ECONOMíA › EL MINISTRO DE ECONOMíA SE REUNIó CON LA CENTRAL FABRIL

Boudou sedujo a la UIA con el banco de desarrollo

El titular de Hacienda tuvo su primer encuentro con el empresariado. Fue un almuerzo en la Unión Industrial, entidad que había empezado a confrontar con el Gobierno. El funcionario prometió impulsar un banco de apoyo a la inversión.

 Por Cristian Carrillo

El diálogo entre el Gobierno y la cúpula industrial requería del gesto de alguna de las partes para quitarle tensión, y el ministro de Economía, Amado Boudou, hizo el primer movimiento. El funcionario acudió ayer a la sede de la Unión Industrial, invitado para un almuerzo, con una serie de medidas e iniciativas que buscaron tranquilizar a los empresarios. Acompañado de su viceministro, Roberto Feletti, el titular de Hacienda logró seducir a los 25 popes fabriles presentes con la idea de avanzar con un banco de desarrollo, agilizar los reintegros tributarios a la exportación y comenzar a trabajar de manera conjunta con el Ministerio de la Producción sobre todas las cadenas de valor. “Es una bocanada de aire fresco, un ministro con muchas ganas de colaborar y de trabajar y esperamos que tenga éxito. Ojalá pueda hacer todo lo que piensa”, elogió el presidente de la UIA, Héctor Méndez, al salir de la reunión.

Recomponer la relación con el empresariado será un trabajo arduo para el Gobierno, pero la presencia de Boudou en la UIA tuvo claramente ese objetivo. El funcionario acudió a la sede de Avenida de Mayo con la promesa de cristalizar el sueño industrial: la creación de un banco de desarrollo, similar al que funciona en Brasil. Boudou había revelado el último domingo en un reportaje con Página/12 que su idea es generar una institución que financie inversiones de envergadura con los recursos previsionales que maneja la Anses. Los industriales lo esperaron con ansiedad por conocer detalles sobre la propuesta, que vienen impulsando desde 2003 sin resultados concretos. La frustración empresaria en este tema es una de las razones que explican el malestar de la central fabril con el Gobierno, que ahora Boudou está intentando revertir.

El primero que había frenado la constitución del Banco de Desarrollo fue el entonces ministro de Economía, Roberto Lavagna, quien había advertido sobre el clientelismo y la poca transparencia en el manejo de los fondos que dejó la experiencia del Banco Nacional de Desarrollo (Banade). “Al quebrar el Banade le quedaba una cartera de créditos por 5737 millones de dólares. De ese monto, el 99,4 por ciento era irrecuperable y la mitad correspondía a 20 grandes empresas”, dijo durante una conferencia de la UIA en Mar del Plata en mayo de 2005.

Aquella declaración fue la sentencia de muerte para la iniciativa y pudo recién ser resucitada con el alejamiento de Lavagna del Palacio de Hacienda. En ese momento, el entonces jefe de Gabinete, Alberto Fernández, volvió a prometerles a los fabriles que estaba en carpeta un proyecto de creación de un banco de desarrollo industrial, con participación del Nación mediante un fondo especial o desde el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). Pero la falta de avances intranquilizó a los empresarios y terminó por erosionar la confianza en el Gobierno. Boudou volvió a desempolvar la idea. El ministro expresó a la cúpula de la UIA una intención firme de cristalizar ese proyecto, como una herramienta macroeconómica que permita mantener los actuales niveles de actividad y empleo. “Una de las ideas en la que estuvimos trabajando es en el financiamiento y en la baja de la tasa de interés, que va a ser resultado de la implementación de políticas, como la creación del banco de desarrollo”, aseguró Boudou tras el almuerzo.

Esta vez, la afirmación tuvo una llegada distinta para los directivos. La cúpula ejecutiva de la UIA se manifestó satisfecha con lo que había escuchado. “Nos contó cosas interesantes que van a surgir a partir de anuncios que haga el Ejecutivo”, afirmó Méndez. Una frase que se repitió varias veces en las declaraciones de los empresarios fue: “Hay mucho sentido común”. Hasta el más beligerante de los industriales, el vice de la UIA y titular de FIAT Auto, Cristiano Rattazzi, la utilizó para definir el encuentro, al ser consultado por Página/12. El presidente de la Unión Industrial, a su vez, aseguró que no se habló acerca de la continuidad de Guillermo Moreno al frente de la Secretaría de Comercio Interior, pero que, en cambio, sí existió el compromiso formal de darles “credibilidad a los datos” que provengan del Indec.

Los presentes coincidieron en que el tipo de cambio no está en la agenda de discusión y que la competitividad puede alcanzarse de otras formas. “Hay muchos caminos”, manifestó Boudou. “La UIA expresó su posición de no mover el tipo de cambio sino de estar buscando un tipo de cambio que, según usaron la expresión, sea pro-productivo; es decir, que sea adecuado para liberar las fuerzas productivas a su mayor nivel”, afirmó el ministro de Economía. No obstante, Boudou reiteró que “su posición es que el tipo de cambio administrado, que lleva adelante el Banco Central, es el adecuado”.

También se trataron temas vinculados con la política tributaria, sectorial y de comercio exterior. Los industriales volvieron a solicitar que se destrabaran los reintegros tributarios a las exportaciones, un pedido que ya elevaron a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y hace pocos días al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray. El ministro habló además de una mayor integración con el Ministerio de Producción en “lo que tiene que ver con la cadena de valor, en el sector externo y con la posibilidad de exportación y de ampliar la brecha positiva y del comercio internacional”.

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Amado Boudou compartió el almuerzo con los industriales y su viceministro, Roberto Feletti, sentado a su derecha.
Imagen: DyN
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