodio de El amor nunca muere, con Zully Moreno, ganó el premio como Mejor Actor de Reparto por su labor en El jefe con Alberto de Mendoza y Orestes Caviglia y actuó en El candidato, con Alfredo Alcón y Olga Zubarry. Tres años después filma En la ardiente oscuridad, de Daniel Tinayre, junto a Mirtha Legrand, Lautaro Murúa, Elida Gay Palmer, María Vaner, Leonardo Favio y Luisa Vehil, y en 1959 La caída, de Leopoldo Torre Nilsson sobre la novela de Beatriz Guido, con Elsa Daniel. Participó en más de 40 películas, destacándose su actuación en Paula cautiva, de Fernando Ayala, con Susana Freyre. En Italia filmó La espada de Ivanhoe, que no llegó a estrenarse. Cuando dirigió la AAA (Asociación Argentina de Actores), puso toda su energía en la defensa de los derechos de sus colegas. En los ’70 estudió con el gran Lee Strasberg en Estados Unidos, donde realizó giras por universidades con unipersonales. En teatro participó, entre otras obras, en La gata sobre el tejado de zinc, My Fair Lady, La real cacería del sol, La escalera, Plaza Suite, Mi adorado embustero, Trampa para un hombre solo, Equus, con Miguel Angel Solá, o El proceso de Mary Duggan. En televisión hizo desde telenovelas hasta ciclos de teatro. Ganó los premios ACE, María Guerrero, Trinidad Guevara y Florencio Sánchez por la obra Borges y Perón, entre decenas de estatuillas recibidas. En 2006 actuó en Las manos, film de Alejandro Doria, y protagonizó Ohio Impromptu, dirigido por Patricio Orozco, estrenada en el 1er. Festival Beckett Buenos Aires. Luego, la obra El último encuentro, con Hilda Bernard y Fernando Heredia, y sendos papeles en los films Silencios y Horizontal/Vertical.

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